Cuando el árbitro pita el final de la primera parte en un partido de fútbol es hora de sacar los bocadillos en las gradas y pasar el rato de la mejor manera posible. Mientras eso ocurre en las localidades del público en general, los invitados al palco presidencial desaparecen de sus asientos y ocupan las salas VIP de los recintos deportivos. Allí charlan, pero también comen. Y no precisamente bocadillos.
Una de las personas que trabajan para que cada uno de estos momentos en los eventos de la Real Federación Española de Fútbol salga a la perfección es Miguel Ángel López, un chef de 48 años natural de San Fernando que, cuando no está en Casa Miguel — restaurante isleño que regenta junto a sus otros dos hermanos — suele estar en un evento del principal organismo del fútbol español. Entre otros, ya ha formado parte en partidos de la selección femenina, la final de la Europa League disputada en Sevilla o la final de la Copa del Rey, disputada en la misma ciudad. Lo previsto es que, si España supera los cuartos de final del Mundial, también tenga que acudir a Catar como representante de la cocina tradicional y, sobre todo, de los esteros. Aunque la RFEF pretendía que tanto él como los otros tres cocineros que forman parte del equipo se incorporasen desde el principio a la expedición.
Su llegada se produjo recientemente. "Vinieron hace tres años a buscarme, pero estaba de baja por una operación de médula. Tuve que decir que no y me quedé con esa espinita. El año pasado me avisaron para una final que hubo en Jerez de futbol sala", cuenta sobre el aterrizaje en el fútbol profesional y sus diferentes disciplinas. La experiencia la define como "ilusionante" a pesar de que habitualmente se mueve entre cocineros de la talla de Pedro Subijana, Juan Mari Arzak o el propio Joan Roca ya que el ambiente es "distinto". Como anécdota recuerda un episodio reciente donde se pasó una tarde entera cocinándole a Gordillo, aunque sin tener demasiado claro quién era ese hombre que al día siguiente apareció enchaquetado.
Cuando menciona que es cocinero de la selección lo hace dejando claro que no le cocina a los jugadores, sino a dirigentes y patrocinadores del fútbol español. Algo que, para cualquiera que conozca un poco el ambiente que se mueve por los palcos, es casi más importante que alimentar a los Pedri, Morata y compañía que en unas semanas intentarán que España tenga el segundo Mundial en sus vitrinas.
Al salir de octavo de EGB, Miguel Ángel López de decidió a estudiar hostelería en la escuela Fernando Quiñones situada por entonces en Valcárcel. Pese a ello, recuerda que cuando pequeño quería ser camarero. La afición le viene de familia ya que su padre fue el fundador de Casa Miguel en los años 70 después de transformar un ultramarinos en un bar. Tras trabajar fuera, junto a sus otros dos hermanos lo ha convertido en uno de los restaurantes referentes y singulares de la provincia de Cádiz.
Y es que, Miguel Ángel López ha sido uno de los primeros cocineros que ha introducido diferentes tipos de algas en su cocina, aunque en su caso ha sido sin la ayuda de otros factores como la universidad. "Me lo tengo que pensar yo", confiesa. Aunque enseña una longaniza hecha con lisa de estero, define su cocina como tradicional. "Jóvenes que tienen otra mentalidad y hacen una cocina más moderna me llaman para preguntar por guisos tradicionales o el pescado", señala al hablar del sello propio de su cocina. Su papel fuera del restaurante no queda sólo en los palcos de la federación. También es parte de la selección española de cocina gourmet, 'La Roja de la Cocina', que en unos días disputará su mundial particular en Luxemburgo.
Entre tortillitas de camarones, chicharrones de atún, revueltos de salicornia o la propia longaniza que hace para su 'casa', también saca tiempo, además de las actividades ya mencionadas, para ser el delegado de la asociación de cocina Euro-Toques en Cádiz. Su presencia aquí le ha abierto puertas, aunque también se las ha cerrado. En su momento se presentó a Masterchef teniendo claro que no lo iban a seleccionar. Pepe y Samantha, jurados del programa, forman parte de la misma asociación y, por lo tanto, lo tenían más que fichado. Este tipo de programas, reconoce que han ayudado a dar otro estatus a la cocina, pero no terminan de convencerle, "hay gente que ve dos programas y se cree que son los que más saben de cocina".
A pesar de su bagaje, tiene claro que vaya donde vaya lo hace representando a Casa Miguel, su restaurante familiar. Los numerosos eventos en los que participa, incluidos algunos programas de cocina, provocan que alguna vez sus hermanos le hayan preguntado que de dónde saca el tiempo para todo. Y es que, además, de vez en cuando también acude a escuelas de hostelería a dar alguna clase o a colegios para la divulgación de la cocina. Sobre las escuelas de hostelería señala que "han aportado" porque "es importante tener una base" para dedicarse a la cocina.
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