La realidad y el deseo

El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, cumple dos años asegurando que está al frente de un Gobierno con "un fuerte compromiso social, honesto, transparente y exento de polémica"

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

El presidente Moreno Bonilla, en una visita, este pasado lunes, a La Roda de Andalucía. Autor: Junta
El presidente Moreno Bonilla, en una visita, este pasado lunes, a La Roda de Andalucía. Autor: Junta

El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, ha cumplido este pasado lunes dos años al frente del Gobierno andaluz. En su balance, en una visita a la localidad sevillana de La Roda de Andalucía, el también líder del PP en la comunidad ha celebrado que la región goce de "estabilidad política e institucional", con un Gobierno "honesto y transparente" que tiene un "fuerte compromiso social" en relación con la educación y sanidad públicas y los servicios sociales, "como se refleja en los presupuestos de la comunidad para este año". Por si fuera poco, ha llegado a asegurar que en estos dos años ha sido también un gobierno que "ha estado exento de polémica".

Al juanmapardismo se une ahora una vena cernudiana que quizás haya confundido la realidad con el deseo, donde "la angustia se abre paso entre los huesos".

Una afirmación que quizás pueda creerse alguien que no haya seguido la actualidad andaluza en estos dos años, pero que difícilmente tiene sentido tirando mínimamente de hemeroteca. No solo es polémica desde el minuto menos uno su relación y apoyo fundamental con la extrema derecha, sino que también ha estado lidiando —él que es buen aficionado al arte de Cúchares— con multitud de frentes abiertos, desde dimisiones internas hasta denuncias, huelgas y fuegos protagonizados por sectores irritados por la gestión (o falta de gestión) de su gobierno.

En declaraciones a los periodistas durante su visita, Moreno ha indicado que, sin duda, han sido dos años "muy complicados" y muy condicionados por la pandemia del coronavirus, lo que ha supuesto la modificación de las prioridades de su Gobierno. En todo caso, habrá sido uno de los dos años que lleva en San Telmo el que ha estado "muy condicionado" por la pandemia, pues la alerta sanitaria se activó en marzo del año pasado, cuando su Ejecutivo ya llevaba más de trece meses en sus puestos.

No obstante, el presidente ha señalado que se está "tratando de cumplir en gran medida la agenda de reformas y el programa electoral, como es la bajada de impuestos a los ciudadanos o el impulso importante a infraestructuras y proyectos". No ha hablado en todo caso de su promesa estrella de la pasada campaña electoral, donde logró finalmente auparse al poder andaluz contra todo pronóstico. De los 600.000 empleos que prometió en campaña ha pasado de engordar las listas del paro en cerca de 181.000 personas más. A final de 2018, Andalucía tenía 788.767 personas paradas, ahora tiene 969.437 personas desempleadas. Y ojo porque ahora también parecerá que todo es culpa de la covid, pero la realidad de las cifras es que, en febrero de 2020, sin pandemia, el paro de Andalucía se situó en 806.764 personas desempleadas, cuando en diciembre de 2018 se situaba en 788.767 demandantes. Malos datos antes y ahora, pero ahora mejor mirar para otro lado.

En su discurso triunfalista, Moreno Bonilla también ha indicado que si hay un acento particular en la gestión de su Gobierno es el "incremento notable" en las dotaciones para la sanidad y la educación públicas, que "por primera vez en la historia de esta comunidad han alcanzado el 7 y 5 por ciento del PIB en los presupuestos andaluces". Ha señalado que su Gobierno ha sido el "más comprometido" con la educación y sanidad públicas en términos presupuestarios y ha indicado que en la historia de esta comunidad "nunca antes había habido tanta dotación de personal en la educación y la sanidad". "Telarañas cuelgan de la razón en un paisaje de ceniza absorta", escribía Cernuda en Los placeres prohibidos.

Un placer y "una pasión" son para el jefe del Ejecutivo autonómico estar al frente del poder autonómico en Andalucía, pero tendrá que hacer mucho más en lo que le resta de mandato para repetir despacho en San Telmo. Y eso que en el aluvión de encuestas que van apareciendo sigue reeditando esta mayoría simple de la que goza gracias a la ultraderecha. "Desde hace 2 años tengo el enorme orgullo de ser el presidente de Andalucía, una pasión y una de las mayores responsabilidades de mi vida. El cambio sigue adelante, nos queda mucho por hacer. Lo primero, superar la pandemia y reactivar la economía. Entre todos lo conseguiremos", escribía Moreno en su cuenta de Twitter este pasado lunes. Sus mejores deseos.

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