Una historia de superación personal protagonizada por Carlos Coello, el gaditano que desafía a las estrellas mundiales del muay thai en Tailandia.

Carlos Coello es campeón del mundo en perseverancia, tenacidad, sacrificio y una actitud constante de lucha ante las adversidades de la vida, pero su obsesión es serlo de forma oficial en forma de título de campeón mundial de muay thai, deporte que practica desde los 16 años. "No pararé hasta que lo consiga", asegura el protagonista en base a un compromiso del pasado. Su mayor golpe lo recibió fuera del cuadrilátero, cuando falleció su madre tras una penosa enfermedad. En pleno lecho de muerte, le prometió obtener el título mundial. Y no cesa en su empeño de conseguirlo.

"Cuando iba a disputar mi primer campeonato en Malasia renuncié porque mi madre empeoró y quería estar a su lado. Ella quería que yo hubiera ido a esa competición. Estaba en la habitacion del hospital y en uno de los momentos en los que me sentía mas desesperado le prometí con todas mis fuerzas ser campeón del mundo". Por entonces, acababa de conseguir su primer contrato en Tailianda, meca del muay thai, y alternaba sus estancias entre el país asiático y Cádiz, su ciudad natal. Tras fallecer su progenitora, se marchó definitivamente a Tailandia, donde reside desde hace más de tres años, con una misión clara: honrar la figura de su madre cumpliendo su promesa. Y para que no caíga en el olvido, queda como testigo un tatuaje con el rostro de su progenitora cubriendo su espalda bajo el mensaje: "Lucharemos y juntos venceremos”.

El deportista gaditano se inició muy joven en la práctica de este deporte. En su adolescencia lo compaginaba con el jiujtsu y las artes marciales filipinas, pero quedó fascinado por el muay thai hasta tal punto que comenzó a investigar por la red más acerca de este deporte. "Quería mejorar como practicante y conocer la cultura y el arte marcial en su cuna. Junto con un amigo buscamos en Google y aparecimos en Tailandia", explica entre risas. Actualmente se prepara para los combates con el cuerpo técnico del gimnasio 7muay thai, en Rayong. Anteriormente vivió en las localidades Ko Samui, Bangkok y Pattaya.

Su evolución en este periodo de tiempo ha sido espectacular, ganándose su espacio entre las estrellas del muay thai en el continente asiático. Actualmente es el décimo en el ránking mundial, toda una proeza al convertirse en el único de nacionalidad no tailandesa en situarse entre los mejores. Tras 64 combates, sobresalen en su palmarés títulos como el Campeonato Internacional WBC, el del Norte de Tailainda y tres Campeonatos de España. Con la Selección Española se colgó una medalla de plata en un Mundial WMF, una de bronce en un Mundial IFMA y otra de bronce en un Europeo. Se quedó dos veces a las puertas de cumplir su promesa y convertirse en campeón del mundo.

Su rutina son 6 horas de entrenamientos durante seis días a la semana. "Entrenar, comer, dormir y volver a entrenar", responde mientras sonríe a cómo es su día a día en Tailiandia. Su reloj marca las 5.30 horas cuando se despierta para hacer los primeros ejercicios. Comienza con carrera antes de realizar el primer entrenamiento. Después, por la tarde, realiza entrenamiento específico de muay thai, además de carreras y sprints. Con esa organización le queda poco tiempo libre, pero el que dispone lo aprovecha para ir a la playa, visitar islas, leer y relajarse. "También como algo de comida basura porque durante la semana con la dieta no se puede", confiesa este campeón.Carlos Coello es conocido en Tailandia por destacar en este deporte, pero el trato que dispensan en dicho país hacia sus campeones es muy diferente al que reciben en España, por ejemplo, los futbolistas de élite. "Dentro del ámbito del muay thai sí soy conocido, pero el trato no es como una estrella porque realmente las estrellas son los tailandeses campeones de los estadios mas importantes como Lumpinee o Radjadanerm que llevan compitiendo desde los seis años y para los extranjeros que estamos aquí sólo poder competir contra ellos de tú a tú ya es un gran hito. Los tailandeses son más relajados y, aunque te conozcan, no te paran por la calle o te montan fiestas porque para ellos es algo normal. Ser peleador de muay thai no es algo excepcional", señala el gaditano.

La vida en Tailandia es "bonita y relajada" para quien acude de vacaciones a disfrutar del país. Sus costumbres son muy diferentes a las de España. "Tenemos muchísimo que aprender de ellos en ciertos aspectos de la vida. La actitud, la forma de ser y la de actuar son completamente diferentes a las de Europa. Viven sin pensar en más allá de lo que tienen hoy, ya que el futuro no está asegurado". Por el momento, no piensa en regresar a la capital gaditana a pesar de echar en falta a familiares y amigos: "No son pocas las ocasiones que te despiertas por la mañana dolorido y piensas en abandonarlo todo, pero quizás eso es lo que te hace diferente a los demas, el seguir buscando un sueño y poder luchar por lo que amas hasta el final". Y eso lo convierte en un campeón con o sin el reconocimiento del título oficial.

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