Un viejo de 70 años y la inmigración

Si pensar así es delito de odio, que caiga sobre mí el peso de la ley; soy un intelectual y mi obligación no es permanecer quieto como una pita, sino escribir, aunque sea con 70 años de edad

20 de julio de 2025 a las 07:44h
Los disturbios en Torre Pacheco de esta semana.
Los disturbios en Torre Pacheco de esta semana.

En el diario La Razón un joven que atiende por Alberto R. Aguiar publicó hará una semana una información sobre el follón de Torre Pacheco con los inmigrantes y los rivales de los inmigrantes. La titulaba 'Última hora en Torre Pacheco, en directo: detenidos, heridos, incidentes y altercados'. La información iba acompañada de una fotografía de Europa Press sobre los disturbios cuyo pie indicaba: "No fue un robo, fue diversión: la escalofriante agresión a un anciano de 70 años en Murcia".  

Una vida sabia y fuerte

El niño Alberto me tocó un poco la entrepierna porque yo tengo 70 años y siento que acabo de iniciar otra vida más sabio y más fuerte. Pero comprendo al plumilla, desde su situación biológica las personas de 70 años somos viejos, para qué nos vamos a engañar, ya lo dijo una vez en El hormiguero Pérez Reverte. La cuestión es que luego los medios publicaron que el viejo de 70 años tenía 68. Y, aun así, en la SER, un muchacho de Àngels Barceló definió el pasado miércoles a la persona atacada como "anciano agredido". 

Curioso: los jueces se jubilan a los 72 años, en la universidad los profesores eméritos -como es mi caso- a los 73, se supone que pronto se elevará la jubilación en la universidad a los 72 y en Dinamarca en 2040 el personal se jubilará a los 70. Es la vejez joven, más joven que unos jóvenes que las pasan canutas en la vida y se quedan con sus papás o jugando al Tik Tok en lugar de incendiar España que mira lo bien que les ha ido a los jóvenes catalanes incendiar Cataluña, les están dando casi de todo.     

Sin embargo, no me cambio por nadie menor que yo, hasta un Harrison Ford saltarín y mayorcete sigue pegando leches en las películas del arqueólogo ése que hace de todo menos su trabajo. Irvin David Yalom, catedrático de psiquiatría en la Universidad de Stanford (USA), tiene 94 primaveras, ya no ejerce como antes, pero hace pocos años nos regaló una gran novela, El día que Nietzsche lloró, eso sí que es una novela, de ahí que resulte obra de minorías ilustradas. Bueno, por no hablar del considerado padre del pensamiento complejo, Edgar Morin, que cuenta 104 años. El otro día le escribí y me contestó en seguida, sigue en forma, dentro de un orden. 

Este viejo de 70 años, servidor de ustedes, también dentro de un orden, lleva muchos años observando el asunto de la inmigración, he dirigido incluso una tesis doctoral a una periodista canaria que fue testigo de la primera gran oleada de cayucos sobre las islas en los primeros años del siglo XXI. La investigadora llegó a conclusiones muy sabrosas sobre la labor de algunos periodistas y policías que deberían darse un paseo por los códigos éticos y deontológicos.

Efectos negativos que me preocupan

No les oculto que me preocupa este asunto, me preocupa mi país y los efectos negativos que está teniendo la inmigración. Si mostrar una preocupación convierte este texto en un artículo en el que se estimula el llamado odio qué le voy a hacer. Conste sin embargo que a mí no me gusta que le hagan daño a los inmigrantes ilegales o legales, no me gusta que dañen a nadie, sea un viejo de 70 años o el nieto de Enrique VIII de Inglaterra. ¿Cómo se mide el odio? Yo no odio a nadie y cuando se llega a viejo, menos. Cuando se llega a viejo se pasa de todo para no odiarlo todo. 

¿Saben lo que odio, en el sentido coloquial del término? Odio el calor (no se si entonces soy solófobo o heliófobo). Odio que se les den a personas determinados derechos que han demostrado que no merecen. Por ejemplo, esos jóvenes españoles que en lugar de trabajar porque dicen que los explotan, se quedan en casa con la paguita de Sánchez que es en realidad una parte de mi sueldo. Por ejemplo, quien llega ilegalmente a un país y lo acogen por compasión, intereses electorales y derechos humanos y traiciona esta acogida agrediendo, robando o matando, es digno de repulsa o, por lo menos, te hace pensar. Ya aguantamos bastantes chorizos en España, nada de admitir a otros autoobligados por el sentimentalismo y el sentimiento de culpa. 

Democracia e inmigración 

¿De dónde brota ese sentimiento? Por ejemplo, como escribí en mi libro-tocho de 2020 Evolución, Historia y Comunicación en un mundo digital, la tendencia de Occidente a expandirse para saciar la glotonería que lo ha poseído, deja a otros sin alimento y esos otros han aprendido cada vez más y mejor a defenderse, el avance de la tecnología bélica convierte a la especie en muy vulnerable, su avance cultural es, al mismo tiempo, una semilla de progreso y autodestrucción. 

