El catalán
Javier López Menacho (@lopezmenacho)
Ante la avanzadilla de artículos de El País contra Podemos y Ganemos, y por extensión, contra los movimientos ciudadanos surgidos a partir del 15M, uno no puede más que sorprenderse de hasta qué punto se ha degradado un medio que ha contado en su plantilla gran parte de los profesionales que nos hicieron amar el periodismo. El artículo de Antonio Roldán es muy significativo (a la vez que patético) y se une a otros artículos como el que firmara Antonio Elorza, cuya condición de catedrático, parece legitimar a El País para publicar artículos panfletarios que enmascaran las verdaderas intenciones de su grupo mediático, que la riqueza siga en las mismas manos de siempre (recuerden, Cebrián cobra 13,2 millones de Euros, el equivalente a 541 redactores). ¿Pero qué sorprende más de un medio de comunicación otrora considerado progresista?
1) Que repitan el mismo esquema de siempre
Sitúa a Podemos a la izquierda de la izquierda al igual que situaron a Ganemos como antisistemas (es curioso cómo se celebra desde ciertos sectores que todo el mundo defina los movimientos excepto a sus propios integrantes). Actúa como si el espectro político no hubiera cambiado y la manera de entenderlo y analizarlo también. Es increíble que día sí y día también sus supuestos expertos repitan los mismos patrones analíticos. Ni una voz tangencial ni imprevisible en el nuevo El País de Antonio Caño (el mismo director que justifica en una entrevista aterradora que los accionistas millonarios deben existir y cuya propia plantilla de trabajadores habla de “giro a la derecha”). Ni siquiera que la realidad haya provocado que en pocos meses el sistema oligárquico retroceda y, a pie cambiado, modifique aspectos de la vida política que ni pretendían ni les apetecía cambiar, parecen haber sido suficiente. Quizás estén confundiendo la realidad con el deseo, es decir, que las cosas sigan igual con que verdaderamente sea así.2) Que se apropien del concepto de responsabilidad
El artículo de Roldán pivota sobre un retórica discutible, ¿qué haría un gobernante de izquierdas responsable? Primero redunda en ubicar a los movimientos a conveniencia (ver punto 1). Segundo, ¿Quién tiene la legitimidad para definir el bien y el mal, lo que es responsable y lo que no? ¿El País? ¿Roldán? ¿El gobierno? Hace años que El País perdió su autoadjudicada conciencia democrática en favor de los poderes fácticos. Lo demostró con su tratamiento de la actualidad en América Latina, con la ceguera consentida ante el 15M o su actual apego al gobierno en esta época de crisis. Es casi insultante para el lector leer como el enésimo articulista de El País se adueña del concepto de responsabilidad y lo adecua a sus postulados neoliberales, arrancándole a la sociedad de cuajo su capacidad de cambio. Evaluar a Podemos y Ganemos es imposible porque no hay material evaluable y aventurar lo que pasaría cuando los propios ciudadanos están creando los mecanismos democráticos con los que combatir la miseria moral de sus gobernantes, pertenece al ámbito de la ciencia ficción. "Lo responsable es esto y aquello" recuerda sospechosamente a “La verdad soy yo”, que sentía y predicaba nuestro indeseable Aznar. La responsabilidad es un concepto que hemos visto frecuentemente sodomizado por los gobernantes, pues también era responsable invadir Irak, por ejemplo, asegurar que ETA realizó los atentados del 11M o que no se iban a hacer más recortes, etc. Ahora trasciende a la esfera periodística en un peligroso ejercicio comunicativo, no dar información sino crearla a conveniencia. El problema no es que haya salido Podemos o Ganemos, el problema es que da la impresión de que, si fueran otros los que sometieran a juicio el poder político, y por ende, el poder económico en España, El País reaccionaría exactamente igual.3) Que acudan a la distopía catastrofista
Sí, distopía y catastrofista son términos redundantes, pero es que el discurso también lo es. Como el PP-PSOE, Roldán agota el discurso distópico de los dueños de su opinión. Aventura el futuro y prohíbe en su artículo la simple ensoñación de que se creen nuevos mecanismos de intervención política y económica, ciñendo la realidad a sus medias verdades (se podría rebatir, sin necesidad de ser experto en economía, cada punto de los que propone en su artículo). Entiende, sin permiso, que el lector tiene que compartir esas certezas. Pues oye no, no sólo no las comparte el ciudadano de a pie, sino que es capaz de rebatirlas y moverse en otra dirección, porque ni se pliega ante esa vetusta manera de entender la economía ni le interesa la partida en los términos que está planteada. Quiere nuevas reglas, intervenir en su creación e inventar un sistema justo e igualitario, por más que un imperio mediático se empeñe en lo contrario. Por eso surgen nuevas opciones políticas, nuevas ideas de sociedad y, ya era hora, nuevos medios de comunicación. El futuro será el que la sociedad sea capaz de construir en su mayoría y no unos pocos solamente.
En la calle, señor Roldán, se quiere lo que querría cualquier ciudadano responsable.
[divider]Javier López Menacho es escritor y Social Media Marketing
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