Un mundo cultural en el que Vox censura y la izquierda 'woke' cancela

La extrema derecha usa su creciente poder institucional para que se vea su programa en temas que generan ruido y le son relativamente accesibles, mientras la 'neoizquierda' sigue instalada en la corrección política

Representación de 'La villana de Getafe', obra censurada por Vox.
Representación de 'La villana de Getafe', obra censurada por Vox.

Vox ha encontrado en el mundo de la cultura una autopista en la que dar visibilidad a parte su ideario político. En los últimos días han sido varias las actuaciones, del veto a la simple denuncia pública, en las que Vox carga contra representaciones teatrales y películas en las que, de alguna forma, hay algún elemento LGTBIQ+ o feminista, sin reparar siquiera en que detrás puedan estar nombres tan reconocidos de la literatura universal como Virgina Woolf o Lope de Vega.

Se trata de una estrategia factible desde el momento en que Vox ha ganado poder en ayuntamientos y comunidades autónomas a partir de sus pactos con el PP. Estas actuaciones serían no solo una manera de resignificarse ante el PP, sino que el posible votante vea que ambas formaciones no son lo mismo. Además, se trata de una manera relativamente cómoda de que el que ya es votante de la formación de extrema derecha perciba que el partido trabaja, en efecto por introducir parte del programa en un sector como el cultural que, aunque pueda resultar muy sensible entre la opinión pública, desde luego es mucho más accesible que otros temas de calado social, económico o político. Se trataría de que parezca que se hace más de lo que se hace en realidad, a tenor de la caja de resonancia que dicha censura (sea cual sea el grado en que se manifiesta o alcanza) va a tener, sin duda, en los medios de comunicación. 

Retirar la proyección de la película 'Lightyear' en un pueblo de Cantabria porque dos mujeres se besan; vetar en Valdemorillo (Madrid) una versión teatral de la novela 'Orlando', de Virgina Woolf, porque aborda temas como la homosexualidad y la sexualidad femenina en la época victoriana o denunciar en un ayuntamiento en el que ni siquiera se gobierna, como es el de Getafe, un montaje teatral libre de una obra de Lope de Vega –precisamente La villana de Getafe– no son medidas aisladas. Donde se puede se retira o se veta y, donde no, se denuncia para seguir con el ruido. Así de simple.

Cuidado, que tampoco la izquierda 'woke' se libra de la crítica debido a sus cancelaciones. ¿Por qué tocar determinado gag de un texto de Monty Python porque resulta 'incorrecto'? ¿Por qué retirar de los institutos de EE.UU. la novela 'Matar a un ruiseñor'? ¿Por qué cambiar el final de 'Caperucita Roja'? ¿Por qué no se dio el Nobel a Philip Roth o se empieza a girar alrededor de Lolita, de Vladimir Nabokov, como pieza de 'caza mayor', casi casi como en los años 50 cuando la novela fue censurada? Dejen que la ciudadanía decida. Eso sí: fórmenla antes.

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