Toda la coincidencia empieza y termina en calificar el ejercicio preventivo de este jueves en Cádiz contra los maremotos (Respuesta25 en terminología burocrática) como "un éxito", sea eso lo que sea.
Si los autores del balance se refieren a que no se perdió ninguna vida y nadie resultó herido, ni un vaso se rompió, es indiscutible. Si, quizás, hablan de que pueda servir alguna vez como ayuda para salvar a personas en caso de catástrofe, también parece cierto y no es un logro menor.
En cualquier caso, si hubiera sido un fracaso lleno de errores y descoordinaciones ningún representante público iba a decirlo. Si el ensayo nunca tendrá esa utilidad futura ideal, para la que fue creado, tampoco se sabrá. Ergo, el partido estaba ganado antes de empezar.
Mientras los habitantes de Cádiz fantasean —siempre lo han hecho, a lo largo de generaciones— con la posibilidad remota de que venga o no una enorme pared de agua empujada por un terremoto desde el fondo de alta mar, queda claro que los mismos vecinos no se libran de otra ola.
La sobreactuación pública y política, en cualquier formación, tradicional o nueva, a izquierda o derecha, no perdona. La utilización partidista de cada gesto, episodio, palabra o acto parece inevitable hasta cuando se trata de sucesos. Ni los ficticios se salvan.
Balances de Junta y Gobierno
Junta de Andalucía y Gobierno de España realizaron sus balances por separado y, aunque satisfechos, reivindicaron el esfuerzo y el hipotético triunfo preventivo para sus siglas, para su propia bandera y la Administración que representan de forma efímera.
La Junta de Andalucía montó un atril sobre la playa de Santa María del Mar en el que comparecía, alrededor del mediodía, el consejero de Sanidad, Presidencia y Emergencias, Antonio Sanz. El océano Atlántico, radiante y sereno este jueves, servía de forillo deslumbrante cuando se lo representaba como amenaza mortal.
Sin ahorrar calificativos épicos, Sanz habló del "el mayor simulacro celebrado nunca en nuestro país. Se ha hecho historia en Cádiz. Es el mayor hito en materia de planificación de emergencias".
Sobraba decir después que considera el ejercicio Respuesta25 —organizado directamente por la Administración autonómica que dirige— como "un éxito", aunque el balance formal, técnico, se hará dentro de siete días "en una reunión en la que se analizarán todas y cada una de las acciones llevadas a cabo".
Sanz detalló los aspectos técnicos, figurados, del simulacro, detalles científicos. Se habría originado el hipotético maremoto entre las fallas de Horseshoe y Marqués de Pombal, al suroeste del Cabo de San Vicente, con una magnitud teórica de 7,6 en la escala Richter.
A las 10.04 horas habría llegado el aviso de las balizas marítimas a tierra. El mensaje de alerta a los teléfonos móviles y las señales acústicas con sirenas aparecieron, exactamente, nueve minutos después.
El impacto de las primeras olas en las costas del Golfo de Cádiz quedaba estimado en 55 minutos. Ese era el tiempo que tenían los ciudadanos para buscar algún refugio, bien en altura, bien en una zona segura por despejada.
Cómo salvar vidas
Todos los que participaron en el simulacro de la mañana del jueves en Cádiz lograron alcanzar una cuarta planta o un punto, calle o plaza, señalado como seguro en apenas unos minutos. Los que más tardaron invirtieron 20. Ese objetivo, ese mensaje, queda cubierto.
Sanz lo resume: "Que cada persona conozca cómo tendría que actuar y sepa del tiempo que dispone para ponerse a salvo. Ya sólo con esto estaríamos salvando muchas vidas".
Entre los movilizados, destacaba que la Consejería de Educación ha movilizado a 2.539 escolares y ha trabajado con ellos en las semanas previas para "sembrar la semilla de la autoprotección. Los niños de hoy salvarán vidas mañana. La educación en emergencias evita riesgos en el presente y en el futuro".
