Más de un siglo entre cordones: desde el Gran Poder de Sevilla a la Hermandad del Rocío de Bruselas

La Cordonería Alba abrió sus puertas en 1904 y tres generaciones después sigue utilizando los mismos métodos artesanos para enviar productos de calidad a la Semana Santa de todo el mundo e, incluso, a la Casa Real de Reino Unido

Jesús Spínola se encarga actualmente de los cordones de Cordonería Alba, en Sevilla.
Jesús Spínola se encarga actualmente de los cordones de Cordonería Alba, en Sevilla. MAURI BUHIGAS

No son muchos los comercios en Sevilla que sobreviven más de un siglo. Algunos de los que lo logran lo hacen renovándose y adaptándose a los nuevos tiempos. Pero siempre hay algún rincón capaz de transportarte a los oficios del inicio del siglo XX y la forma de trabajar de la época.

En la capital hispalense, ciudad cofrade por antonomasia, uno de estos lugares tiene una vinculación estrechísima con la Semana Santa desde que empezara su andadura en 1904. Fue el año en el que Francisco Alba Galán adquirió una cordonería de la calle Francos por 2.000 pesetas para convertirla en la Cordonería Alba. Hasta el día de hoy. En el mismo sitio.

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La Cordonería Alba abrió sus puertas en 1904.   MAURI BUHIGAS
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Jesús Spínola es la tercera generación.   MAURI BUHIGAS

Son 119 años los que han pasado desde ese momento. Ahora, al frente del negocio, entre hilos, cordones y borlones se encuentra Jesús Spínola, ahijado de Manolo Alba, que a su vez era hijo de Francisco Alba, el fundador de la cordonería. Tres generaciones avalan ya a una actividad que, pese a los avances tecnológicos que podría haber adoptado, sigue trabajando de forma artesanal.

Así lo avala la máquina de madera envejecida por el paso del tiempo que da la bienvenida junto a la puerta. Y ni hablar de sustituirla, "le quitaríamos el encanto". Una máquina que se utiliza para técnicas como el espigado, del siglo XVII"El trabajo artesanal es de muchísima más calidad que el industrial", afirma Jesús.

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Su sobrino ayuda actualmente en la tienda.   MAURI BUHIGAS
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Los cordones son artesanales.   MAURI BUHIGAS
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El interior de la tienda.   MAURI BUHIGAS

El 70% de la actividad va destinada a la Semana Santa, de Sevilla y el resto de España (Ciudad Real, Zaragoza, Madrid, Cartagena...), aunque también hay muchos encargos para el Rocío, incluída la Hermandad del Rocío de Bruselas. El cordón que el Gran Poder volverá a llevar en la cintura está hecho en este local y con esta máquina.

Pero en Sevilla no acaba el mundo. Las peticiones monárquicas de la Casa Real española y la Casa Real británica así lo atestiguan. Los productos de Cordonería Alba, incluso, han cruzado el charco para llegar a Guatemala o California. La Corona Británica llegó en busca de un borlaje para los caballos, aunque lejos del colorido que caracteriza lo que se utiliza en Sevilla y otros lugares de Andalucía habitualmente. Eligieron el marrón. 

La otra vertiente es la decoración con cordones de lámparas o abrazaderas para las cortinas. Fernando García, ganador de un Goya en vestuario, ha recurrido a Cordonería Alba para algunos de sus trabajos. También Victorio y Lucchino o Roberto Etxeberria.

Durante la realización de este reportaje el actor Paco Tous entra para reclamar un cordón para una medalla de la Hermandad de la Macarena. El actor se suma a una lista de célebres clientes como el escritor Arturo Pérez Reverte o la Infanta Elena. 

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Para el espigado, una técnica del siglo XVII hacen falta dos personas.   MAURI BUHIGAS 
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Desde las hermandades locales hasta la Casa Real han pasado por esta cordonería.   MAURI BUHIGAS
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La máquina está desde los inicios del comercio.   MAURI BUHIGAS

 

No obstante, el episodio más curioso para Jesús Spínola ocurrió durante la boda de la Duquesa de Alba y Alfonso Díez. Un imprevisto en uno cordones puso a prueba la capacidad de este artesano. En poco tiempo tuvo que apañar un cordón de cuero que había por el local. "Ese ha sido el el pedido más extraño", señala.

Y es que no es un oficio fácil de aprender. Él mismo afirma que su padrino fue mal maestro y le obligó a observar mucho. "En este oficio siempre se puede aprender algo. Siempre vas aprendiendo a través de la experiencia". Uno de sus trabajos para el Gran Poder se basaron en una litografía del siglo XVIII. No saber hacer algo no provoca el rechazo. "Me mueve más hacer algo nuevo que repetir siempre lo mismo", asegura Jesús Spínola sobre los retos.

Los más de 100 años que lleva sobreviviendo el negocio no ha sido un camino de rosas. Ni mucho menos. "Aquí hemos pasado por todo", dice Jesús. Una guerra, una postguerra, o las distintas obras de la calle han sido momentos delicados. Sin embargo, uno de los momentos más complicados fue cuando se hizo cargo de la cordonería después de que Manuel Alba, a los 80 años, abandonara el negocio. A ello hay que sumarle la reciente pandemia y un traslado durante siete años a la calle San Isidoro.

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Jesús y su sobrino realizan un cordón.   MAURI BUHIGAS
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Los cordones han llegado hasta Guatemala.   MAURI BUHIGAS

Para sobrevivir no hay secreto, "esto es trabajo, trabajo y trabajo", sin rechazar la nostalgia. "Llevo 30 años, no puedo dejar esto. No descarto jubilarme a los 80 años como mi padrino. Al menos ayudar en lo que se pueda a la persona que se quede con esto".

Tantos años no cambian que la mejor publicidad siga siendo el boca a boca. Pese a estar en un sitio céntrico y de mucho paso turístico, no es el público mayoritario. Aunque algunos curiosos se lanzan a comprar. "Tenemos página web, Instagram y Facebook pero nuestra publicidad mayoritaria siempre ha sido el boca a boca", comenta Jesús.

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

Emilio Cabrera

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