El Real Alcázar de Sevilla abre por primera vez al público la Cripta del Patio de Banderas, un espacio único que condensa más de 2.000 años de historia y que hasta ahora permanecía inaccesible. El alcalde de la ciudad, José Luis Sanz, ha presentado hoy este hito patrimonial, destacando que se cumple así el compromiso municipal de acercar el Alcázar a los sevillanos y poner en valor espacios cerrados durante siglos.
La cripta conserva hallazgos arqueológicos que abarcan desde el siglo IX a.C. hasta el XI, entre ellos hornos tartésicos, un antiguo edificio portuario, restos de un posible templo romano dedicado a la diosa Isis y huellas del maremoto del siglo III que arrasó la Sevilla romana. También se han identificado vestigios visigodos, estructuras islámicas del arrabal y restos de la primera muralla del Alcázar. “En apenas unos metros se concentra toda la historia de Sevilla, desde los tartesios hasta el nacimiento del Alcázar islámico. Pocas ciudades del mundo pueden presumir de algo semejante”, subrayó Sanz.
El alcalde ha recordado que la ciudad está acometiendo la mayor inversión en décadas en materia de conservación del conjunto monumental, con más de 10 millones de euros destinados a restauración y mejoras. Entre las intervenciones destacan la restauración integral del Patio de las Doncellas, la conservación de carpinterías históricas, la implantación de sistemas para combatir la humedad estructural, la rehabilitación del Cenador de Carlos V y la Casa del Inglés, así como actuaciones de seguridad y sostenibilidad en fuentes y jardines.
Las visitas a la cripta se realizarán en grupos de quince personas, tres días a la semana —martes, jueves y sábados a las 10:30 horas—, con entrada gratuita para nacidos o residentes en Sevilla capital. La medida busca compatibilizar el acceso con la protección del espacio arqueológico.
El acto sirvió también de balance de las actuaciones realizadas en el Alcázar en los últimos dos años. “Hoy Sevilla recupera un pedazo esencial de su historia. Hoy la ciudad se mira bajo la tierra y descubre, en esas capas de piedra y de tiempo, la grandeza de su pasado y la fuerza de su futuro”, concluyó Sanz.