En el simulacro también se han comprobado las comunicaciones entre distintas administraciones, con los operativos y empresas participantes, además de los mecanismos de salvaguarda de bienes culturales.
El consejero resaltaba "la implicación y el trabajo" de la Consejería de Cultura para proteger obras de arte o patrimonio histórico en emergencias y desastres.
Archivo Histórico Provincial, Biblioteca Provincial, Centro de Arqueología Subacuática y Museo de Cádiz participaron en la realización de ejercicios prácticos para la evacuación y salvaguarda de parte de sus fondos.
En la playa de Santa María del Mar tuvieron lugar los avisos a surfistas, rescates y actuación forense del Instituto de Medicina Legal, mientras que en la Zona Franca el Colegio de Arquitectos ensayó un protocolo de valoración de daños en edificaciones.
Por último, en la zona portuaria de El Puerto de Santa María la Unidad Militar de Emergencias (UME) practicó en la búsqueda de desaparecidos con bomberos y sanitarios, entre otros.
"Gracias a todos por haber hecho posible este hito sin precedentes como parte de la implantación del Plan de Maremotos de Andalucía, el primero en hacerse en España. No tiene parangón, ni siquiera los hay igual en el ámbito académico", recalcaba.
La "evidente y total implicación del Gobierno"
De forma paralela, la subdelegada del Gobierno de España en Cádiz, Blanca Flores, que estuvo presente en varios de los ejercicios y en su culminación en Santa María del Mar, emitía una nota pública en la que destacaba "la importancia de este tipo de entrenamientos".
Considera la representante de la administración estatal que "hacen posibles respuestas más eficaces cuando se producen emergencias reales".
La Subdelegación resalta que el Gobierno de España ha participado en el simulacro del maremoto con la colaboración de 147 personas y 42 vehículos de seis ministerios distintos.
"Es un campo de pruebas idóneo a la hora de detectar posibles errores en la coordinación, en los operativos utilizados o en las decisiones que se adoptan durante la emergencia, ver dónde se funciona bien y dónde están los puntos de mejora para ser más eficaces y eficientes", decía Blanca Flores.
Como si fuera posible otra opción, la subdelegada resalta que el ensayo "evidencia la total implicación del Gobierno de España" en caso de catástrofe.
Flores recuerda la participación activa de Guardia Civil, Policía Nacional y Dirección General de Tráfico, Salvamento Marítimo, Puertos del Estado o Unidad Militar de Emergencias (UME) entre otros. En su comunicado, detalla la aportación estatal.
Así, la Policía Nacional puso a disposición del operativo 55 efectivos y 17 vehículos, con integrantes de la Policía Científica y el Instituto de Medicina Legal. Suyos fueron algunos de los ejercicios más impactantes, con actuaciones "pre y post mortem, atención a los familiares, presentación de denuncias y autopsias".
En el caso de la Guardia Civil, prosigue Subdelegación, la Comandancia de Cádiz puso a disposición del ejercicio 27 funcionarios y 11 vehículos. El Subsector de Tráfico colaboraba con cuatro componentes y dos vehículos en los cortes de carreteras.
La Unidad de Carreteras del Ministerio de Trasportes dispuso centros de control en las torres o los puntos más altos de los dos puentes de acceso a Cádiz, con una disponibilidad de 30 personas. En caso de maremoto, añade la subdelegada, se lanzarían drones que también fueron visibles en el ejercicio.
La Unidad Militar de Emergencias participó en el dispositivo un total de 35 militares, cinco vehículos ligeros, dos embarcaciones, dos vehículos pesados de carga, tres vehículos pesados tácticos y una ambulancia.
Unos y otros, todos, Junta de Andalucía y Subdelegación del Gobierno dieron por terminado el simulacro de maremoto a las 14.30 horas, cuatro horas y media después de su inicio.
Las atribuciones de méritos propios, el lanzamiento de ajenos deméritos, continuará de forma indefinida. Se desconoce si hasta la llegada de la gran ola de agua salada.
