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Mientras tratas de evitar el llanto, y el llanto constante de quien te chantajea para que no seas tú, tu existencia se desvanece y aún te cuestionas a quién amar. 

Mortales y mediocres. En el funambulismo de la nada te crees invencible, pero todo llega. Los años desembocan de manera irrevocable en la agonía de la senectud y aún te sigues preguntando cómo aprovechar el aquí y ahora.

Has vacilado entre pensamientos olvidando tu verdadero yo. Mientras la sociedad hacía el resto y determinaba cuál era tu moralidad, esa socializada que marca la vida plana de los seres urbanos, la tristeza te consumía las entrañas porque las aspiraciones del alma no tuvieron nunca valor en tu interior.

Ahora repasas los días, los meses, los años perdidos… y la conclusión es dolorosa, y reconoces para tus adentros que los momentos de felicidad se han esfumado entre el trabajo y las obligaciones que siguen reforzando tu nihilismo a golpe de calendario.

Mientras tratas de evitar el llanto, y el llanto constante de quien te chantajea para que no seas tú, tu existencia se desvanece y aún te cuestionas a quién amar. ¿No lo ves aún? La respuesta lleva tu mismo nombre: eres tú. Amar nada más es lo que te sacará del hastío, amarte a ti mismo sin negar los sentimientos que te erizan la piel, que te aúpan a los cielos y que, sin embargo, tú condenas tediosamente hacia el infierno.

Tu reflexión ha llegado tarde pero al menos lo reconoces. Al unísono tu 'superego' te vuelve a traicionar pese a que miras con recelo en tu círculo más íntimo a otros, que de forma valiente y subversiva, sí dan visibilidad a su escapada. Otros como tú que dicen conscientemente adiós a la ceguera civil impuesta por decreto y que han iniciado la senda de la felicidad sin prebendas ni miedos a la exposición pública.

Como la Dama de la Justicia, aún tanteas a ciegas el camino mientras yo escojo el primer desvío para evitar estrellarme y desdoblar así mi vida escuchando la lírica que antecede al corazón, en esa ópera sublime que certeramente sé que me espera con infinitos acordes. ¿Carpe diem? Aún estás a tiempo, o tal vez no.

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