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Luis Miguel Garrido Padillo, biólogo y miembro de Podemos Jerez

Hace tiempo que en este país, las almas menos cándidas nos dimos cuenta de que la justicia no es igual para todos los ciudadanos. Existen clases y dependiendo de si eres político, empresario con mayúsculas, personaje público o un “don nadie”, te toca condena o no, multa o no, tienes derecho a indulto o no... Aunque parezca mentira, aún hay gente que cree en la Justicia española.

Un caso que me sé al dedillo, porque me tocó de cerca, es el de la Administración andaluza y extremeña. Curiosamente, en ambos casos el PSOE era el que gobernaba en estas comunidades autónomas cuando yo trabajaba para ellas en las respectivas Consejerías de Medio Ambiente. Ni que decir tiene que es muy probable que otras administraciones también funcionen igual, porque si este supuesto partido de izquierdas actúa así, no puedo ni imaginarme cómo funcionará uno de derechas.

Durante mis más de siete años trabajando para ellas he visto multitud de situaciones, en las que creo que la legalidad brillaba por su ausencia en muchas de las acciones de esas administraciones. Revisiones poco profesionales de permisos de actuaciones en el medio natural, autorizaciones de construcción de más de 500 nuevas viviendas en un pueblo con menos de 2.000 habitantes, funcionarios haciendo gestiones para particulares de apellidos “ilustres” durante su jornada laboral, facturas hechas mucho antes de necesitar gastar el dinero, trabajadores afines al partido con coches asignados hasta para llevárselos a su casa, “lluvias de ideas” para gastar dinero europeo que había sobrado de otros proyectos y que creo que hay que devolver a la UE, amenazas públicas a través del correo electrónico a trabajadores que sólo exigían sus derechos, llamadas telefónicas de los esbirros del político de turno para ¡ordenar! cuál debía ser el resultado final de un informe, personal trabajando con una categoría que no le corresponde o con un contrato que hace años debió pasar a indefinido, despidos improcedentes e incluso nulos, gastando alegremente el dinero de todos los ciudadanos en juicios que estaban perdidos con el 100% de probabilidad, contrataciones irregulares de los hijos del partido, etc, etc, etc.

Y en todos estos casos me preguntaba yo, si no es la Administración pública la que debe velar porque se cumpla siempre la legislación vigente y con qué autoridad un Ministerio o una Consejería o un Ayuntamiento, exigen a los ciudadanos que cumplan con la ley y, si no lo hacen, les imponen una multa, en muchos casos desproporcionada y en total discordancia con otras impuestas por el mismo delito a personajillos públicos, políticos profesionales o a sus esbirros.

Pues señores políticos profesionales en general y sociatas y peperos en particular, esto se va a acabar más pronto que tarde, porque los ciudadanos estamos hartos de tanta miseria, de tanta desvergüenza, de tantos mentirosos con chaqueta y corbata, de tanta desigualdad y de tantos señoritos herederos del franquismo, todos metidos a políticos por avaricia y con aires de grandeza. Existe una nueva inquietud en la ciudadanía, que está creciendo a un ritmo que ni los que estamos más implicados en ella nos habíamos imaginado. Podemos ha nacido y está creciendo gracias a vosotros, porque cada día dais más razones al pueblo para decir ¡hasta aquí hemos llegado! Un movimiento ciudadano creado con el único fin de trabajar por una democracia real y justa, para expulsaros de las instituciones y juzgaros por todos los delitos que habéis cometido. Desde robar dinero público para llevarlo a paraísos fiscales, hasta mentirnos en esta transacción del franquismo a la que vosotros llamáis democracia; pasando diariamente por encima incluso de la Constitución que vosotros mismos creasteis, pues en este país hace tiempo que no se cumplen muchos de los artículos que la forman. En fin, que lo que os pase a partir de ahora bien merecido estará, porque no tenéis ninguna de las siete virtudes del hombre, de las cuales la principal es el honor.

Ningún ciudadano de bien permitiría los desahucios que todos hemos visto en los medios, sólo vosotros permitís que vuestro Rey (yo no tengo de eso) se vaya de juerga con dinero público que serviría para alimentar a familias hambrientas, nadie que se llame humano a sí mismo quitaría el apoyo económico público a un tetrapléjico que el único delito que ha cometido es creer en vosotros, ningún ciudadano decente saldría en los medios de comunicación a mentir deliberadamente y luego no dimitiría, ni nadie salvo los de vuestra ralea cobraría sobresueldos mensuales superiores a lo que cobra un pensionista, que cada año le cuesta más llegar a fin de mes...

Nuestra suerte es que os retratáis vosotros mismos cada día y así vuestro final está más cerca de lo que pensáis. Así que os deseo la misma suerte que a los ciudadanos que cada día machacáis con vuestras medidas. Sin embargo, me permito lanzar un último consejo a aquellos políticos que queráis recuperar el honor perdido, ahora que el Primer Ministro nipón ha estado en España. Cuando un samurai fallaba en mantener su honor, podía recobrarlo practicando el seppku (suicidio ritual). Nos haríais a todos un gran favor.

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