En un bar de El Portal dos tíos hechos y derechos, manos encallecidas por el trabajo, se refieren al asunto de la Jolie y el Pitt como si compartieran caña todos los días.
En Jerez no se habla de otra cosa, quizá por lo cerca que le toca la noticia: Brangelina se ha separado, lo que seguramente acabará afectando a algún niño de la ciudad que probablemente fuera adoptado en su día por la pareja dentro del programa Vacaciones en Paz. Incluso en el tema electoral parece haber tenido repercusiones en medio de la refriega política, pues la pelea pública entre Iglesias y Errejón por el control de Podemos podría tener que ver con lo mal que se ha tomado éste último la noticia del divorcio, ya que hay quien asegura que la Jolie se encariñó de él (para adoptarlo, como no podía ser de otra manera).
Dicen que tras este fin de semana la convocatoria o no de terceras elecciones se despejará un poco más, una vez que se celebren los comicios de hoy en Galicia y País Vasco. No sé, quizá dentro de un año estemos hablando de lo mismo. A la gente le aburre el tema una barbaridad. Antes, de las cosas de famosos —el papel cuché que decía un conocido profesor mío de Periodismo— solamente chismorreaba la gente joven, mientras dejábamos a los mayores los temas de política. Pero ahora lo más habitual del mundo es comprobar que hasta en un bar de El Portal dos tíos hechos y derechos, manos encallecidas por el trabajo, se refieren al asunto de la Jolie y el Pitt como si compartieran caña todos los días.
Sinceramente, creo que desde que Pacheco —cuyos supuestos escarceos amorosos también dieron lugar a habladurías en su día— se refirió a la pareja de la entonces alcaldesa como el “bodyguard”, no se hablaba tanto de un romance —roto, en este caso— en la ciudad. Eso es bueno, porque significa que la gente tiene las necesidades básicas cubiertas. O más bien que está harta de hablar siempre de lo mismo: elecciones y paro.
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