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El pasado 19 de enero ingresó Josefa Roldán Gamaza, nuestra tía Pepa, en la Suite La Marquesa. Desde el pasado mes de agosto, tras sufrir una caída en su casa, comenzó a tener limitaciones para sus cuidados y necesitó ayuda para sus actividades de la vida diaria. Hasta entonces vivía sola y era independiente. A partir de aquí, siempre ha estado acompañada de familiares y cuidadoras. Sin embargo, a pesar de los cuidados recibidos, la demencia senil que sufría se aceleró hasta el punto de que a mediados de diciembre no se movía y apenas ni comía ni bebía. Tras dos visitas al hospital, siempre nos decían que esto era así y no podían hacer más… y para casa.

Fue entonces cuando tomamos la decisión de encontrar un lugar en el que además de estar acompañada, estuviese atendida las 24 horas por profesionales con experiencia. Suite La Marquesa fue nuestra elección tras la recomendación de la médica con la que tenemos la suerte de contar en nuestra familia, que sabía del buen hacer de los profesionales de esta residencia.

La tía Pepa siempre fue reacia a ingresar en una residencia, pero la situación para nosotros era insostenible, por la incapacidad de atenderla debidamente; los dolores, las noches sin dormir sin saber qué pasaba, hizo que diésemos este paso. Desde que entramos, todo fueron atenciones: mejoró su alimentación, se restableció el color en su semblante e incluso mostraba leves síntomas de mejoría.

Desgraciadamente, el 1 de febrero entró en estado de coma y de la mano de sus sobrinos y sobrinas… se despidió la madrugada del 3 de febrero de este mundo. A nuestra tía seguro que le encantó la decisión de ingresar en La Marquesa, puesto que las cuidadoras, trabajadora social, doctora y personal de enfermería, no paraban de acudir a preguntar, realizar controles, aseo, limpieza… todo un despliegue de atenciones que no podremos pagar nunca.

Sus últimos dos días nos dejaron permanecer en su habitación, para que pudiéramos tener intimidad y recogimiento con nuestra querida tía. El personal no sólo cuidaba de ella, también nosotros nos sentimos atendidos. Angustias, José Manuel, Bea, Silvia, Juan Manuel, Antonio y Alejandro estaremos eternamente agradecidos a la Suite La Marquesa, por acogernos en los días en los que despedimos a nuestra tía Pepa. Gracias.

Carta al director de Alejandro Castilla Bonete.

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