Unos han aprendido a defenderse (China, Irán, Corea del Norte), otros se defienden huyendo para pedirle asilo a quienes los apisonaron en el pasado y los siguen apisonando ahora por medio de multinacionales esquilmadoras y gobiernos títeres. Me preocupan y ocupan mucho estos últimos, aportan sin duda puntos muy positivos y positivos, lo que me inquieta son las aportaciones que no nos son de utilidad y que debemos pagar los ciudadanos occidentales porque el Poder que nos controla y del que ignoramos casi todo no ha arreglado los problemas en origen. La democracia ha fallado de nuevo. 

  

En el libro que indiqué antes cito al pensador italiano Raffaele Simone quien en 2015 apuntó dos asuntos clave:

  1. "La democracia se sostiene en ficciones, en ideas que no se pueden realizar, pero que adoptamos como ciertas y en las que tenemos que creer. Ahora hemos comprendido que algunas eran ficciones, sobre todo la idea de representación, que está completamente cuestionada. Por ejemplo, la idea de representación, que ya Ortega definía como 'acrobática' porque supone que mil personas, al no poder ejercer directamente su soberanía, la transmiten a otras diez que se consideran idénticas a las mil. Es un salto lógico audacísimo, que podría tener consecuencias muy nobles, pero que está ya despojado de toda nobleza: por la corrupción, los privilegios de los políticos, el descuido frente a las necesidades del pueblo…".
  2. "La inmigración puede disolver Europa. El paradigma democrático contiene un principio ficción fundamental, que yo [Simone] llamo de inclusión ilimitada: cualquiera se puede presentar a mi puerta, sobre todo si está escapando de la represión, y encontrará hospitalidad. Es un principio sacrosanto, pero se puede aplicar solo a individuos. Aquí tenemos el caso de subcontinentes enteros que se transfieren a Europa. Ese choque es fatal desde el punto de vista económico, porque va a gravar nuestros presupuestos sociales, y cultural, porque la inmensa mayoría son islámicos. Y provienen de países con una cultura del trabajo débil o inexistente; la mayoría son varones que plantearán problemas de acompañamiento sentimental, por decirlo así, y tienen un ritmo de reproducción mucho más alto. Se han inventado mitos, como que, al sufrir Europa una crisis demográfica, los recién llegados van a compensarlo. Pero son islámicos y esa es una diferencia radical. Ante esto, la izquierda ha adoptado la filosofía de “que vengan todos”. Pero eso no es una filosofía, es la renuncia a tomar una decisión. Y ha hecho un regalo monumental a la derecha. De ahí que el futuro de ​​​​​​​países como Francia, Austria o los escandinavos esté definido por la mala gestión del tema de la inmigración. Y Europa ​​​​​​​se desplazará hacia la derecha".

Diez años después, ahí tienen ustedes cumplidas las palabras de Simone: han fallado las soluciones que pretendían corregir el problema en origen y ha fallado la democracia. Además, hay inmigración marroquí como arma de desestabilización de España. Entonces ha llegado el conflicto que no ha hecho más que empezar. 

¿Por qué el islam es un factor negativo? 

¿Por qué es el islam un factor negativo en el asunto de la inmigración? No es complicado suponerlo. Quiero que el motivo principal se lo diga a ustedes un experto del mundo islámico que viene de vez en cuando por España a exponernos sus investigaciones. Se trata de Abdallah Seyid Bah, doctor en filosofía por la universidad de Túnez, profesor de filosofía y estudios islámicos en la Universidad de Nuakchot, Mauritania, y Secretario General de la Asociación Mauritana de Estudios filosóficos. El argumento del profesor Seyid es claro y obvio para quien conozca la Historia: el islam no ha discurrido por la etapa de la Ilustración, que sí ha atravesado el judaísmo y el cristianismo y este hecho marca la diferencia con Occidente y la crisis del islam. 

Renacimiento e Ilustración fueron dos momentos en los que el humano se rebeló contra lo instituido. Claro que hubo islamistas ilustrados, los hemos tenido en Andalucía, pero, al margen de sus desgraciados destinos, sus postulados no llegaron a ser abrazados por el Poder. El nacimiento y extraordinario desarrollo de la clase o estamento burgués ya a partir del siglo XII occidental conllevó la llegada al Poder en los siglos XIX, XX y XXI de un nuevo modo de ver el mundo, empezamos a dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Hasta Marx alabó los logros burgueses en los siglos anteriores al XIX y en el propio siglo XIX donde él vivió. La liberación del comercio conllevó la liberación del pensamiento y al revés. Todo fue ya imparable, este mundo digital es una consecuencia de aquél y la liberación de la mujer y del diferente no tiene marcha atrás se le pongan los obstáculos que se le pongan porque el miedo a la libertad nace en cualquier parte y Occidente no está libre de él. 

