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-Votar a cualquier partido político siempre implica contradicciones. Si nos centramos en los orígenes del partido o sus líderes, todos tienen algo que se les puede reprochar.

Greta Thunberg, en la Cumbre del Clima.
Greta Thunberg, en la Cumbre del Clima.

-No te vuelvo a dejar solo…

-¿Crees que me pasé?-. Me interesaba mucho la opinión de Gruñón sobre la columna que escribí hace 15 días. Al fin y al cabo, estos son los artículos del club que lleva su nombre.

-No, para nada. De eso se trata, amigo mío.

-No te sigo…

-Eres un tocapelotas, te gusta provocar. Los tocapelotas sois muy necesarios en una sociedad como la vuestra.

-No sé yo, Gruñón. No lo veo claro.

-Votar a cualquier partido político siempre implica contradicciones. Si nos centramos en los orígenes del partido o sus líderes, todos tienen algo que se les puede reprochar.

-Incluso cada uno tiene sus dictadores favoritos, que se lanzan unos a otros como ladrillos.

-Por ello, al votar hay que centrarse en el presente y en los programas que cada uno presenta. Teniendo en cuenta esto, el partido más anticonstitucional es Vox.

-Yo también lo pienso. Mucha banderita pero si estos salieran elegidos, de la actual España quedaría poco.

- A su hipócrita patriotismo hay que añadirle que niegan más que San Pedro. Niegan la violencia de género, niegan el cambio climático, niegan la ley de memoria histórica, niegan los derechos de los colectivos LGTBI, niegan los derechos de los Menas —como bien dijo Teresa Rodríguez: estamos hablando de niños abandonados— menores a los que cobardemente relacionan con delincuencia, niegan el socorro de las personas que desesperadas se lanzan al Mediterráneo, niegan el avance de la España de las autonomías para volver al centralismo, niegan los beneficios de seguir en la Unión Europea… ¿paro ya o sigo? Puedo llevarme así todo el día —asentí con la cabeza y dejé que continuara—. Querido amigo, no es lo mismo dar pasos hacia delante que darlos hacia atrás. Y esto último es lo que representa hoy este partido.

-Y yo que siempre pensé que los Pituffos erais un pueblo muy tradicional…

-No confundas las tradiciones con una sociedad que avanza. Hay que tener muy presente la historia de los pueblos, sobre todo para no repetir errores.

-Pues no parece que aprendamos mucho de nuestra historia...

-Además, aunque tradicionales, ¿qué crees que podemos pensar los pituffos de los que niegan la emergencia climática? ¿También te extraña que los pituffos seamos ecologistas?

-Vivís rodeado de naturaleza desde hace siglos, es lógico que os preocupéis por ella.

-Todos deberíamos estar muy preocupados, los urbanitas como tú, también. Nuestra vida depende del equilibrio que la madre naturaleza nos proporciona. Por eso, presenciamos horrorizados cómo os cargáis el único planeta que tenemos.

Mientras lo escuchaba hablar tuve la sensación de que las palabras enfadadas de Gruñón no sólo iban dirigidas a aquellos que niegan el cambio climático y la implicación del ser humano en el mismo. La regañina del pituffo nos hacía responsables a todos. Y una vez más, la razón estaba de su lado. Fue entonces cuando, de manera inconsciente, mi cerebro hizo una asociación de ideas que derivó en la siguiente pregunta.

-¿Qué piensas de Greta Thunberg?- La lucha contra la emergencia climática y la imagen de esta pequeña niña con su cartel en la mano se han unido de manera indisociable.

-Greta es un icono. Un gran icono.

-¿No te resulta curioso cómo algunos cargan contra todo símbolo que represente cambio y progreso?

-Ten en cuenta que esa niña se ha convertido en una imagen demasiado poderosa. Eso asusta a quienes ven en ella un riesgo que puede hacerles perder sus privilegios. La fuerza del poder que acumula su imagen ha quedado demostrada en Madrid donde miles de personas han acudido a una multitudinaria marcha atraídas por su mensaje ecologista. Es enorme la influencia que un icono así puede llegar a ejercer. Te aseguro que un mensaje tan enérgico hace que salten las alarmas.

