EDITORIAL. Una cosa es que la estrategia agresiva del PP de morder la yugular le permitiera recuperar la Alcaldía y otra distinta es que con eso recobre la credibilidad perdida.
La exalcaldesa y ahora líder de la oposición, María José García-Pelayo, no maneja redes sociales. Es difícil de entender en estos tiempos pero es asunto suyo. Eso no impide que, a expensas del Supremo y de saber si seguirá haciendo carrera política, tenga a su primer espada dando el callo en la comunidad virtual, especialmente en Facebook. Antonio Saldaña, que además de concejal y parlamentario andaluz es también directivo del PP en la provincia, nutre su muro de Facebook desde la investidura del pasado 13 de junio de mensajes partidarios y parrafadas que intentan seguir demostrando su verdad. Lógico, si de una cuenta personal se trata. Ilógico, si de un representante político serio se trata. 'No te quedes en me gusta, comparte', repite una y otra vez el exvicealcalde.
Pero la verdad de los fríos números solo tiene un camino y éstos dicen que lejos de la gestión ejemplar que pregona y trata de propagar antes y después de las municipales, lo de la derecha en Jerez en estos últimos cuatro años ha tenido altas cotas de negligencia, inmoralidad e incluso ilegalidad -a las sentencias improcedentes del ERE municipal de Pelayo hay que remitirse-. Aun así, Saldaña sigue erre que erre, confiando en que el tono agresivo y elevado, y morder la yugular del adversario sin soltarla, ayudará a su partido a recuperar el enorme poder perdido, no solo en Jerez.
Una cosa es que la estrategia agresiva del PP de morder la yugular le permitiera recuperar la Alcaldía y otra distinta es que con eso recobre la credibilidad perdida.
Una cosa es que, en el peor de los casos y previa e impensable moción de censura, el PP pudiera recuperar el bastón de mando de la ciudad, y otra bien distinta es que pueda llegar a recobrar la credibilidad perdida entre una amplísima mayoría social en Jerez que se traduce en algo menos de medio millar de votantes que dijero 'no' a la forma de hacer política seguida en el anterior mandato. Otra prueba más de este estilo libre del PP, tan anclado en la segunda parte de la legislatura en las reminiscencias del peor pachequismo y en los dislates del gobierno precedente de Pilar Sánchez, se encuentra en la noticia publicada por lavozdelsur.es en cuanto al coste que supuso para los contribuyentes, en plena jornada de reflexión antes del pasado 24M, la celebración en la plaza de toros de un campeonato de freestyle o motos acrobáticas.
Casi 157.000 euros de gasto de dinero público es el coste de un evento del que se repartieron 8.000 entradas gratuitas y se ofreció en directo por Onda Jerez. Pero ésta es solo la punta del iceberg de la orgía de despilfarro que está a punto de reventar en el Circuito de Jerez. Pronto verán la luz todos los datos relacionados con la llamada Capitalidad Mundial del Motociclismo y habrá sorpresas muy desagradables que será imprescindible ver cómo se gestionan, pues no hay que olvidar que también la Junta de Andalucía tendrá algo que decir en una sociedad pública de la que es propietaria del 32% de las acciones.
La debilidad del gobierno municipal socialista -ahora con 6 ediles tras la salida inesperada de Isabel Armario rumbo a la dedicación plena en Diputación- es patente y solo podrá salvarse con el respaldo de los técnicos más cualificados y el apoyo, generoso por ambas partes, de los aliados de la oposición, Ganemos e IU principalmente, pero también de Ciudadanos. Lo que es insalvable a estas alturas no es solo el balance de la gestión del PP en estos últimos cuatro años, sino las malas formas con las que han salido del poder municipal: enrabietados, sin ni siquiera brindar la cortesía del traspaso de poderes y hasta negándose a hacerse una foto de familia con el conjunto de los concejales de la Corporación. Ediles que representan ante todo a Jerez y a los jerezanos y jerezanas, no a los intereses particulares de partidos políticos.


