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Carlos Benítez. Secretario general de Juventudes Socialistas en Jerez.

Las Elecciones al Parlamento Europeo están a la vuelta de la esquina y apenas hay “ambiente” de elecciones, casi nadie habla de ellas por el hastío hacia la política. Difícil lo tiene un afiliado de un partido para convencer de su importancia cuando nunca, ni medios de comunicación, ni partidos, hablan de la labor de los eurodiputados y cuando llega el debate cada cinco años, muchas veces está eclipsado por cuestiones nacionales. En las últimas recuerdo que los temas de ETA y del aborto estaban sobre la mesa gracias al señor Mayor Oreja, ausente en esta “contienda” y al que no echaremos de menos.

Fomentar la participación es muy complicado. La derecha ha conseguido algo muy importante para sus intereses y es que la horrible situación económica y social ha creado un clima de pesimismo, de pasividad, en lugar de uno de rabia ante los gobernantes. Se ve todo lo que nos ocurre como inevitable, como normal la mentira, la corrupción es el pan nuestro de cada día, falsean sus currículums, ocultan sus intereses empresariales y no pasa nada.

Solo decir ante este panorama de pesimismo una cosa: la abstención nunca ha construido nada, al contrario, ha supuesto retrocesos gravísimos. Si echamos un vistazo a nuestra historia tanto lejana como reciente, veremos como la desmovilización del electorado de izquierdas ayudó a que la derecha obtuviera victorias aplastantes en un sentido casi literal. En 1933 durante la II República y aparte de la desunión en el bando izquierdo, la campaña abstencionista en la que se instaba al trabajador a que no votara, consiguió la victoria de la CEDA, con el consiguiente involucionismo social y de libertades en aquella época.

Muchos años más tarde y en un contexto social de menor tensión, gracias a una participación de casi nueve puntos menos que en las anteriores elecciones, el señor Aznar logró mayoría absoluta y en las últimas elecciones el PP con 422.769 votos menos de los que obtuvo el PSOE en 2008, consiguió 17 diputados más y la mayoría absoluta no, absolutista. Y desde entonces no solo hay más paro, sino que tenemos una peor Sanidad y Educación, eliminaron las ayudas a la emancipación de los jóvenes, subieron tasas universitarias y recortaron becas, se adueñaron de la radiotelevisión pública, establecieron el despido gratis para los jóvenes, hicieron una reforma de la Ley de Costas que desprotege el litoral (gracias a Arias Cañete), reformaron las pensiones desvinculándolas del IPC y al grito de “que se jodan” le recortaron las prestaciones a los parados, entre un larguísimo etcétera.

Desde aquí les animo a que, independientemente de la fuerza progresista con la que más simpaticen, voten. Necesitamos una Europa más social y es absurdo pensar que un Parlamento Europeo lleno de neoliberales y de fuerzas de extrema derecha (en auge) van a hacer una política que mire por los más débiles. Los sectores más reaccionarios de España y de los países vecinos van a ir a votar, pueden tenerlo seguro. De nosotros depende de que no sean mayoría.

Si pasas de la política, otro la hará por ti ... Y posiblemente contra ti.

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