La Junta de Andalucía ha anunciado que ayudará a los barcos afectados por el fin del convenio de pesca con Marruecos. Se trata de una buena noticia tanto para armadores como tripulantes, aunque aún está por ver de dónde procede y cómo se tramita ese dinero que, en principio, sería a cargo del nuevo Fondo Europeo Marítimo de Pesca y Acuicultura.
El problema es que cerrar un nuevo acuerdo con Marruecos se vislumbra que puede ir para largo, entre otras razones, porque está por medio la resolución de un recurso del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que, por ahora, imposibilita que comiencen como tal las negociaciones, por eso, la propia consejera de Pesca de Andalucía, Carmen Crespo, pide a los responsables de Bruselas que comiencen a mantener contactos informales con las autoridades marroquíes para ir avanzando e ir teniendo algo del trabajo hecho para cuando empiecen propiamente las negociaciones, consciente de que ahora mismo no hay fecha aproximada de inicio.
Los 47 barcos andaluces afectados tienen todos su base en distintos puertos de la provincia de Cádiz, en Algeciras, Tarifa, Barbate y Conil. A la espera de ver qué ocurre con estas ayudas, algunos barcos han mostrado su disposición a seguir faenando por ahora en aguas del golfo de Cádiz, si bien se trata de un caladero que está saturado.
Lo cierto es que el acuerdo con Marruecos, antaño bilateral entre España y el país alauita, y bajo el manto de la UE después de la entrada de España en la institución, ha ido poco perdiendo la relevancia social y económica que tenía, por varios motivos, sobre todo por la evolución del propio sector pesquero, pero también del propio convenio, de un interés cada vez más limitado para la propia flota gaditana. De hecho, parte de los 47 barcos afectados en la provincia reconocían que no siempre iban a faenar a los caladeros habilitados por las autoridades marroquíes y se quedaban en el golfo de Cádiz, aduciendo razones de todo tipo: desde el impasse que se creó con la pandemia del covid a la ubicación de los propios caladeros, las más de las veces en aguas saharauis, a lo que hay que añadir el desmedido coste del combustible, una suma que hace que este convenio, siendo importante, no es lo que era para la flota hace años.
Bien... las ayudas serán bienvenidas, pero con la plena conciencia de que en absoluto servirán para nada más allá que paliar los efectos de esta situación coyuntural.
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