Pero no se preocupen que no todo está perdido. Aún se nos puede ocurrir ganar el Mundial de fútbol de Rusia, y ya no habrá ningún tipo de problemas.
Se abre el melón del 2018, como cada nuevo año, de perspectivas ilusionantes que poco a poco se irá desinflando a modo de globo pinchado, transformando las expectativas en desilusiones y las posibilidades en imposibles sin más. No se trata este de un ejercicio de pesimismo recalcitrante, ni mucho menos… es la deriva natural de los últimos años. Y si les parece, analicemos punto por punto lo que puede suceder.
A nivel internacional, tendremos a Trump sembrando discordia y haciendo del caballo de Atila, un Pequeño Pony comparándolo con él. Tendremos más Estado Islámico, porque seguiremos vendiendo armas a sus tropas y genuflexionándonos en cada visita de un rey saudí. Y al de Corea del Norte reventando bombas en las narices de la ONU. Nada de eso cambiará.
A nivel nacional, el gran problema dejó de ser el paro y la corrupción para dar paso al independentismo catalán como nueva amenaza de la integridad patria, gracias (entre otras cosas) al altavoz y seguidismo mediático de determinada prensa. Que yo no digo que lo de Puigdemont y sus compinches no sea importante… pero la sociedad española tiene muchos otros problemas importantes que tienen que ver más con el sustento y la supervivencia, o la adquisición de un empleo estable y con un sueldo digno.
Y hablando de sueldos, habrá subida del salario mínimo. Aunque no se consigue recuperar ni la mitad de lo perdido desde 2012 hasta ahora. Para que me entiendan, te pago 5 pero te he quitado antes 20. ¿Qué narices hay que celebrar entonces, señores de UGT y CCOO?
La subida de las pensiones seguirá siendo un chiste de mal gusto mientras los precios se disparen. Para que me entiendan otra vez, antes te pagaba 6 y ahora te pagaré 6’10. Pero el sobre que antes enviabas por correo te costaba 2’20 y ahora 2,40. ¿Y pretendemos que nuestros pensionistas vivan con esas miserias mientras le subimos el pan, la leche, el butano, la luz, el agua, etc.?
Como ven, lo que debiera ser un año en el que, con la salida de la crisis se recuperaría el país socialmente, es posible que se convierta en un nuevo timo de la estampita auspiciada por políticos, empresarios y prensa adoctrinada, con la aprobación de un populacho que solo atiende a la llamada del patriotismo contra esteladas, junqueras, jordis y forcadelles. Que les sigan mangando, se la trae al pario. Pobres, sin empleo y desahuciados… pero españoles a más no poder.
Pero no se preocupen que no todo está perdido. Aún se nos puede ocurrir ganar el Mundial de fútbol de Rusia, y ya no habrá ningún tipo de problemas. Ni el catalán siquiera. Escalofríos me da este 2018…


