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Estamos en plena campaña electoral para las elecciones municipales del próximo día 24 de mayo -día religioso donde los haya, Pentecostés; o sea, el Rocío y la celebración de María Auxiliadora-. Como siempre la religión interfiere, se superpone o coincide con lo político. Jerez, no iba a ser una excepción en ello. Este 18 de mayo, lunes, el obispado de Asidonia Jerez convoca a los medios de comunicación de la ciudad al acto simbólico de colocación y tañido de las campanas de la iglesia parroquial de Santiago del Real y del Refugio, en Jerez, en vísperas de su reapertura tras prolongados trabajos de rehabilitación que la han mantenido cerrada al culto durante años.

Por cierto, una nota de prensa que olvida cuánto ha costado esta rehabilitación y quiénes la han pagado. Creo que el obispado de Jerez se equivoca al elegir esta fecha para el acto simbólico. Primero, por sentido común. Las campanas -o así lo entendía yo- tocan para llamar a los fieles a los distintos actos religiosos: misas, funerales… O en caso de alerta: incendio, catástrofes… así que no entiendo cómo va a tocar Santiago para llamarnos y darnos con las puertas cerradas aún en la frente. Será por eso lo de llamar al acto ‘simbólico’.

¿No sería mejor utilizar por primera vez las campanas el día de inauguración de apertura del templo? Y segundo, creo que no debe hacerse un acto de esta dimensión en plena campaña electoral. No por nada, sino para evitar -estoy seguro de que no ocurrirá- que ningún político acuda a dicho evento y así sacar rédito de un acto religioso que por ser político -laico- no le pertenece. Además, ¿por qué no hacer este acto un domingo? El mismo domingo de las elecciones, por ejemplo. Es el domingo el día por excelencia del Señor, coincide como decíamos antes con Pentecostés y el día de María Auxiliadora. Es un día grande para la Iglesia y los políticos estarían ocupados en las elecciones. Nadie aparecería por allí para salir en la foto.

Sería un buen día para la independencia política de la Iglesia. Ahí dejo la idea. U otra mejor, dejar pasar las elecciones y que toquen las campanas simbólicamente. Ante esto, alguien puede decir que las actividades religiosas no tienen nada que ver con las civiles y que por lo tanto puede coincidir o no con éstas. Es verdad. Pero creo que en tiempos electorales, para no tener confusiones, es aconsejable la prudencia y saber separar lo religioso de lo civil para evitar malas interpretaciones.

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