Habla cinco idiomas. Inglés, portugués, italiano y está “a tope” con el francés. Acaba de finalizar dos carreras universitarias, Derecho y Relaciones Internacionales, y hace una semana regresó de La Reunión, una isla remota de Francia al lado de Madagascar. José Juan Núñez Timermans, a sus 25 años, ya ha visitado Eslovaquia, Estonia, Túnez, Austria, Italia, Brasil o Estados Unidos. Este trebujenero es un enamorado de los viajes y de las oportunidades que brindan los Erasmus.
Cuando descubrió la Asociación Europea del Carnet Joven quiso formar parte de su panel y se convirtió en uno de los once jóvenes de toda Europa que representan a la juventud. Esto hizo que el Instituto Andaluz de la Juventud fuera, desde entonces, miembro colaborador de EYCA para sus campañas, como la de #StandForSomething, que llevó a este joven a moderar un evento en el Parlamento Europeo y a recorrerse toda Andalucía. Así, descubrió la existencia del Consejo de la Juventud de Andalucía (CJA), un órgano de participación, representación y consulta adscrito al Instituto Andaluz de la Juventud que goza de autonomía en el ejercicio de sus funciones.
“Me enteré de rebote”, confiesa José Juan, que se animó a encabezar una candidatura apartidista para renovar este órgano que llevaba años sin funcionar y con una directiva vinculada al PSOE. “Los jóvenes no saben que existe”, dice el joven, formado en la Academia Mundial de Líderes Ubuntu Naciones Unidas. Lo ha logrado. Acaba de ser elegido presidente con el respaldo de 37 votos a favor de las 44 personas delegadas que han ejercido su derecho al voto.
El activista juvenil, a partir de ahora, combatirá los problemas que suponen quebraderos de cabeza a una juventud que va perdiendo la esperanza. Para ello, se han unido seis asociaciones muy activas. “Hemos decidido no contar con políticos sino con la juventud andaluza movilizada, organizada y asociativa”, comenta el joven.
Entre ellas, Inserta, que trabaja con jóvenes en exclusión social; los scouts católicos y los aconfesionales (ASDE), Cooperación internacional, la asociación juvenil JEF Andalucía a la que él pertenece, y Adaner, que se dedica a acompañar a los jóvenes con trastornos de conducta alimentaria. “Es muy importante que la juventud esté en órganos de representación a nivel europeo. Es una cuestión demográfica, ya que Europa pierde población y en estos foros nos jugaremos cada vez más nuestro futuro”, dice con firmeza este joven que aún no se ha independizado ni ha entrado en el mundo laboral.
La falta de vivienda asequible y la dificultad para acceder a una vivienda propia, pues al final son obstáculos significativos para la juventud y para la juventud andaluza, incluso más. Porque los precios están súper altos, hay falta de opciones de alquiler asequible y la emancipación al final se hace cuesta arriba. Sin estabilidad económica, no hay emancipación, y sin emancipación no hay proyectos de vida. Y al final, esto es una problemática que la tenemos que abordar sí o sí desde el Consejo de una manera integral. Hay que garantizar que los jóvenes tengan acceso a una vivienda adecuada y asequible. Es super importante para nuestro bienestar físico, emocional y para nuestro desarrollo personal. También pasa con otros países mediterráneos, que nos emancipamos muy tarde por los pocos medios económicos que tenemos a nuestro alcance.
La desconfianza hacia la administración creo que es algo generalizado en Andalucía y en nuestro país. El CJA tiene que estar ahí y para eso necesitamos ser un consejo independiente que tenga esa vía de acceso hacia el Gobierno autonómico de forma transparente y, sobre todo, desde la lealtad institucional, que no es lo mismo que rendir pleitesía. Tenemos que ser leales institucionalmente sin caer en la pleitesía. Y por supuesto, la juventud es reivindicativa y, en ese sentido, vamos a ser reivindicativos, pero desde un punto de vista más cooperativo. Creemos que la cooperación con todas las instituciones y agentes sociales nos llevará más lejos que la confrontación a la hora de aportar soluciones y conseguir avances para la juventud andaluza. Es cierto que hay problemas con el bono, ¿qué está pasando aquí? Necesitamos también tener esa otra versión. ¿Qué va a pasar con los jóvenes? Es un problema acuciante por eso quiero que tengamos esa legitimidad. Venimos de un consejo muy politizado e históricamente instrumentalizado, entonces es muy difícil que te tengan en cuenta si ya vas con esas credenciales. Queremos quitarnos todo eso de encima y ser útiles para la juventud. El bono del alquiler es prioridad absoluta. Y si tomamos posesión creo que tendríamos que tener una conversación con la Administración para que nos explique qué está pasando.
