captura_de_pantalla_2017-04-23_a_las_14.03.22.png
captura_de_pantalla_2017-04-23_a_las_14.03.22.png

La intención es clara: resaltar el hecho de que el régimen golpista era defensor del catolicismo histórico español y que, en ese sentido, su legitimación era sólida, innegable, incontestable.

Este escudo es obra del arquitecto jerezano Fernando de la Cuadra Irízar, quien hizo el colegio llamado Grupo Escolar Isabel la Católica en 1949. En él vemos la cartela franquista, que obviamente nunca estuvo en el escudo de los reyes católicos, donde dice "Una, grande y libre". También se ve el mismo rostro de la reina Isabel, que tampoco figuró jamás en su escudo pero que aquí sí queda destacado como símbolo típico de la ideología de Franco, quien la quiso convertir en uno de sus epopéyicos antecedentes para justificar así una supuesta línea histórica de continuidad nacional-católica desde la conquista de Granada hasta el golpe de estado de 18 de julio de 1936.

El escudo de armas que el régimen franquista quiso usar se explica detalladamente en el Decreto del Ministerio del Interior de 2 de febrero de 1938, y aunque el escudo que aparece en la fachada del colegio jerezano es una recreación con centro icónico en la reina Isabel, obedece en lo esencial a las directrices marcadas por aquel decreto firmado por Franco y, en su nombre, por el entonces ministro del Interior Serrano Suñer.

Las columnas de Hércules que aparecen en el escudo franquista jamás formaron parte del escudo de los reyes católicos (sí del escudo imperial de Carlos V). Lo que sí aparecía en el escudo del siglo XV eran el yugo y el haz de flechas, emblemas adoptados, como es sabido, por la Falange Española.

Lo que Fernando de la Cuadra quiso transmitir a los alumnos era la pedagogía política ramplona del caudillo vencedor y sus sueños de grandeza. Era el mensaje histórico-glorioso (justificador del golpe) que quiso inculcar a sangre y fuego en la sociedad española el general Franco, a saber, que él era el continuador de los ideales del viejo imperio español: "La consumación de la Reconquista, la fundación de un Estado Fuerte e Imperial, el predominio en Europa de las armas españolas, la unidad religiosa, el descubrimiento del nuevo mundo, la iniciación de la inmensa obra misional de España, la incorporación de nuestra cultura al Renacimiento" (decreto citado). Los niños, a través del rostro más o menos maternal de la reina Isabel, tenían que imbuirse de esa supuesta grandeza del imperio español que Franco representaba en aquellos años "por la gracia de Dios" y por la ayuda que recibió de Hitler y Mussolini durante la guerra civil.

Franco introdujo modificaciones —que no ocultó— en el verdadero escudo de Isabel la Católica: "Son precisas, no obstante, algunas modificaciones. Han de ser suprimidas las armas de Sicilia, que dejó de ser española desde el tratado de Utrecht, y en su lugar deben figurar las del glorioso reino de Navarra, cuyas cadenas se incorporaron con todo acierto y justicia al emblema del Estado en 1868. También conviene conservar las columnas con el lema: "Plus ultra", que, desde Carlos V. viene simbolizando la expansión española de ultramar y el aliento de superación de los navegantes y los conquistadores españoles" (decreto citado). Es decir, el escudo que está en el colegio no es, ni de lejos, el de Isabel la Católica, sino una composición, cargada de ideología, a estampar por el régimen en la mente de los niños y niñas que iban a ser sus súbditos cuando crecieran.

Por muy obvio que resulte decirlo, no hay que pasar por alto que en el escudo en piedra que aparece en la puerta de acceso a este centro educativo jerezano se lee "Isabel la católica" y no, por ejemplo, Grupo Escolar Isabel I de Castilla. La intención es clara: resaltar el hecho de que el régimen golpista era defensor del catolicismo histórico español y que, en ese sentido, su legitimación era sólida, innegable, incontestable. De nuevo: Franco, caudillo de España por la gracia de Dios, como Isabel la católica...

El escudo de ese centro educativo es, en definitiva, de forma clara, un emblema pedagógico directamente vinculado con la ideología totalitaria del franquismo. En él subyace un mensaje, también, a la sociedad de la época en el sentido de dejar claro cuáles serían los valores éticos, culturales y políticos en que iba a crecer la vigilada juventud de la época. Y en consecuencia se trata, en resumidas cuentas, de un símbolo del franquismo que la comunidad educativa de Jerez debería, de algún modo, eliminar cuanto antes, dado que incumple el artículo 15.1. de la Ley 52/2007, vigente, de memoria histórica, que dice: Artículo 15.1 “Símbolos y monumentos públicos. Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas”.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído