Volviendo a mirar la televisión

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Máximo Huerta, con Jorge Javier, durante su aparición en Sálvame.
Máximo Huerta, con Jorge Javier, durante su aparición en Sálvame.

Cada vez veo más casos de gente, tanto en la calle como en televisión, que ha decidido dejar atrás el confinamiento para ir adentrándose en la pandemia, en convertirse en auténticos pandemitas. Presto suma atención en Supervivientes –perdón, en Telecinco… cualquier día con Telecinco y Supervivientes va a pasar como con Telefónica y Movistar, con tanto crecimiento el producto va a terminar por darle hasta el nombre comercial a la matriz— a una charla en la cumbre entre Jorge Javier Vázquez y Maxim Huerta, dos pandemitas, sin duda. A priori puede parecer algo trivial, pero no, queridas y queridos lectores, aquí hay mucha tela que cortar y desde muy distintos ángulos. 

En primer lugar, ¿qué hace un pandemita confeso como este cronista viendo Supervivientes? (otra vez… perdón, quiero decir Telecinco). Pienso que aplicando los parámetros que debe contener un análisis social de corte pandémico –que es exactamente lo que estoy haciendo, un trabajo de campo… ver un poco aquí, otro poco allá, tras casi dos meses de confinamiento sin apenas ver televisión, entre otras cosas porque ya les dije en unas Confesiones pasadas que las series me aburren (y sus ‘fatigas’ ya ni les cuento)— por ahora Telecinco es la cadena pandemita por excelencia. Así de simple. Por duro que pueda sonar. Lo de cortar el otro día a Pedro Sánchez y poner la ‘vena de cantaor’ de María Patiño fue una jugada maestra y toda una declaración de intenciones: los gustos y necesidades de nuestra audiencia son nuestra programación, con o sin pandemia. Tras estar a punto de desintonizar Telecinco hace unos meses, en lo que podríamos calificar como un ataque de ego pseudointelectual, ahora puedo afirmar que la veo… eso sí, prioritariamente como actividad secundaria, cuando paso la aspiradora o estoy fregando los cacharros… pero no como ruido de fondo, eh, no confundamos los términos, eso nunca.

Del encuentro propiamente entre Maxim y Jorge Javier hay muchas cosas que destacar relacionadas con la pandemia. Maxim ha aprovechado el tiempo un montón, menudo confinamiento el suyo. ¿El ex ministro aprovechó como otros de la tele para ponerse bótox, pelo, morrillo…? Qué va, amigas y amigos, aprovechó estos dos meses para hacer algo aún más sorprendente y radical, aprovechó para ponerse una ‘o’: ahora se llama o se hace llamar Máximo. Tremendo. Eso es. El resto, que le hayan echado de TVE –como él mismo dice— o tener un nuevo libro listo justo para cuando abren las librerías son cosas que pasan, meras coincidencias, lo fuerte es lo de la ‘o’. Máximo, el Cónsul Efímero, así, muy romano todo. Bueno, pues Máximo y Jorge Javier –éste sí que está absolutamente lanzado desde que es un referente ‘oficial’ de la izquierda, por mucho que le pese a gente instalada en algo más tipo ‘caviar’ como el también catalán Carles Francino, que en su día evitó, digamos, darle un Ondas: la izquierda está en un claro momento de ‘badalonización’— tuvieron una cháchara de lo más animada al borde del descojone de los que presagiaban —algunos siguen por ahí, erre que erre— una sociedad mejor cuando acabe esta crisis sanitaria. Uno de ellos dos –no recuerdo cual—, dijo que lo vio claro desde el principio, que las cosas no iban a cambiar, que la humanidad no tiene solución o que, desde luego, no va a salir de aquí, mientras que el otro confesó que tuvo esa ilusión durante un par de semanas, al principio de confinamiento y que ya… en el fondo, para mí, de las dos, una declaración más cínica la de la enmienda, sin duda.  

No veo mucha más tele, pero es notable el abatimiento de TVE y Antena 3 desde que la gente ha dejado de salir a aplaudir y a hacer el tonto a los balcones. Ancladas en la nostalgia, siguen siendo cadenas del confinamiento…

Pasamos ya a La Pandemia, al día, un magazine de corte matutino que podría perfectamente dirigir Maxim (perdón, Máximo). Me gusta el artículo de Javier Caraballo en su sección Matacán (en El Confidencial). “El partido naranja suelta lastre”, se llama el artículo, algo que lo dice todo. Citar a Caraballo me recuerda cuando hablaba con él casi todos los días por motivos profesionales hace casi 25 años en El Mundo... Muy ilustrativo el artículo de Juan Manuel Blanco en Voz Populi acerca de las distintas estrategias seguidas por los países ante la pandemia bajo el título de "Coronavirus: Suecia ya marca el camino". El artículo confronta las estrategias exitosas de Corea y Suecia, dejando claro que, de no haber una vacuna inmediata (que beneficiaría a Corea y su línea hipertecnológica), sin duda la vía casi ‘humanista’ de Suecia habrá sido la más idónea en la ecuación incidencia/economía. Y nada, lean en cuatro o cinco periódicos todo lo relacionado con el acuerdo para la derogación de la reforma laboral y extraigan sus propias conclusiones…

Recuerden que las opiniones de pirados de la tele como el que habla hoy en primera persona en estas Confesiones no necesariamente tienen que coincidir con las del autor, al menos no en un día normal…

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