Puños en alto, en una manifestación.
Puños en alto, en una manifestación.

Te necesitamos. Necesitamos que este domingo acudas a las urnas y votes. Sé que para ti, persona con fuertes convicciones políticas, no es tarea fácil. Quizás sea poco gratificante y seguramente desalentador ejercer el derecho al voto visto el panorama actual, pero de esta situación no saldremos sin vosotros.

La extrema derecha está ahí, acechando a la vuelta de la esquina con forma de monstruo con tres cabezas; un tricéfalo que va a movilizar hasta el último de su votante conservador para hacer a Pablo Casado (el único con opciones, siendo realistas) presidente del Gobierno. Imagínatelo por un momento decidiendo el rumbo de todo.

En cuanto llegue al poder dependerá de los ultras; y no les va a temblar el pulso para legislar a favor de los ricos, regresar a otros tiempos en materia de derechos sociales o recortar conquistas. En Andalucía ya han empezado a hacerlo sin pudor, aún estando en periodo electoral de cara a las generales.

Piensa, en cuanto pase esta página, qué serán capaces de llevar a cabo"

Nadie te va a juzgar por votar ni te vamos a decir a qué opción debes hacerlo, faltaría más. Eso lo decides tú. Pero las clases más humildes, los currantes, los desamparados, los olvidados y los oprimidos de este país necesitan de tu voto. No para cambiar las cosas, grosso modo la deriva neoliberal no va a torcerse ni se revertirá en el próximo ciclo político, pero sí para frenar, o que no crezca exponencialmente, este atosigante estado de retroceso social.

Ejerciendo el domingo el voto estaremos defendiendo al colectivo LGTBI, a las mujeres, los jóvenes, a la sanidad pública (a la que a todos acudimos cuando estamos enfermos de gravedad), una educación igualitaria para todas y todos, a los pensionistas, una más razonable redistribución de nuestra riqueza, un país con sensibilidad animal, preocupado por su cultura y por su memoria. Piensa en todo esto, en lo menos malo de votar, y deja por una vez (solo en esta ocasión, lo prometemos) la pureza en casa.

Insisto; haremos la vista gorda, no mencionaremos el lunes el asunto del voto. No soltaremos chascarrillos moralizantes, ni culparemos a un colectivo en particular en caso de malos resultados. Sois compañeros y compañeras. Nadie es más ni menos que nadie por el hecho de votar. Si nos vemos camino del colegio electoral desviaremos la mirada si te quedas más tranquilo.

Y no me guardes rencor por pedir tu voto; seguramente nuestros anhelos últimos sean similares. Tarde o temprano nos encontraremos en la lucha por una sociedad más justa e igualitaria. En cualquier caso, vota. Defendámonos todos juntos.

Imaginemos un mañana con esperanza.

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