El Ayuntamiento de Sevilla ha apostado tan fuerte por su lucha contra las pintadas indeseadas desde que llegó a la Alcaldía el popular José Luis Sanz, que en solo año y medio ha eliminado ya 14.434 en toda la ciudad, según datos de su propio gabinete que deben de incluir hasta los permitidos en principio por el propio gobierno municipal, como los realizados en el paso subterráneo de Torneo —hacia el paseo Rey Juan Carlos y bajo la avenida Jiménez-Becerril— durante el pasado Hip Hop Sevilla, un evento celebrado este invierno en el distrito Macarena y en el que se terminó borrando los grafitis, auténticas obras de arte, antes del Día de Andalucía, que era el tope previsto porque, según dijeron en la Alcaldía entonces, fueron los vecinos los que lo solicitaron. El caso es que los grafitis no estaban ni terminados.
Lo cierto, en todo caso, es que ya llovía sobre mojado, pues solo unos meses antes, la brigada antipintadas de la que presume Sanz desde diciembre de 2023 había arrasado incluso con un mural realizado en el IES Salvador Távora dedicado a la Paz y el propio Ayuntamiento reconoció que su Servicio para la Preservación y Protección del Paisaje Urbano y Arquitectónico de la ciudad, que es como lo llaman, se había pasado de fregada, hasta el punto de que el alcalde no tardó en reunirse con los grafiteros para buscar un equilibrio y pactar ubicaciones concretas, aunque alejadas del centro y sin demasiado impacto visual, como Miraflores o el Parque Guadaíra.
"Vandalizar arte también es delito"
En esa guerra se han mantenido los grafiteros y la brigada municipal dependiente de la Gerencia de Urbanismo (y no de Lipasam), y mientras en el Ayuntamiento insistían en estar "reordenando las futuras actuaciones de arte urbano con el máximo consenso entre artistas y vecinos", un anónimo pintó en el recién blanqueado muro del citado paso subterráneo de la Macarena el siguiente mensaje: "Vandalizar arte también es delito".
El Ayuntamiento se ha esforzado desde entonces en afinar ese complicado equilibrio entre lo que se entiende por arte grafitero y pintadas indeseables y, en la oportunidad que se le presentó a comienzos de este verano de recuperar las canchas de baloncesto de la Plaza del Amanecer en el barrio del Polígono San Pablo, ha contratado los trabajos de artistas como la sevillana It’s Mariela y el mexicano Uralde para, en palabras del propio alcalde, “devolver a la vida una zona de esparcimiento y deporte fundamental para el barrio del Polígono San Pablo y para los miles de deportistas sevillanos que practican el baloncesto en nuestra ciudad y que tienen ahora un nuevo reclamo en Sevilla”.
Era una forma de que el Ayuntamiento afirmase con respecto al arte urbano que así sí. La intervención ha supuesto el trabajo de varios artistas urbanos sevillanos e internacionales sobre un espacio deportivo de más de 2.000 metros cuadrados reimaginando el baloncesto a través de elementos decorativos llenos de color, elementos de la naturaleza y símbolos de unión y diversidad. El alcalde subrayó hace un mes, en la inauguración, que “con esta actuación cumplimos con nuestro compromiso de apostar por el arte urbano para potenciar espacios abandonados de Sevilla contando con artistas sevillanos de primer nivel como estos, que han trabajado para proyectos para la NBA, la ACB o marcos como Fila, Puma o Adidas”.
Pintadas desde la Expo 92
La llamada Brigada Antipintadas borró durante el primer semestre de 2024 casi 500 pintadas consideradas vandálicas, pero en el último año ha metido la sexta marcha y ha alcanzado ya la cifra de 14.434 de la que ayer mismo presumía el regidor sevillano. Eso supone que, mensualmente, el servicio especial del Ayuntamiento contra las pintadas borra alrededor de 1.100, lo que sale a unas 30 por día.
No en vano, el servicio calificado de “pionero” por el propio gobierno de José Luis Sanz cuenta con un contrato de carácter bianual que, en estos dos años que terminarán en Navidad, ha tenido un presupuesto de 2,6 millones de euros para, entre otros cometidos, sostener una plantilla de 27 profesionales formados específicamente en protección ambiental y una flota de diez furgones de trabajo provistos de equipos autónomos de hidrolimpieza y dos vehículos de inspección, todos ellos eléctricos y dotados de una tecnología para la reducción de ruidos. Las limpiezas son realizadas por personal especializado que, según el Ayuntamiento, emplea técnicas y productos que permiten limpiar “sin agredir” y que tienen una acción protectora sobre las superficies que lo aconsejen.
La mitad de esas 14.434 pintadas eliminadas se encontraban en el Casco Antiguo, “y algunas de ellas estaban desde antes de la Expo 92”, según han informado en el gabinete de Alcaldía. También se ha actuado, por orden de importancia, en los distritos Macarena, Norte y Triana. En los demás distritos de Sevilla, al parecer, la proliferación de pintadas es notablemente menor. Según el Ayuntamiento, esas pintadas vandálicas sobre paredes de inmuebles y edificios “deslucen, distorsionan y desfiguran el paisaje urbano” y, más allá de la tarea diaria que se autoasignan los empleados, cualquier ciudadano puede requerir de sus servicios de forma gratuita.
