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Me aventuro a adivinar cuál será la primera ley de un gobierno del PP, si saliera. Nada de reformas económicas y tal. No. Será una reforma de la ley electoral que permita que situaciones como las que tenemos no vuelvan a ocurrir. 

Os prometo que he intentando escribir esta columna varias veces. Pero otras tantas la he dejado. Siento asco, hastío, cansancio. Sí, es sobre la posibilidad de unas terceras elecciones. Parece uno que es Bill Murray en el Día de la Marmota. Así que voy a intentar pensar en lo que pasa aplicando el método científico como si estuviera diseccionando una rata en un laboratorio. ¿Qué desagradable, no? Pues exactamente eso es lo que siento.

¿De dónde venimos?

Venimos de una de las legislaturas demócraticas más dañinas que yo recuerdo. Franco murió cuando tenía cinco años, para que se hagan una idea. Venimos de una crisis que se ha dejado a mucha gente literalmente en el camino. No es cuestión de relacionarlo todo aquí por cuestiones de espacio. Ya saben ustedes a qué me refiero.

¿Qué tenemos?

Los resultados. El partido gobernante y responsable de las medidas contra la crisis (llámele usted recortes o reformas dependiendo del espectro ideológico donde se encuentre y el daño que tenga en su corazón y en el bolsillo) no consigue una mayoría suficiente para gobernar. Es verdad que es el más votado pero también es verdad que la mayoría de los españoles, incluyendo también a los que no votaron, que no le quieren como presidente. Por lo tanto, ya tenemos algo claro, si se quiere ser consecuente con el deseo de España, Mariano Rajoy no debe ser presidente del gobierno.

¿A dónde vamos?

A unas terceras elecciones porque los cuatro grandes partidos no se ponen de acuerdo. En la anterior legislatura, el PSOE intentó un experimento mezclando en un pacto a Podemos y Ciudadanos, que son como el agua y el aceite. Y obviamente, no salió, ¡Cómo iba a salir!

¿Qué hacemos pues?

Tenemos los resultados de las segundas elecciones. Nos podemos imaginar cuáles serán los de las terceras. No cambiará mucho el resultado, pero sí la abstención. Como ciudadano tengo la sensación de estar siendo castigado por "no votar lo que debo" y el castigo será votar en Navidad.

La abstención beneficia al PP. Su electorado, inmune a los presuntos casos de corrupción, es fiel y vota, sobre todo porque mucho electorado suyo es católico conservador y es comodísimo ir a la misa obligatoria de los domingos y luego votar. Los colegios electorales los tienen cerquita. Ciudadanos será fagocitado un poquito más por el PP. Total, para votar un sucedáneo, votamos al original. Podemos —es decir, Unidos Podemos que se nos olvida y a ver por dónde sale el dichoso olvido— también bajará. La izquierda es muy delicada y sensible. Y por cualquier mijita entra en enfado, posterior depresión y se queda en casa sin votar echando serpientes, rayos y truenos por la boca como los personajes de los tebeos de Mortadelo. Y el PSOE. ¡Ay, el PSOE! ¿De qué PSOE hablamos? ¿Del PSOE de centro de Pedro Sánchez o del PSOE conservador progresista de Felipe González?

Están sufriendo presiones de muerte. Si apoya al PP, están muertos políticamente. Lo que me sorprende es que haya gente en el PSOE que no les importe morir así. Por otro lado, es imposible un pacto de gobierno con Podemos y Ciudadanos que no se entienden.

Si vamos a terceras elecciones, vamos a por el gobierno con más fuerza, quién sabe si cercana a la absoluta, con los votos de Ciudadanos al Partido Popular.

Propuesta: (la mía claro). Que ante la imposibilidad del PSOE de gobernar juntos con Podemos y Ciudadanos, estos deberían dar su apoyo sin condiciones al PSOE en su investidura y que gobierne el PSOE en solitario, negociando las leyes con los grupos parlamentarios. Que para eso están, para parlamentar. Todo lo que no sea eso, es darle alas al PP. Que ya las tiene en las gaviotas, por cierto.

Y me aventuro a adivinar cuál será la primera ley de un gobierno del PP, si saliera. Nada de reformas económicas y tal. No. Será una reforma de la ley electoral que permita que situaciones como las que tenemos no vuelvan a ocurrir. Segundas vueltas en elecciones como en Francia o gobierno para quien tenga la mayoría como en Grecia. Podemos y Ciudadanos, en eso sí os podéis poner de acuerdo. Espabilad, tenéis que ser conscientes de la fuerza limitada que tenéis. ¿Truco o trato?

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