Cornetas y tambores en el silencio: "Disfrutamos y sufrimos; el alma se te cae si no tocas en Semana Santa"

La banda de La Caridad, de la hermandad de Santa Marta, ensaya a pesar de que se hayan suspendido las procesiones por segundo año consecutivo debido a la covid. González Byass les cede sus instalaciones para evitar público, "la gente tiene ganas de tambores y podía haber aglomeraciones"

Cornetas en el silencio: "Estamos disfrutando y sufriendo. El alma se te cae si no tocas en Semana Santa". En la imagen, el director, José Luis Pérez, con algunos de los miembros de La Caridad tras el ensayo, en días pasados.
Cornetas en el silencio: "Estamos disfrutando y sufriendo. El alma se te cae si no tocas en Semana Santa". En la imagen, el director, José Luis Pérez, con algunos de los miembros de La Caridad tras el ensayo, en días pasados. ESTEBAN

La pregunta de por qué un sonido es capaz de erizar la piel, acelerar el pulso o transportar a realidades pasadas es la pregunta de por qué el arte es arte. Y el arte popular, el compartido por el pueblo, tiene la capacidad de arraigar y unir. Jerez, como tal, no tiene himno. Y si lo tuviera, tendría muchas candidaturas. Pero una de ellas, sin duda, sería alguna de las marchas de la Semana Santa. Porque Jerez, que es Andalucía, reúne en esos días un sentimiento que desborda lo puramente religioso, va más allá de lo espiritual. Por eso, en estos días de crisis sanitaria, para muchos no ha sido una anécdota que en buena parte del centro de Jerez retumbara durante algo más de una hora los sones de la Banda de la Caridad, los primeros ensayos para una Semana Santa que no se celebrará en la calle con procesiones. Suena La Caridad, de músicos veteranos, la que ha creado muchas de las escenas más recordadas de la Pasión jerezana de las últimas décadas.

Ya ha caído la noche junto a la bodega de La Concha, en González Byass, a apenas unos metros de la Catedral de Jerez, y suenan las primeras marchas. José Luis Pérez, director de la Banda de Cornetas y Tambores de Santa Marta, conocida como La Caridad, explica que lo más importante estos días no es que todo suene perfecto, que lo importante es retomar, disfrutar. Estos días para los que tocan instrumentos de viento son complicados, porque es normal que salgan llagas hasta reacostumbrar el cuerpo. A pesar de que son un centenar, muchos músicos han preferido no ensayar por varias razones: la primera, el coronavirus, pues a pesar de que la tercera ola vaya amainando, y a pesar de que sean ensayos al aire libre, es lógico el temor; la otra razón, que no hay a corto o medio plazo una posibilidad de volver a las calles o a los conciertos, sino que es una toma de contacto casual. "Teníamos ganas y nos avisaron de que mañana (por el viernes pasado) podía venir a grabar, así que nos hemos animado".

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Vista de la zona de ensayos, en el complejo de González Byass. ESTEBAN
Un ensayo de la Banda de Cornetas y Tambores de La Caridad, la pasada semana en González Byass.
Un ensayo de la Banda de Cornetas y Tambores de La Caridad, la pasada semana en González Byass.   ESTEBAN

Miguel Campillo empezó con 14 años en la Agrupación Musical Christus Vincit, que derivaría en la actual de La Sentencia, "y ahora cumplo 55. 40 años", explica. Cuatro décadas, casi toda su vida, viendo "la trasera del paso", porque pocos días ha estado sin tocar. El pasado lunes 22 de febrero fue el primero que se echó la corneta a los labios en muchos meses, "siete", porque en verano "ensayamos un poco, porque supuestamente Santa Marta iba a salir". Lo primero que sintió entonces fue "añoranza. Se pasa muy mal. Esto es nuestro mundo. Volver de buenas a primeras...". Ahora ensayan sin la claridad de cuándo volverán los unformes. Pérez cuenta que "ensayamos el año pasado hasta unos días antes del Viernes de Dolores", hasta que llegó la pandemia. Jesús Jiménez, también corneta, señala que unos días antes aún tuvieron un concierto en el certamen de La Trinidad, en Sevilla. "Estábamos tocando muy bien, nos vino muy mal parar". También explica Jesús que "ha sido como empezar de cero, con una ilusión tremenda, pero esto no se olvida, lo que se pierde es boca".

La banda es una de las más buscadas por su elegancia y una de las más reclamandas entre las cofradías. Para el pasado 2020, el Domingo de Ramos tocaba La Pasión, en Jerez; el Lunes Santo, la Oración en el Huerto de Tarifa; el Martes Santo, los Cerillitos de El Puerto; Miércoles Santo, Santa Marta, "nuestra hermandad"; Jueves Santo, Redención, en Jerez; y Viernes Santo, Descendimiento.

