1. ¿Por qué “Estampas morales"?
La estampa es como un retrato, una fotografía, acaso una postal, de momentos de la vida. Y la palabra "moral" proviene del latín: "mos, moris", que significa "relativo a la costumbre" o "modo de vivir". No obstante, quede claro que no son consejos morales religiosos o ideológicos. No me interesa la moralina. Lo que me interesa es una reflexión ética desprejuiciada sobre los principios que rigen los modos de vivir públicos (usos y costumbres) y privados (hábitos).
2. El Templo Laico: La Conciencia.
Que es la capacidad que tiene el ser humano de reflexionar sobre sus pensamientos y emociones, sobre la rectitud de sus propias acciones y sobre el mundo exterior. Es, también, el Templo de los sueños. Es una reflexión que no requiere de ritos, creencias o normas de tipo religioso o ideológico.
Para ello se puede necesitar de un espacio para el repliegue del mundo interior. El Templo Laico puede ser también el espacio físico de reflexión: una habitación personal, una biblioteca, una cafetería, un hotel, incluso, una ciudad fascinante. Espacios de soledad y silencio.
En el Templo Laico el tiempo se detiene y se amplía. Se interrumpe la rumia, el pensamiento estéril e incómodo. Se vacía la mente. Se trata de recuperar la paz interior y el equilibrio emocional. Se acrecienta el agrado, la alegría y la vitalidad. Se esfuma el "horror vacui" (miedo al vacío) para dar paso a "la plenitud del vacío" en el sentido de "potencialidad infinita" captada por la meditación más que por la racionalización.
3. Escribo para recordar; carezco de memoria. Las cosas ocurren, pero suceden de una manera tan débil que no me alcanzan a la conciencia. Porque como dice Joseph Joubert (1754-1824) en "Pensamientos”, 186, Ediciones Península: "... nuestras respiraciones cambian de naturaleza o de ritmo a cada aspecto, a cada tocamiento, a cada mirada, a cada pensamiento que varía nuestros afectos”.
Vivo como distraído, en un estado de ensoñación permanente, como si ocurrieran cosas de las que estuviera semiausente. Como si viviera sin vivir en mí. Por eso, cuando escribo, guardo las vivencias que, al tiempo, me mantienen vivo.
4. Hay una base, los cuidados mínimos: alimentación e higiene. Para este cuidarse, el hombre ha de ser servidor de sí mismo. Y una altura: llegar a ser gestor de la propia vida; "autónomo kantiano", que se auto-dirige. Esclavo y dueño se sí mismo.
5. Dice Byung-Chul Han, filósofo surcoreano, Premio Princesa de Asturias de la Comunicación y las Humanidades 2025, que "en el futuro habrá posiblemente, una profesión que se llamará "oyente"... Acudiremos al "oyente" porque, aparte de él, apenas quedará nadie más que nos escuche".
Y digo yo que, incluso en el presente, hay "Parlanchines" que hablan y hablan sin respirar; tanto que te impiden digerir lo que escuchas. Te aplastan verbalmente. A uno le llamaban "El tanqueta", por lo pesado que era tanto física como espiritualmente. Movía la lengua a izquierda y derecha, flácida y húmeda, como si fueran los intermitentes del tanque. Su lengua, al hablar, salpicaba una saliva mágica que agrandaba las orejas de los oyentes verticalmente, para así poder seguir hablando.
6. El pájaro no canta para dar una respuesta; canta porque tiene una canción. El humanista y el filósofo no piensan para dar consejos; piensan para conocerse a sí mismo, a los hombres y a la naturaleza. Y, en este camino, acaso se acercan a los poetas.
7. Hubo alguna vez en que me soñé entre "los elegidos", pero con el paso del tiempo, sincerándome, supe que era un "hombre corriente", lo que los franceses llaman “menú peuple” (gente común).
8. El término "Pensamiento crítico" es redundante. El "Pensamiento" no necesita de adjetivos. Ya incluye afirmación y crisis, asentimiento y contradicción.
9. Contra el idealismo: El corazón, manda; la razón, solo ordena, si puede.
10. ¡Qué malo es el frío, climatológico o emocional! Hace a algunos hombres secos y huraños.
11. La rutina conforta; la novedad abre caminos.
12. Hay dos actitudes en la senda de la vida: ceder el paso o priorizar el camino propio.
13. Elijo una palabra de especial significado simbólico, "Gracia": Es un término con múltiples significados, que abarcan desde la bondad y el buen trato hasta la elegancia y el donaire al actuar, o el humor y la capacidad de hacer reír, o como nombre propio femenino. En plural ("gracias") es una fórmula de agradecimiento.
14. De la ilusión infantil a la decepción tardía. Y el mayor, grita: ¡Vuelve a la vida! Y ejecuta su deseo, si puede.
15. ¡Poquita fe! ¡Qué suerte! Aún no has llegado a la aniquilación total.
Cuenta Gonzalo Celorio en "Ese montón de espejos rotos", página 226, Editorial Tusquets, que cuando se enamoró de Lorena Vargas, ocurrió una especie de aforismo dialógico:
Pásame la sal -le dije-. Y me pasó el mar.



