pobreza.jpg
pobreza.jpg

Cada vez que venía gente a casa -que era cada dos por tres- mi madre se ponía fina. En un acto automático e involuntario colocaba eses donde no había. Manuela, no sé si quieres un pocos de tortillas / ¿Te apeteces comer algos?

Nosotros, claro está, nos reíamos porque era muy curioso ver a mi madre luciendo lunares y delantal andaluz con esas eses que no había manera de encajar ni de predecir.

Sucedía siempre que venía alguien a medio conocer.., salvo con el hombre del Ocaso que vi envejecer a la misma velocidad que envejeció el papel de los recibos que traía cada mes. El hombre de los muertos -una de esas cosas curiosas que trae el progreso- ya era casi uno más de la familia.

Ya no ocurre. Hace años que mi madre comprendió que no le hacía falta para ser una señora y porque digo yo que se diluiría la idea, entre la sociedad y en su propia imaginativa, que esas eses otorgaban elegancia y dignidad.

El caso es que poco a poco fue perdiendo la S como la vergüenza a ser ella misma.

Hoy pienso en sus eses y sus complejos y lo más curioso de todo es que creo que tuve la suerte de crecer con la idea de que mi madre -cuando le tocó de joven hacer de sirvienta para los señoritos- jamás tuvo que rendirse a las formas de cortesía ilustrada, que pudo conservar sus fondos y que siempre fue la que tuvo que ser.

Tuve la dicha de dibujar su pasado con las formas de valentía universal, de imaginármela una echá pá lante y con el mismo puño alzado de los que se saben que lo único que poseen es la sangre que los altera.

Pero tal vez me equivoqué. Tal vez tuvo que amoldarse a las viejas maneras y a esas rarezas de clase que imponen los dueños a sus esclavos. A ese Soy María, pá servirle a usted y a Dios. Acostumbrarse a la espera cuando está claro que la vida a nadie espera. Ceñirse al Buenos días, señora de legañas y almohada caliente. A la pará rigurosa en el desayuno, almuerzo y cena mientras se comía. A la eterna pregunta de ¿Deseas ustes algos más?

Estoy seguro de que mi libertad me hizo pensar en que siempre fue libre.., pero no. Mi madre fue un animal de carga con un seseo metido a la fuerza. Como intentan hacer con nosotros ahora..., con un Felis año nuevosss españolesss, muy españolesss que no cree nadie.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído