El exceso en Sevilla con el turismo se hace notar desde que comienza la primavera, y continúa durante todo el periodo en el que los visitantes llegan a la ciudad. Durante todo el año, muchos bares están en una batalla continua, ocupando excesivamente las aceras, con más veladores de la cuenta -algo que el Ayuntamiento dice que persigue, pero, parece, sin suerte-.
Pero el caso de este bar de la Alameda ha ido un poco más allá. Como señalaba un usuario en redes esta semana, había varias sillas alrededor de los bolardos de cemento que separan el carril para el paso de vehículos.
Estos carriles no solo son empleados por vehículos particulares, sino también por autobuses de Tussam. Es decir, vehículos grandes que prácticamente ocupan todo el espacio para el tránsito, pasando con pericia pero muy cerca de esos bolardos.
Allí, como se ve en la imagen, se colocaron sillas alrededor para tomar algo. La cercanía con los vehículos hace evidente la situación de peligro.
Aquí convirtiendo los límites de hormigón del carril rodado de la Alameda en mesitas de velador!!!!!?!
— Vete rápido, huye lejos (@rapidohuyelejos) June 9, 2025
Es para echaros de comer aparte además de ser peligroso.@Ayto_Sevilla @PoliciaLSevilla
Que opinan?@SevillaSeMuere @Sevilla_Dor pic.twitter.com/iEDZySNQ7f
Si bien el Ayuntamiento puso en marcha una iniciativa de denuncia a través de una app, para que los ciudadanos pudiesen comprobar si un establecimiento tenía derecho a velador y en qué cantidad, lo cierto es que la sensación de exceso continúa en Sevilla.
Una problemática que viene de lejos pero que a veces provoca que se crucen ciertas líneas, como cuestiones de seguridad.
Esta misma semana, hay que recordar, un hombre fallecía atropellado por un camión, en principio, y según las primeras pesquisas, por cruzar en zona indebida.
Los sucesos en materia de tráfico son inevitables en ciudades como Sevilla, por el simple hecho de la alta densidad de población y lo nutrida que están muchas vías en horas punta.
Pero si además se ubican los veladores en estos espacios, el peligro se incrementa.



