Cádiz redescubre a Fernán Caballero: "Es falso que ocultara su nombre para poder publicar"

Una ruta por la 'Tacita de Plata' en época romántica revela algunos secretos de la pionera escritora, quien ocultó su identidad bajo el seudónimo de un pueblo de La Mancha

La poeta Ana Rossetti organiza una ruta por el Cádiz decimonónico sobre la figura de Fernán Caballero.
La poeta Ana Rossetti organiza una ruta por el Cádiz decimonónico sobre la figura de Fernán Caballero. GERMÁN MESA

Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea. Así se llamaba realmente Fernán Caballero, la mujer detrás de una de las firmas más influyentes del siglo XIX en las letras españolas. La folclorista, que renovó la novela hispánica con obras tan singulares como La gaviota (1849), La familia de Alvareda (1849) o Clemencia (1852), dio un cambio de perspectiva a la feminidad desde un punto de vista del regeneracionismo católico. 

La autora era hija del hispanófilo alemán Juan Nicolás Böhl de Faber, quien introdujo el romanticismo historicista de Herder, y de Frasquita Larrea, una de las personalidades más poliédricas del Cádiz de finales del siglo XVIII y principios del XIX. La joven Cecilia, o Fernán —a partir de la creación de su seudónimo se presentaba como Fernán no solo ante sus lectores, sino ante sus amigos— bebió del pensamiento conservador y ultracatólico de su padre, con quien creció por la separación del matrimonio. "Su educación estuvo en manos de su padre. Todo lo que vive y ve no tiene nada que ver con lo que hace la madre", explica la poeta isleña Ana Rossetti, quien lleva a cabo una ruta por el Cádiz románico de Fernán Caballero en el marco del IX Congreso Internacional de la Lengua Española que se ha celebrado en Cádiz del 27 al 30 de marzo.

La visita, que comienza en la plaza de San Francisco, presenta siete localizaciones y episodios relacionados con la vida de Fernán Caballero y de su familia. La escritora nació un día de Navidad de 1796 en Morges, una localidad del cantón suizo de Vaud, cuando sus progenitores iban a visitar a la familia alemana de su padre, quien llegó a ser cónsul hanseático en Cádiz y parte de una familia de la alta burguesía mercantil de Hamburgo, los Böhl. Todos regresaron a España en 1797, donde nacieron los otros tres hermanos de Fernán Caballero: Aurora (1800), Juan Jacobo y Ángela (1803). El paso de la joven Cecilia por Cádiz fue efímero e intermentente, ya que con tan solo nueve años viajó a Alemania, donde su madre Frasquita Larrea, empezó a tener los primeros problemas conyugales con su marido, volviéndose sola con las dos hijas pequeñas y pasando los años de la invasión napoleónica y la Guerra de la Independencia en una casa de Chiclana. Mientras tanto, Cecilia fue instruida en Hamburgo bajo una estricta educación católica hasta que tuvo diecisiete años, momento en el cual la familia al completo vuelve a encontrarse en Cádiz.

La multitudinaria visita discurre desde la plaza de San Francisco hacia la Alameda Apodaca, con paradas en varias localizaciones de la vida de Fernán Caballero y su familia.
La multitudinaria visita discurre desde la plaza de San Francisco hacia la Alameda Apodaca, con paradas en varias localizaciones de la vida de Fernán Caballero y su familia.    GERMÁN MESA
Ana Rossetti explica alguno de los secretos de la vida de Frasquita Larrea, en diferentes localizaciones del centro de Cádiz.
Ana Rossetti explica alguno de los secretos de la vida de Frasquita Larrea, en diferentes localizaciones del centro de Cádiz.     GERMÁN MESA
Fernán Caballero, retratada por Valeriano Domínguez Bécquer.
Fernán Caballero, retratada por Valeriano Domínguez Bécquer.

"Ella estaba embobaíta con su padre. Sin embargo. cuando empezó a escribir, su padre decía que lo que hacían eras tonterías, que estudiara y cosiera. En cambio, la madre estaba muy entusiasmada, y quiso publicarle las obras", explica Rossetti en la casa donde se instaló definitivamente la familia tras años de separación, la calle Ahumada número 7. Durante el camino, la escritora gaditana hace una breve parada en el número 12 de Isabel la Católica, calle que en otra época se denominó calle Camino. Fue en este lugar donde la jerezana Margarita López de Morla organizaba unas famosas tertulias de signo liberal en ese Cádiz de los años previos a La Pepa, en contraposición a la tertulia de corte conservador de la madre de Cecilia, Frasquita Larrea.

"En Cádiz en el siglo XIX pasan muchas cosas. Están las guerras napoleónicas, y había muchas sinergias. Por un lado hay contacto con Iberoamérica por la Constitución de 1812, luego vinieron numerosos viajeros románticos, que buscaban ese ideal oriental, lo distinto... se llevaron una gran sorpresa cuando visitaron la ciudad", explica la poeta gaditana durante la visita. Así le sucedió a Lord Byron, que cuenta cómo entró en una librería y una señora le sorprendió al saber hablar varios idiomas. "Había periódicos y revistas escritas en otras lenguas. Lord Byron vino buscando el exotismo y se encontró con una sociedad y ciudad ilustrada", añade. En ese ambiente intelectual, la prensa de la época hizo "mucho por las mujeres". "Muchas de ellas pudieron manifestarse públicamente, intervenían en asuntos públicos a cambio de una remuneración. El hecho de que pudieran cobrar es un cambio importante", cuenta la guía, aludiendo a la figura de la también gaditana Beatriz Cinfuegos, considerada primera periodista española.

