Dice que es el árbol más antiguo cultivado por el hombre, según vestigios en excavaciones del valle del Jordán, datados hace más de 11.000 años. La fruta de los filósofos, asociada a la fertilidad y sabiduría.
Una rama, con su extremo machacado, se planta en tierra a final de noviembre, enraizando y brotando en la primavera, con su alcorque lleno de esquila de lana de oveja. “Quién guarda la higuera, comerá sus frutos”.
En Badajoz con los pequeños frutos que se secan en sus ramas y caen, son recogidos a mano y recubiertos de chocolate uno a uno, reconocido bombón de higo.
De brevas a higos no es coincidente temporalmente con de higos a brevas, notorio al caerse de la higuera. Somos el primer país europeo en producción, aunque sin alcanzar el liderazgo mundial turco.
La hoja de higuera tiene una gran representación histórica, más allá de lo divulgado, y a pesar del refranero de no recomendar echar la siesta bajo una de ellas, es el mejor conservante de sus frutos envolviendo las cajas de madera de chopo de la vega de Granada.
Siempre me llamó la atención la higuera en lo alto del campanario, alminar o risco, sin haber escuchado la explicación del pájaro que comió su fruto y diseminó su semilla con éxito en un lugar a priori poco agronómico para su éxito, bravía a falta de injerto a pesar de poner en riesgo su verticalidad.
“Dios te dé alegría y gozo, casa con corral y pozo”, y una higuera con una rama brevera morada y otra de higos blancos.