Ciudadanos ha propuesto seis medidas para dar el sí en la investidura al candidato a la Presidencia del Gobierno del Partido Popular, Mariano Rajoy. Dos de ellas son un claro brindis al sol.
Ciudadanos ha propuesto seis medidas para dar el sí en la investidura al candidato a la Presidencia del Gobierno del Partido Popular, Mariano Rajoy. Dos de esas seis medidas son un claro brindis al sol, ya que una no la puede realizar en solitario con el Partido Popular y otra la podría haber impulsado sin este partido. Me refiero a la eliminación de los aforamientos ligados a cargos políticos y representantes públicos y la creación de una comisión de investigación parlamentaria que investigue la supuesta financiación irregular del PP. Comenzando por la primera de ellas, la eliminación de los aforamientos, el artículo 71 de la Constitución es claro al establecer que en las causas contra diputados y senadores será competente el Tribunal Supremo. ¿Qué quiere decir esto? Que para que se cumpla dicha propuesta se ha de reformar la Constitución. ¿Son suficientes los escaños del PP y Ciudadanos para reformarla? Desde luego que no. Para reformar este artículo habría de hacerse por la forma menos agravada (si recuerdan, al igual que se reformó el famoso artículo 135 de la Constitución), para lo cual se necesitan, al menos, tres quintos de los escaños del Congreso y del Senado. Por tanto, este acuerdo no conllevaría automáticamente que los diputados y senadores dejasen de ser aforados. Además, habría que preguntarse: ¿la propuesta de Ciudadanos también incluyen a los jueces? ¿Se puede considerar a éstos cargos públicos? Desde luego, una medida ambigua que suscita más dudas que soluciones.
En segundo lugar, para instar la creación de la comisión de investigación, se podría haber hecho ya mismo en sede parlamentaria. El Reglamento del Congreso estipula que dos Grupos Parlamentarios pueden proponer la creación de una comisión de investigación, que luego se ha de constituir por acuerdo del Pleno. Sumando los escaños de PSOE, Unidos Podemos y el propio Ciudadanos, existe una mayoría más que suficiente para constituir dicha comisión. Por tanto, no hace falta contar con el PP para que se pueda realizar.
Las medidas propuestas por el partido de Albert Rivera no parecen que solucionen los problemas reales de un país con más de un 20% de paro
En todo caso, las medidas propuestas por el partido de Albert Rivera no parecen que solucionen los problemas reales de un país con más de un 20% de paro, con un cuarto de la población en riesgo de exclusión social, con personas que, aunque trabajen, no llegan a fin de mes o con problemas, cada vez más acuciantes, para pagar las pensiones. Ni una sola de las medidas va encaminada a mejorar la situación de esas personas. Efectivamente, la crisis de la representación e institucional que sufre España es uno de sus principales problemas, pero no el único, y desde luego la regeneración democrática, aunque sea sumamente importante, no va a mejorar, al menos directamente, las dificultades que afectan en el día a día a los españoles y españolas. ¿Por qué no poner encima de la mesa de negociación la derogación de la reforma laboral, de la ley mordaza, la tan necesaria reforma de las pensiones o un plan de emergencia ciudadana para aquellos parados de larga duración que llevan más de dos años sin que entre un euro en su bolsillo?
En el otro lado del tablero de juego nos encontramos a Mariano Rajoy. Un presidente del Gobierno que tantas veces ha puesto como límite la Constitución para problemas políticos que han de solucionarse mediante el diálogo, como la cuestión catalana, y que ahora ha pretendido transgredir. El propio presidenciable ha llegado a declarar que, a pesar de haber aceptado la propuesta del Rey, no se presentaría a la investidura si no contaba con los apoyos suficientes. Algo manifiestamente inconstitucional si tenemos en cuenta que el artículo 99.2 de nuestra Carta Magna estipula que el candidato propuesto se ha de presentar forzosamente a una sesión de investidura. Y el tiempo corre. La Presidenta del Congreso, Ana Pastor, no ha tenido prisa por poner una fecha a la investidura a pesar de que el Reglamento del Congreso le obligue a ello. Para próximas ocasiones, esta debería ser una de las cuestiones que se debería modificar, para establecerse un plazo máximo en el cual se celebrase dicho debate, desde que el Rey nombrara al candidato.
Efectivamente, ahora es el turno de Mariano Rajoy. Es el candidato que ha respondido afirmativamente a la propuesta del Jefe de Estado. Parece que aún no tiene los apoyos suficientes, dada la negativa del PSOE a abstenerse o votar a su favor. Pero este partido, si no quiere que se repitan elecciones, debería ir pensando en un plan B. Si Rajoy fracasa en su intento por ser investido como Presidente, será el turno de Pedro Sánchez. En la legislatura fallida ya se probó que los diputados de Ciudadanos y del PSOE no eran suficientes, y lo son aún menos ahora, dado que ambos han descendido en escaños. Además, no se entendería que Ciudadanos fuera un “partido veleta”, que tan pronto apoya al PP en la investidura como apoya al PSOE. Sin embargo, los números dan para un Gobierno progresista, conformado por el PSOE y Unidos Podemos, con el apoyo eventual de los grupos políticos nacionalistas; que realmente pudiera sacar adelante a un país que no se merece más políticas de austeridad y recortes sociales que se han comprobado erráticas.
España no puede esperar más. Ya son ocho meses de Gobierno en funciones. Y los problemas de nuestro país son cada vez mayores. O se ponen manos a la obra, o el fracaso de la espera será un hecho, de nuevo.
Andrés Dueñas es graduado en Derecho, máster en Derecho Constitucional del Centro de Estudios Políticos Constitucionales, y es profesor asociado de esta disciplina en la Universidad de Valladolid. Encabezó la lista al Senado de Podemos en la provincia de Valladolid en las últimas elecciones generales.
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