El problema central radica, pues, en la exposición temprana de los niños y niñas a las nuevas tecnologías, especialmente a los teléfonos móviles inteligentes
Esta generación se enfrenta a los desafíos y exigencias de una sociedad que, en muchas ocasiones, ha normalizado maltratarle psicológicamente; una sociedad que le coarta, y se aprovecha de sus ganas de avanzar y promover cambios