El valor de una palabra en desuso
Hay palabras que por razones casi nunca conocidas, caen en desuso. Una de ellas es "costurera", si bien, y tal y como explica Chari García (Jerez, 1968), "más que dejar de usarse, parece que ser costurera es menos que modista o sastra". Pues eso mismo: costurera desde la niñez, con su madre, Chari lleva toda la vida entre diseños, ideas, hilvanes, costuras y clientas que confían plenamente en las manos de la sastra jerezana que se maneja en la alta costura y los patrones personalizados desde que se levanta hasta que se acuesta.
La alta costura se diferencia del resto principalmente en los tejidos, que son nobles. Yo lo que trabajo son las sedas naturales. Tengo una colección bastante amplia porque trabajo con una casa de Madrid que es la que me abastece de esos tejidos: pedrería, sedas, encaje. Todo para trajes muy personalizados, diseñados exclusivamente para cada clienta. Yo no hago trabajo en serie. Yo no hice patronaje industrial. Mi patrón es el que hice cuando estudié Corte y Confección. Yo diseño a medida. Cada clienta tiene su patrón.
"Yo diseño a medida, con prendas exclusivas para cada clienta"
Con mi madre. Con doce años me hice mi primera falda. Mi madre siempre ha cosido pero para nosotros. Entonces, yo siempre he sido muy casera, muy de estar con mi madre. Me gusta mucho trabajar con las manos, y lo mismo hago un vestido que pinto un cuadro o una silla.

Sí, sí. Todo lo que sea usar las manos me encanta. Yo empecé con mi madre, con 14 años. No pude entrar en Corte y Confección con esa edad y tuve que esperar un año más. De ahí me viene todo esto. Ya lógicamente todo ha evolucionado en mi estilo desde entonces.
No, qué va. Claro que no es la moda. Lo que pasa es que hoy lo que manda es el nivel económico. Las tiendas baratas de diez euros la prenda hacen mucho daño. Pero bueno, yo hago alta costura desde hace 40 años y no me falta porque hago cosas muy especiales. Después tengo clientas que quieren ropa de calle, bien porque no les gusta lo que ven en las tiendas o porque quieren ir diferentes. La moda es la que te impone el sistema que hay hoy en día, o ya la alta costura, que es ir diferente a las demás.
Bajo mi punto de vista sí que lo copan todo, pero no es la realidad de la moda, igual que la realidad de la moda tampoco es lo que aparece en los programas ni en ese concurso de televisión, Maestros de la costura. Ese no es el mundo real de la moda.
"La realidad de la moda no es lo que aparece en los programas de televisión"
Es que es una palabra que me encanta. No es denigrante ni es que seas menos. Aparte de diseñadora y modista, soy la que cose mis vestidos. O sea, que soy costurera. Es una palabra bastante importante. Tú puedes diseñar un vestido y luego no saber hacerlo, ¿entiendes? Entonces yo los corto, los preparo y los termino.
No, tengo una compañera. Pero me gusta trabajar a solas con mi inspiración, sinceramente. Para los trajes de novia sobre todo: las colas, los velos...
Yo trajes de novias hago muchos, es lo que más me gusta. Son líneas con un trabajo más delicado. Trajes de gitana también hago muchos, a la gente les gusta porque son diferentes.
A ver. Está feo que yo lo diga. La experiencia es un grado. A mí me viene una clienta y nunca le he dicho que no. Me ha pedido algo y ya veré cómo me las arreglo para hacer lo que me pide. A mí me gustan los retos.
Por supuesto.
(Risas). Te explico. Sinceramente, lo que menos problemas me da son los vestidos de novia. El problema me lo puede dar el vestido más sencillo que te puedas imaginar. Pero el traje de novia lo tengo yo que ver mentalmente. Una vez me preguntaron si yo tenía ordenador para diseñar. Y no. Mi ordenador está en mi cabeza. La novia viene con una idea. Yo le digo: "Tu idea está bien. Pero tienes este cuerpo, esta altura y yo te enseño los tejidos", y entre las dos vamos haciendo el diseño. Pero la verdad es que el 90% de la gente me deja mi libertad creativa, cosa que agradezco porque así doy el 200%.


