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Recoger firmas para que a Cristiano Ronaldo se le perdone la supuesta deuda con Hacienda con el fin de que no se marche del Real Madrid es un insulto por parte de quien la crea y quien la firma hacia los ciudadanos de este país

El sentido común se perdió hace mucho tiempo. La llegada de Internet y las redes sociales han fomentado esa pérdida. En lugar de aprovechar las nuevas tecnologías para fomentar la sociedad del conocimiento, se hace un uso de ellas que lo que provoca es la sociedad del desconocimiento. Hay un hecho que ocurrió hace unos días que demuestra que el fanatismo está por encima de la razón. Recoger firmas para que a Cristiano Ronaldo se le perdone la supuesta deuda con Hacienda con el fin de que no se marche del Real Madrid es un insulto por parte de quien la crea y quien la firma hacia los ciudadanos de este país. “Queremos que Cristiano se quede, el dinero nos da igual”, es el lema con el que se realiza la petición, firmada por más de dos mil personas. Seguro que la mayoría de los que firman esa solicitud no lo harían si se tratase del político de turno. Pero con los futbolistas todo vale. 

La petición se ha realizado a través de Change.org. Se trata de una plataforma digital a través de la que los ciudadanos realizan campañas y solicitan firmas para que se apoyen. Esas firmas no tienen ninguna validez legal, pero es una buena forma para dar visibilidad a las causas. El problema es que cada vez hay más peticiones rocambolescas que al final cobran más notoriedad que las solicitudes más justas y necesarias. Un ejemplo es de nuevo el del caso del madridista. A la petición a la que me refería anteriormente hay que sumar otras que surgieron a posteriori en las que se solicitaba la retirada de la anterior. Pero pasan a un segundo plano. Esto provoca que se transmita una imagen de irresponsabilidad de la sociedad española. Y esto conlleva que la reivindicación constante de que todos debemos ser iguales ante la ley, independientemente de la fama y el poder económico, no sirve de mucho si sigue habiendo individuos que justifican el perdón de una deuda de tales dimensiones como la que supuestamente tiene el futbolista. 

En la plataforma digital también hay peticiones que se refieren a la ciudad de Cádiz. Entre ellas algunas que piden al alcalde que otorgue la medalla de la ciudad al Pokémon Pikachu o al Monstruo Espagueti Volador. Luego nos quejamos de la imagen de excesivamente graciosos que damos los gaditanos, pero en ocasiones la buscamos nosotros mismos. El humor está bien, pero hay otros lugares en los que practicarlo. La libertad de expresión es incuestionable. Pero al fin y al cabo proyectos como Change.org son un negocio y es primordial que en una plataforma que se vende como referente para el cambio social esté presente la responsabilidad. Hay algunas peticiones que deberían obviarse y retirarse. Desde los medios de comunicación hay que hacer autocrítica. En lugar de destacar estas peticiones aunque sea para denunciarlas, habría que ignorarlas y dar visibilidad a otras que de verdad buscan beneficios para la sociedad. Y también parte de culpa la tenemos los ciudadanos, por tomarnos a cachondeo estas herramientas que podrían ayudar a mejorar aspectos sociales que de otro modo ni se tendría constancia de ellos. Lo de educar a las diferentes generaciones en las nuevas tecnologías continúa siendo un reto difícil de conseguir. 

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