"Hay que ver qué falla para que los jóvenes no encontremos trabajo"
Creo que ahora mismo Andalucía tiene una estructura un poco de trabajos precarios, de trabajos temporales, y eso afecta a la emancipación. Es algo que nos desmotiva porque tú sales del sistema educativo y te encuentras con un vacío enorme. Eso hace reflexionar a nuestro equipo con respecto a cómo está enfocada la educación. Yo creo que la clave aquí es qué competencias se nos están dando en nuestro sistema educativo, qué falla para que no encontremos un trabajo, qué clase de competencias estamos recibiendo los jóvenes andaluces para que luego cuando vamos al mercado laboral no se corresponda la oferta con la demanda. ¿Está el sistema educativo obsoleto? ¿Nos están haciendo memorizar cosas que luego no tienen ninguna aplicación real? Tenemos que avanzar hacia un cambio sistémico de la educación para poder adaptarnos a las ofertas de empleo que existen en la actualidad.
Totalmente. Es un modelo que quizá sí funcionaba antes en la época de nuestros padres. Quien estudiaba mucho, quien tenía una carrera, podía acceder a un puesto de trabajo. Yo creo que la política empujaba para que las generaciones de nuestros padres tuvieran un porvenir, acompañaba mucho a ese proceso de emancipación. Ahora se nos vende lo mismo, que si te esfuerzas mucho lo vas a poder conseguir y que no vas a tener problemas. Sin embargo, vemos que no siempre es verdad. Ese contrato social se está rompiendo, si es que no se ha roto ya. Ese cuento que nos venden hoy de que si trabajas mucho, vas a llegar muy lejos, pues a veces no es verdad. A veces pesa mucho tu situación socioeconómica, las condiciones en las que te has criado, una serie de elementos que son parte de la mala y buena suerte, y también los contactos. Los procesos de selección a veces van más por a quién conoces que por tu verdadera valía. Obviamente habrá ejemplos de que sí, pero a veces no.
"Queremos que las demandas de la juventud se conviertan en políticas tangibles"
Ya nos ha castigado bastante la pandemia en este sentido. Cuando tuvimos que estar recluidos sin poder salir de casa. También las redes sociales nos venden un modelo de felicidad basado en lo superficial. El tener una conversación bonita y profunda con nuestros amigos o incluso con nuestros padres, no se contempla. Hay generaciones enteras enganchadas al móvil. Creo que tiene que haber un debate en la sociedad andaluza, española y europea de cómo se debe hacer un uso responsable de la tecnología, a qué edad y por qué. No todo avance tecnológico tiene que repercutir positivamente en nuestra calidad de vida y lo he hablado justamente hoy en una reunión con mi equipo, el tema del impacto de las nuevas tecnologías. Si la sociedad avanza por esos derroteros y nosotros no estamos preparados, va a haber cada vez una mayor brecha digital en cuanto al acceso y a las consecuencias de su uso.
Yo creo que es muy importante hacer un proceso de escucha activa. Sabemos que es una promesa electoral, el desarrollo de la Ley de Juventud en esta legislatura y queremos estar ahí. Queremos llevar a cabo un proceso de escucha activa en todas las provincias andaluzas. Hacer lo que hice por las provincias con la campaña de #StandForSomething, donde llevamos las ideas de la juventud andaluza a la Conferencia sobre el Futuro de Europa. Pude hablar con jóvenes de barrios periféricos, con migrantes, con refugiados y con la juventud rural. Esa campaña me sirvió bastante para saber qué pensaba la juventud y qué soluciones proponía. Creo que justamente eso tenemos que hacer desde el Consejo, ir al terreno, escuchar a la juventud. Sabemos cuáles son sus problemas por datos, por encuestas, pero también porque los vivimos en primera persona. Ver qué problemas tienen y cómo les puede ayudar la Administración. Al final nosotros somos intermediarios entre el gobierno autonómico y la juventud. Queremos estar ahí, queremos estar en el debate y queremos que las demandas de la juventud se conviertan en políticas tangibles y reales.
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