"Con lo que venga, tiraremos para adelante. Esperemos que el año que viene...", dice el director. "Ganas le están echando. El comienzo después de tantos meses es de ilusión". Aunque lo que de verdad han temido es la ilusión de la ciudadanía. El acuerdo para ensayar al final de la tarde en González Byass tiene causa en que, de una forma o de otra, "aunque antes teníamos nuestro local, una nave en Picadueñas que hemos dejado por temas de dinero", había que ensayar en el exterior. "Y nos temíamos que vinieran a vernos y se juntaran demasiados. Está todo el mundo deseando escuchar tambores. Estamos en un sitio cerrado para evitar aglomeraciones".

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Banda de la caridad 003Los ensayos de La Caridad.   ESTEBAN

El plan fraguado es ensayar a partir de ahora "un par de diítas a la semana esta cuaresma, por si ocurre algo, por si puede hacerse algo que ahora es imprevisto", aunque sin procesiones en las calles. Estos ensayos además están siendo duros. "Tenemos gente de Sanlúcar, de El Puerto, San Fernando... de todos lados. Habitualmente ensayamos a las nueve, pero tenemos que empezar antes para que ellos puedan volver a sus casas antes de las diez. Y al empezar antes, hay quien no puede venir porque está todavía trabajando". Esta actividad cultural, como tal, y en principio, no parece englobada dentro de los permisos para saltarse el toque de queda. 

Porque, a pesar de que existan algunos perfiles concretos de músicos en puntos concretos de Andalucía, como Sevilla, donde son músicos profesionales los que tocan en bandas y agrupaciones, "esto no lo hacemos por un tema económico, no compensa. Lo hacemos porque es nuestra pasión", dice Jesús Jiménez. "Esto es instrumento, uniforme...", añade el director. "Lo único que se puede es cubrir gastos como gasolina". Bandas y agrupaciones en Jerez hay cuatro, con más de un centenar de miembros, con fuerza entre la cantera. 

"En la Semana Santa del año que viene habrá el doble de personal en las calles. Seguro"

Los ensayos se están realizando con distancia cumplida. Igual que los músicos desfilan al paso, al compás, con estilo militar, ahora bien parece que esa distancia de lateral y al frente estuviera medida con una regla por un capitán. "Estamos a dos metros o dos metros y medio", señala Campillo. Los instrumentos de viento especialmente son más arriesgados, en tanto ya ha habido problemas en conservatorios andaluces con los riesgos que entrañan, al ser posible disperar gotículas al soplar con fuerza, y más aún cuando los propios instrumentos tienen una llave para liberar la saliva que se condensa en el interior. "Esto tiene que ser al aire libre. Si fuera un sitio cerrado, la saliva, el contacto... puede haber contagios. Pero en la calle, con control, creo que no hay problema", añade Pérez.

"A todo el mundo que le guste esto le toca el alma escuchar de nuevo un ensayo. Sin que tenga que ser tan religioso, sino solo porque le guste la Semana, Santa, como es la Feria o el carnaval para otros... Nosotros luchamos por esto, y el alma un poco se te cae. Esto no se sabe si volvemos nosotros a la normalidad, si vamos a perder la música... A lo mejor al volver, Dios quiera que pronto, pasamos de ser 100 a 60", explica el director. Existe cierto temor a que haya "quien aproveche para decir que este es su final en la banda. O no, o a lo mejor pospone el retirarse y le entra el pellizco, y dice que quiere durar un año o dos más". Era el caso de Miguel, que se lo iba planteando. "En la calle va a haber el doble de personal el año que viene. La gente tiene ganas". 

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Otro joven componente de la banda durante el ensayo. ESTEBAN

Pero, en todo caso, si es posible tocar en verano, "aunque sea para un pasito de Gloria", hay que ensayar "dos o tres horas, con frecuencia. Esto es como el atletismo, hay que prepararse". Todo está siendo sin las marchas complejas. "De las 70 u 80 que tenemos de repertorio, hemos empezado con diez o quince, de las más flojitas. Se puede partir un labio, puede no responder". "Estamos disfrutando y sufriendo. Disfrutando porque es lo que nos gusta y sufriendo porque tenemos la boca como un chicle", dice Jesús. "Disfrutando, porque es lo que nos gusta... Y sufriendo porque sabemos que, de procesiones esta Semana Santa, no va a haber nada. Te vienes un poco abajo".

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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