- Transciende incluso la propia realidad de la persona para convertirla en un mito…

- Así es. Ya no es solo cuestión de medio ambiente. Su icono nos manda un aviso sobre una sociedad injusta que agota recursos mientras la mitad del mundo sufre las consecuencias. Ahí está el epicentro del terremoto. Es un mensaje de igualdad, de reparto más equitativo de la riqueza. Para las élites, la imagen de Greta inyecta en los jóvenes un espíritu inconformista, un motor de lucha para reclamar un mundo más justo. Espíritu del que, por ejemplo, los de tu edad carecen en su mayoría. Los de “arriba” son conscientes de la fuerza que, llegado el momento, un símbolo así puede otorgar a las nuevas generaciones, dotándolas de un peligroso poder para romper el status quo. No creo que seas tan iluso de pensar que estos tipos se quedarían de brazos cruzados —mi silencio acompañado de una mirada cómplice le demostraba mi parecer. Gruñón se mostró conforme y prosiguió—. Esta es la razón por la que los grandes privilegiados del sistema la atacan de inmediato y ordenan cargar contra ella. Un ataque que sus babosos lacayos plantean siempre de la misma manera. De repente, “aparecen” extrañas noticias que enturbian la imagen del icono en cuestión.

-En este caso —apunté— ya circulan bulos sobre su relación con el magnate George Soros, con fotos trucadas incluidas, o una historia falsa y absurda según la cual la Iglesia luterana la consideraba “la sucesora de Cristo”.

-Fake news que los seguidores de este pensamiento neardenthal promueven sin pudor. Lo sufrieron desde Gandhi, al que acusaron de racista y pervertido abusador de niños, pasando por Martin Luther King, al que convirtieron en un degenerado violador, o a John Lennon, en un maltratador de mujeres… curioso, ¿verdad? Ni siquiera hace falta presentar pruebas, todo se basa en fuentes extrañas y oscuras. Ya que no pueden utilizar datos o argumentos lógicos contra el mensaje que transmiten, intentan acabar con las ideas machacando a la persona que las representa.

-Es cierto. Lo noto cuando discuto, normalmente en redes, con algunos de ellos. Mientras yo expongo datos y evidencias, sus argumentos se basan en experiencias personales —algo que todos tenemos en uno u otro sentido— y mantras que repiten como papagayos.

-Exacto… Pero esta vez se han pasado de la raya.

-¿A qué te refieres?

-Si “jugamos a esto”, los adultos somos conscientes de los riesgos a los que nos enfrentamos. Cuando públicamente “te mojas” siempre sabes que algún que otro troll bajo seudónimo, te atacará. Lo aceptas y simplemente rezas para que el nivel sea un poco elevado y no te toque un narcisista cobarde e insufrible que hagas comentarios kilométricos llenos de odio y argumentos incoherentes que aburren incluso a las ovejas.

-Pues, en nuestro caso, se ve que Dios no está para según qué cosas.

-No, mucho caso no nos ha hecho…

-Pero olvidemos a personajes menores, prosigue, te he interrumpido. ¿Qué te ha encendido tanto esta vez?

-Los insultos dirigidos a una menor con síndrome de Asperger. Niña, luchadora por una causa noble que conlleva la pérdida de muchos privilegios, incluidos los suyos, y con datos científicos que avalan su discurso.

-Mujer, mundo más justo y la ciencia por encima de la mitología religiosa. Ahora que lo pienso, lo tiene todo.

-Los bocachanclas habituales han soltado toda su bilis. Jiménez Losantos, además de llamarla loca y zumbada, incluso hacía bromas con la supuesta muerte de Greta. Carlos Herrera —antaño más moderado, ahora sin careta— se refiere a ella como Gretita la perturbada. Incluso un personaje tan triste como Frank de la Jungla ha mostrado su versión más patética —lo cual era difícil— haciendo “imitaciones” de la joven.

-Ya. Estos son los salvapatrias que lo único que hacen es que algunos sintamos vergüenza ajena.

-Tranquilo, este movimiento no se reduce a España. El mundo está cada vez más dividido en dos formas de entender la vida, involucionar o evolucionar. Cada uno elige su posición.

-Pero siempre hay límites y la infancia es uno de ellos. Por ejemplo, en Estados Unidos, Fox News incluso ha tenido que pedir disculpas —esa sí es la diferencia con España— por sus insultos hacia Thunberg. ¿Te imaginas a la Cope o al panfleto de OkDiario haciendo lo mismo?

-¿Sabes qué, Gruñón?

-Dime…

-Me vuelve el asco contra todos estos imbéciles…

-De imbéciles nada, élites que quieren mantener su estatus de privilegio. Saben muy bien lo que hacen y dicen. Imbéciles son los borregos que los siguen. Al final, el número de votos de Vox nos va a servir como un buen censo de…

-¡Para, para amigo mío! No sigas, no quiero más jaleos.

Acompañando a las siguientes palabras con una sonrisa irónica, mi amigo pituffo puso fin a la conversación.

-Conociéndote, estoy seguro de ello…

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