El mes de diciembre vuelve a convertirse en sinónimo de colapso para el profesorado andaluz. Informes, actas, evaluaciones y tareas duplicadas en Séneca se acumulan en unas semanas marcadas por la sobrecarga burocrática, una situación que, según denuncia CCOO, no es puntual ni accidental, sino consecuencia directa de la falta de medidas estructurales reales por parte de la Administración educativa.
El sindicato alerta de que el profesorado afronta cada final de trimestre bajo una presión administrativa creciente, especialmente intensa en estas fechas. “Diciembre arde”, señalan, aludiendo a un escenario que se repite curso tras curso sin que se adopten soluciones de fondo. Para CCOO, la raíz del problema no está en la herramienta Séneca en sí, sino en un sistema que multiplica trámites y tareas sin liberar tiempo ni recursos en los centros.
En este contexto, el sindicato es especialmente crítico con el denominado “Acuerdo de Humo” firmado entre la Consejería de Desarrollo Educativo y FP y otras organizaciones sindicales. A su juicio, se trata de un pacto que apuesta por promesas de simplificación y medidas meramente cosméticas, mientras ignora deliberadamente las verdaderas palancas que permitirían reducir la burocracia docente.
CCOO insiste en que la única vía efectiva para aliviar esta carga pasa por liberar tiempo al profesorado y reducir la presión en las aulas. Entre sus reivindicaciones, destaca la reducción del horario lectivo, con menos horas frente al alumnado y más tiempo para la coordinación y la labor pedagógica; una reducción real e inmediata de las ratios, hasta 20 alumnos en Infantil y Primaria, 25 en ESO y 30 en Bachillerato; y un aumento de las plantillas, incorporando personal suficiente que permita descargar las tareas administrativas en apoyo especializado.
El sindicato recuerda que el acuerdo de la Junta plantea una ratio de 22 alumnos solo en el segundo ciclo de Infantil y no antes de 2028, una medida que considera tardía e insuficiente. Para CCOO, este planteamiento evidencia que el Gobierno andaluz prefiere no invertir de forma estable en menos alumnado y más profesorado, aun a costa de la salud emocional del colectivo docente.



