Mientras José Antonio Díaz deshoja la margarita sobre cuándo hará pública su presentación como candidato oficialista a la Secretaría General del PSOE de Jerez —salvo sorpresa mayúscula, el aspirante será él—, el sector crítico encabezado por la candidatura de África Becerra, que ya hizo su puesta de largo antes de la Feria de Jerez, expresa su impaciencia para que cuanto antes estén las cartas sobre la mesa.
Si Becerra irrumpió por sorpresa hace dos semanas cogiendo desprevenido al sector oficialista que todavía lidera la exalcaldesa Mamen Sánchez, ahora es el aparato de los socialistas jerezanos el que quiere mantener la tensión interna. Hay dos fechas clave: la presentación del candidato oficialista y la fecha de la asamblea local (el también llamado congreso local). Ninguna se ha hecho pública a estas alturas, pese a que apenas falta un mes para que, por orden de Ferraz y del PSOE-A de María Jesús Montero, estén liquidadas todas las renovaciones locales.
En función de la primera fecha, que se da por hecha obviamente, tendrá que haber además una tercera cita, previa a la asamblea, donde los dos aspirantes se medirán en unas elecciones primarias que se prevén tan reñidas como aquellos duelos que mantuvieron a principios de 2000 por el control del partido Paco Benavent y Pilar Sánchez.

Renovación fratricida
El proceso de renovación de la dirección jerezana se está viviendo a cara de perro, con trazo grueso en muchas de las formas y una clara división que se mueve entre el cainismo más despiadado y una batalla fratricida cuyas consecuencias son imprevisibles, pero que no hacen presagiar nada bueno ante el nuevo ciclo electoral que se abrirá a partir del próximo año con las elecciones autonómicas.
Tal es la dimensión que ha adquirido la refriega interna que se descarta cualquier debate entre candidatos a la Secretaría General para "no dañar aún más la imagen del partido en la ciudad". La Feria no ha ayudado a acercar posturas. Todo lo contrario.
Si unos han aplaudido el modelo de caseta, otros lo han rechazado. Si la exalcaldesa critica el alumbrado o las reservas para comer en las casetas, algunos de los suyos le recuerdan que ella gobernó hasta hace dos años. Si el viernes, en la tradicional preferia de la caseta socialista, hubo croquetas (por decir algo), otros querían lagrimitas de pollo. Un sindiós que tiene al partido con un pulso bajo, con una oposición en servicios mínimos, denunciando públicamente menudencias, y que, eso sí, se defiende afirmando que el PSOE de Jerez ahora vive con casi 30.000 votos (28.239 en las municipales de 2023), muy lejos de los subsuelos en los que se movió el partido en la ciudad hace década y media (14.358 votos en 2011, en el derrumbe de Pilar Sánchez).
Equipos dispares: históricos vs. 'apparatchik'
El equipo Becerra ya está perfilado, con los históricos (que no "casposos", como peyorativamente les llama algún socialista jerezano) Blanca Alcántara y Antonio Fernández Ortega en la sala de máquinas de un proyecto alternativo que busca otro perfil de oposición y, sobre todo, elevar el vuelo con una propuesta política más sólida y propositiva con vistas a las municipales de dentro de dos años.
El sector ugetista apoya férreamente a Becerra, aunque no está dejándose ver demasiado, pero suele ser un abrazo clave para quien quiere gobernar el partido en la ciudad.
Enfrente, la opción oficial tiene el respaldo de la renovada ejecutiva provincial, con el secretario general a la cabeza, Juan Carlos Ruiz Boix, lo que no hace más que incrementar sus opciones, ya que tradicionalmente tener al apparatchik de tu lado suele granjearte más ventaja. "Pero todo es posible, que nadie se confíe que aquí deciden los militantes y siempre hemos visto de todo", aseguran fuentes veteranas del partido en la ciudad.
¿Alcaldable a la vista?
Otra gran incógnita es qué pasará con el candidato socialista a las municipales de dentro de dos años. Tanto si vence José Antonio Díaz en el proceso interno como si es África Becerra, no está nada claro que ellos fuesen alcaldables en mayo de 2027. Aquí entran otros nombres como Santiago Galván, actual alcalde de Zahara y ex delegado de Economía en el primer gobierno de Mamen Sánchez, y Rubén Pérez, que también fue delegado municipal en el ejecutivo de la todavía (por poco tiempo) secretaria general de los socialistas jerezanos.