Tras unos años en Cádiz, Cecilia se casó en 1816 con Antonio Planells y Bardaxí, un mallorquín capitán de Infantería que conoció en la Alameda Apodaca. El matrimonio, parece que impuesto por Frasquita Larrea, hizo las Américas rumbo a Puerto Rico, falleciendo él tan solo un par de años después. La joven escritora, que aún no había publicado nada, volvió a Hamburgo y de nuevo recaló en Andalucía, donde conoció al marqués de Arco Hermoso y oficial del Cuerpo de Guardias Españolas, Francisco de Paula Ruiz del Arco, con el que se casó en Sevilla en 1822. De allí, se fueron a vivir a El Puerto de Santa María. Estos años fueron de vital importancia para el crecimiento de la autora, que empezó a hacer sus primeros pinitos en el mundo literario. 

Escribir con nombre de hombre para callar como mujer

La ruta por el Cádiz romántico de Fernán Caballero continúa por la plaza de San Antonio, donde se conocieron los padres de Fernán Caballero. El encuentro tuvo lugar en una de las numerosas casas de negocios en el Cádiz borbónico que se hizo con el monopolio comercial de las América. Luego, la guía continúa de forma panorámica, por la calle Sagasta, donde se alojó Lord Byron, traducido por la propia Frasquita Larrea. 

La agitada vida sentimental de Cecilia sufrió otro revés con el fallecimiento de su segundo marido, enamorándose del inglés Frederic Cuthbert tras un viaje por Londres y París. El nuevo fracaso amoroso será narrado en la novela Clemencia (1851), si bien se casó con el pintor Antonio Arrom de Ayala, con diecisiete años menos que ella y enfermo de tisis. Su tercer marido protagonizaría uno de los episodios más turbulentos de su vida. Destinado como cónsul en Australia, se sucidió en 1859 en la ruina económica, dejando grandes deudas y sumiendo también a la propia Fernán Caballero, ya con nombre en la literatura española, en la pobreza. 

Frasquita Larrea, quiso llegar a traducir los escritos de su hija, quien curiosamente escribía las obras en alemán y en francés. Sin embargo, falleció sin ver la obra de Cecilia publicada, ya que quien fuera Fernán Caballero no lo hizo públicamente hasta 1849 con la publicación de La Gaviota. "Cuando hace el prólogo [de La Gaviota] dijo que iba a escribir desde dentro y no como los extranjeros. Al poco tiempo se descubre que no es un hombre sino una mujer, y que ha nacido y vivido en el extrajero. Fue una decepción grande", explica Rossetti. Sin embargo, Fernán Caballero, "por soberbia", siguió firmando todas sus novelas, obras y hasta las cartas, llegando a decirle a sus amistades que le llamen Fernán: "De alguna manera, se cambió el nombre para poder opinar lo que quisiera".

Cecilia Böhl de Faber llegó a tener tres maridos y una complicada vida sentimental.
Cecilia Böhl de Faber llegó a tener tres maridos y una complicada vida sentimental.     GERMÁN MESA
La ruta por Cádiz ha tenido lugar en el marco de las actividades culturales del IX Congreso Internacional de la Lengua de Cádiz.
La ruta por Cádiz ha tenido lugar en el marco de las actividades culturales del IX Congreso Internacional de la Lengua de Cádiz.     GERMÁN MESA

Pero, ¿qué esconde la denominación de Fernán Caballero? Al parecer, la autora eligió de forma azarosa un nombre para escribir como hombre, y hay quien cita el conocido crimen que sucedió en la época en esta localidad manchega como motivo. Lo que sí queda claro, es que no lo hizo porque no pudiera publicar como mujer, algo que se ha dicho frecuentemente. "Es falso. Es una tontería decir que ocultara su nombre para poder publicar. Muchas otras mujeres como su propia madre estaban publicando", aclara la guía, haciendo hincapié en que tanto los hombres como las mujeres se pusieron un seudónimo por motivos de todo tipo. "Ella tenía interiorizada una cierta misoginia: cuando se entera que Zorrilla rechazó algunos textos líricos de mujeres poetisas diciendo que escribían de forma muy recargada, dijo que estaba totalmente de acuerdo empezando por ella misma, motivo por el cual pudo haber tomado un nombre masculino", añade.

A las puertas de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, donde se casó Cecilia por última vez, la poeta Ana Rossetti concluye la visita guiada por el Cádiz de la autora, quien vivió durante las dos últimas décadas en el Alcázar de Sevilla por la cesión de la propia reina Isabel II, admiradora de sus obra. Fernán Caballero falleció en 1877 dejando tras de sí una espléndida obra literaria y un contradictorio personaje de tinte conservador y ultracatólico que rechazaba la emancipación de la mujer, siendo precisamente ella una escritora polémica y una mujer muy singular tanto por su obra como por su vida personal. 

"La explicación puede deberse a que ella tuviera interiorizada esa alineación parental. Siempre estuvo más de acuerdo con su padre que con su madre, a quien culpó de todos los poblemas que ha tenido la pareja y la familia", dice Rossetti. El padre Luis Coloma, que se hizo muy amigo de la escritora cuando era un joven seminarista, y quien recogió gran parte de las vivencias y de su vida personal, lo justifica aludiendo a que con un nombre de hombre ella podía decir lo que quisiera y callarse como mujer ante lo que veía. Una actitud y forma de proceder fiel a la moral católica y conservadora de Fernán Caballero y Cecilia, autor y persona.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

...saber más sobre el autor

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído