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El viejo mira un momento por el ventanuco de la cabaña sin dejar de desgranar la mazorca que tiene entre las manos. Esta noche va a helar de lo lindo, dice. Me pregunto tontamente cuántas mazorcas de maíz habrá desgranado a lo largo de su vida. Mientras trabaja mantiene los ojos fijos en el fuego. Sabe que desde el taburete que ocupo a su lado no quito los míos de sus manos bastas como barro, de sus dedos apergaminados pero rápidos en la labor, diestros.

La panocha hace muy buena paja, y me indica con gesto leve el montón de hojarasca acumulada en un rincón de la rústica estancia, a prudente distancia del fuego. Es su manera de ofrecerme su guarida para pasar la noche. Se trata de un hombre parco en palabras, como todos los solitarios. No me conoce y no quiero abusar de su hospitalidad, pero afuera el frío muerde como perro rabioso. Sí, esta noche va a helar de lo lindo.

No me ha preguntado quién soy ni de dónde vengo. Le basta con haberme mirado al fondo de los ojos. Un hombre puede mentir pero sus ojos nunca son embusteros. Delatan siempre, y más a quien huye de un mal sueño.

Deja la mazorca a medio desgranar y coge un pan de dentro de un cesto. Saca una navaja y deja que la mire bien cuando despliega con lentitud la hoja de acero. Entonces sí me mira a los ojos de nuevo, y sé que ve sangre reflejada en el brillo de mis miedos. No dice palabra. Me ofrece una rebanada de pan gruesa y un tajo de queso. Mastico despacio aquel alimento honrado. Vuelve a poner vino en el vaso y me lo acerca: bebe, esta noche va a helar de lo lindo.

Liado en una vieja manta y recostado sobre la paja del maíz, pienso que antes de dormir quizá debería contarle de una vez al viejo la tropelía que me hace huir como animal montuno y que me ha llevado a buscar refugio en aquel monte apartado. Le debo sinceridad, por lo menos. Pero el crepitar del fuego hace más evidente el silencio. Ahora hay que tratar de descansar. Y soñar, soñar que tal vez todo no sea más que un mal sueño.

Fuera, tras el cristal del ventanuco, las estrellas tiemblan de frío.

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