Los vecinos del barrio de La Nana, en Los Palacios y Villafranca, afectados por una antena de telefonía 5G, han querido responder al testimonio de la familia que firmó un contrato con Telefónica para instalar este aparato en la azotea de su vivienda. "Estamos viviendo un infierno", aseguraba el matrimonio responsable de la colocación de la antena por las críticas de los vecinos.

Manuel Jiménez Segura es portavoz de la plataforma antiantena de La Nana. En una comunicación con este medio ha trasladado que "la gran mayoría de los vecinos del barrio deseamos que se escuche a todas las partes. Las primeras víctimas hemos sido los vecinos, muchos de los cuales sufren crisis de ansiedad, insomnio y otros trastornos", denuncia. Además, añade que "los que padecen enfermedades graves temen su agravamiento por las emisiones radiactivas de la antena".

La plataforma reconoce que "se han producido algunos actos de vandalismo contra la familia que ha cedido su azotea, pero la gran mayoría de vecinos los hemos condenado inmediatamente. Es inevitable que en un barrio donde vivimos más de tres mil personas, una minoría reaccione violentamente".

En cualquier caso, Jiménez defiende que "somos un barrio pacífico y favorable al progreso en todos los campos, pero no a cualquier precio, como el de poner una antena, cuyas consecuencias para la salud a medio y largo plazo se desconocen". La antena está colocada a cinco metros del dormitorio de varios niños, a diez de una iglesia, a 20 de un parque y una biblioteca o a 100 de una guardería. "Esto es inexplicable para la mayoría".

"Siempre hemos manifestado que no nos oponemos a la instalación de antenas, sino a la ubicación, ya que creemos que deben estar lo más lejos posibles de los núcleos de población", aclara la plataforma. "Un numeroso grupo de científicos solicita una moratoria en la instalación de antenas 5G hasta que se haga un estudio serio sobre sus consecuencias para la salud", sentencia Jiménez.

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Emilio Cabrera.

E. C.

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