El caso de América Latina

Y en América Latina, ¿qué pasó con la Ilustración? ¿Por qué no hay inmigración y menos ilegal desde Estados Unidos y Canadá y sí desde los países latinoamericanos? ¿Sólo porque los yanquis son muy opresores? Ya está bien de simplicidades. Claro que España estaba en crisis con la invasión de Napoleón y las guerras con Inglaterra, por supuesto que los virreyes españoles usaron demasiado la fuerza contra los criollos que ya tenían una posición de bienestar con su poder mercantil. Todo eso facilitó que nos expulsaran de nuestras provincias de ultramar, los hijos e hijas se emanciparon. ¿Seguro?

El profesor F. Martín Hernández, de la Universidad Pontificia de Salamanca, nos da a entender algo más profundo. En 1648, un bachiller en teología, mexicano, Miguel Sánchez, escribe Ia obra Historia de Nuestra Señora de Guadalupe de México, en Ia que, luego de afirmar que Dios había dispuesto desde Ia eternidad Ia aparición de Ia Virgen María en México, viene a decir que Ia imagen de Guadalupe es "originaria de este país y Ia primera mujer criolla". 

Un signo y una vivencia religiosa se iban a convertir desde entonces en argumento nacionalista y en arma política. En el XVIII-inicios del XIX, el mismo padre Hidalgo -"muerte a los gachupines" o españoles, escribió- adoptaría Ia imagen de Ia guadalupana como bandera nacional: motivaciones religiosas y razones políticas iban fuertemente entrelazadas. El cura Morelos ("que Ia Religión Católica sea Ia única, sin tolerancia de otra", predicó) promete poner en fuga, con unos partidarios, a los "nuevos madianitas" (es decir, los gachupines o españoles) y "derribar el altar de Baal", que no podía ser otro sino el trono de España, a su entender entregado al ateísmo, al deísmo y a todas las herejías modernas.

Si se une Ia política un tanto sectarista que se lleva cabo en tiempos de los Borbones (por ejemplo, Ia expulsión de los jesuitas de todos los dominios españoles incluido México, donde eran tenidos como acérrimos defensores de Ia devoción guadalupana) y el cariz no menos sectarista que fueron tomando las Cortes de Cádiz con harto disgusto de buena parte de los católicos americanos, el panorama se vuelve cada día más ensombrecedor.

Entre los intelectuales pudieron influir las ideas de Ia Ilustración, del deísmo francés y aun de Ia masonería. Pero en el americano medio persiste el concepto colonial del Dios escolástico-teológico. Bolívar, sólo nominalmente católico influido por Ia filosofía de Ia Ilustracón y partidario de Ia separación de Iglesia y Estado, descubre pronto Ia importancia del apoyo clerical a Ia revolución.

La lucha de independencia era fundamentalmente una revolución de Ia jerarquía criolla, en Ia que los mestizos, las 'castas' y los indios más bien servían de carne de cañón. Pero siempre necesita el Poder un instrumento religioso de atracción para las masas e identidad propia. Aquí entra en juego la virgen, en América Latina fueron más papistas que el Papa -llamado España-, a pesar de que España no era un ejemplo de premodernidad -a diferencia de EEUU y Canadá-, ahí estaban los de la Generación del 98 para afirmarlo después de Las Cortes de Cádiz. 

Las Cortes de Cádiz habían tratado de "herejes y rebeldes" a los insurgentes americanos. Estos, concretamente el clero, se consideraban fieles seguidores de Ia religión, a causa de los decretos "antieclesiásticos" que salían de esas mismas Cortes; tenían el deber de luchar por Ia independencia para Ia defensa de Ia religión y librar a su pueblo del influjo de los liberales.

No se trata sólo de parir

Muchos de los descendientes de los habitantes de aquella América Latina más papista que la madre patria son los inmigrantes que llegan a España. Como viejo de 70 años que soy, les doy la bienvenida, pero me preocupa lo que vayan a aportar a mi país con ese pasado que he descrito. Si tenemos inmigración latinoamericana preparada, más inmigrantes existen procedentes de la mente del antiguo régimen. Tienen todo el día a Dios en la boca, desconfío de ellos, han convertido a Dios en un tótem para dársela de bondadosos y descalificar a los demás. 

Estoy de acuerdo con Simone: no se trata sólo de traer niños al mundo sino de qué educación y mentalidad van a poseer. Si ya cuesta que los españoles piensen en clave digital -llamémosla así- no veo que sea muy posible avanzar en lo que exige este mundo con unas personas muy respetables la mayoría de las cuales son útiles para cuidarnos a los viejos pero que piensan demasiado en la endogamia y en enviar el dinero que obtienen a sus lugares de origen para alimentar a compatriotas que no siempre están azotados por la imposibilidad de trabajar sino por la pasividad y la indolencia, es decir, la mentalidad contraria a la del esfuerzo rompedor que exigía la Ilustración. 

Todo lo anterior es lo que me hace pensar. Si pensar de esta forma es delito de odio que caiga sobre mí el peso de la ley, soy un intelectual y mi obligación no es permanecer quieto como una pita sino escribir, aunque sea con 70 años de edad, un viejo, como es de sobra sabido. Escribir y ejercer mi derecho a acertar o equivocarme.  

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