La sentencia condenatoria al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz –en realidad todavía no cabe hablar de sentencia, se trata de una providencia que adelanta cual va a ser la decisión–, ha vuelto a poner de manifiesto la absoluta polarización en que se encuentra la política española, sin ningún nexo entre izquierda y derecha.
El Gobierno acata y respeta –como no podría ser de otra manera– la sentencia, pero deja claro que no la comparte, mientras sus medios afines redoblan sus esfuerzos en la defensa de García Ortiz, sin conocer siquiera la argumentación de la sentencia, que todo indica que se dará a conocer a no mucho tardar. El hecho de que dos de los siete magistrados que han juzgado la posible revelación de secretos por parte del fiscal general del Estado se muestren en contra del fallo y que ambas –se trata de dos juezas progresistas– emitan un voto particular, ha dado argumentario a los partidos de izquierda y medios afines para insistir en la politización de la justicia y en el supuesto lawfare existente.
Por supuesto, desde el PP se ha buscado inmediatamente el hilo conductor de la sentencia hacia su principal valedor durante todo este tiempo que, en efecto, no es otro que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Imposible dejar pasar la entrevista de portada de El País de hace dos domingos, en la que el presidente defendía sin fisuras la inocencia de ‘su’ fiscal general del Estado.
A la espera de conocer los detalles de la sentencia, es cierto que la condena de García Ortiz supone un serio contratiempo para la estrategia del propio Sánchez de ir desmontando los distintos asuntos de presunta corrupción que hoy por hoy cercan no solo la gestión socialista, sino del propio entorno personal del presidente. La posible absolución –era una posibilidad cierta, de hecho, se veía como muy probable en distintos ámbitos, no necesariamente afines con el Gobierno– del fiscal general era ‘la primera piedra’ de Sánchez para comenzar a ganar lo que se da en llamar el relato. Ahora, tras ‘arremangarse’ en este asunto, lo único que ha conseguido el presidente es un redoble en las peticiones de la derecha de que asuma responsabilidades, dimita y asuma responsabilidades…


