Tic, tac, tic, tac. No es una frase de Josep Pedrerol, aunque prácticamente la haya patentado sin el que el final para él fuera exitoso, es el reloj de las elecciones municipales que se celebrarán en mayo de 2023. Sevilla es la cuarta ciudad más grande de España, pero la ciudad más grande que gestiona el Partido Socialista. No es una ciudad más para los socialistas, ni mucho menos. En unos meses el PSOE se juega demostrar que el municipalismo que predican desde sus direcciones no es sólo un eslogan, sino una convicción.
Son siete los años que el PSOE lleva al frente del Consistorio local. Además, ha habido un cambio de alcalde recientemente por la marcha de Juan Espadas al Parlamento de Andalucía. Esto podía haber jugado a favor de los socialistas al renovar una cara que ya acumulaba bastantes críticas en la ciudad, sin embargo, a Antonio Muñoz, actual regidor, le está costando apuntarse éxitos en la gestión.
Esta última semana estaba apuntada en el calendario de los sevillanos. La conmemoración del V Centenario de la Vuelta al Mundo de Elcano y Magallanes era un escaparate al mundo y una prueba para demostrar que la ciudad estaba a la altura de este tipo de celebraciones en las que se ensalza y se pone en valor a sí misma. Pese a ello, los actos dedicados a la ciudadanía - una vez ya celebrados los meramente institucionales - han sido un auténtico fiasco y han recibido multitud de críticas en redes de sevillanos descontentos.
Para la oposición esto no ha pasado desapercibido lo ocurrido y, además, tampoco ha sorprendido. Para José Luis Sanz, líder de la oposición y senador por el Partido Popular, esto pone de manifiesto "la poca importancia que el alcalde le ha dado a los actos conmemorativos, Ese es el principal problema, no le ha dado ni la mas mínima importancia", comenta en exclusiva para lavozdelsur.es. El motivo, según él es que en el equipo municipal todo es "fruto de la improvisación" y "nadie está pendiente de nada".
En evidencia quedaron especialmente dos actos. El primero de ellos fue el espectáculo de drones que se llevó a cabo, al menos parcialmente, en la Plaza de España. Hasta 300 drones fueron intercambiando sus posiciones para formar diferentes palabras relacionadas con el V Centenario. O esa era la idea. Desde una hora antes de empezar ya había personas en el sitio recomendado para ver este espectáculo que imaginaban que sería complicado contemplarlo plenamente. Los árboles, vaya ironía, impedían la visibilidad. Aun así, era el lugar recomendado.
Este espectáculo se suspendió antes de tiempo. La versión oficial fue que no se podía garantizar la seguridad de los asistentes ya que se había invadido el perímetro y superado el aforo. La versión de los allí presentes es que se trató de una "chapuza" que acabó con drones chocándose entre sí y no hubo más remedio que suspenderlo. Sanz señala que "no se eligió bien el lugar" y, aunque reconoce que se pudo superar el aforo, "el Ayuntamiento tendría que haber previsto más policía". "No le ha dado la importancia que tenía a la conmemoración del V Centenario y no ha estado a la altura".
Al día siguiente, el Consistorio tenía la oportunidad de enmendar la situación y el cartel no apuntaba mal. Una representación teatral de La Fura dels Baus, una de las compañías de teatro más prestigiosas. La música sonaba muy bien con la representación en pleno Guadalquivir, pero de nuevo volvió a fallar la planificación municipal. El gobierno anunció que sería visible entre los puentes de Triana y San Telmo, a lo largo de las dos orillas. Pero los que acudieron vieron que esto no se ajustaba a la realidad y se volvieron sin ver ni escuchar nada de la obra. El candidato del PP, además de insistir en los errores eligiendo la localización, afirma a este medio que lo ocurrido el fin de semana "nos ha dejado muy mal a los sevillanos, pero nos estamos acostumbrando en el día a día a la chapuza. Quizás sea más preocupante la imagen de improvisación que estamos proyectando al exterior".
Satisfacción en el Ayuntamiento de Sevilla
Las críticas no han impedido que el gobierno municipal muestre cierta satisfacción sobre los actos. Del primero de ellos, desde el Consistorio se afirma que "se antepuso la seguridad por encima de todo y esto motivó su cancelación pasados unos minutos de su inicio al romperse el perímetro de seguridad. Este hecho puntual, y teniendo en cuenta la complejidad de la organización, no puede empañar una labor de tres años de actividades del V Centenario. La cancelación del evento fue un acto de responsabilidad porque la seguridad está por encima de cualquier otra consideración, aunque suponga un coste en imagen para el Ayuntamiento".
Sobre el segundo de ellos, la versión es completamente distinta a lo denunciado por diferentes asistentes, "se desarrolló en la noche de ayer con normalidad en la zona delimitada para que fuera visto y escuchado, zona conformada por el Muelle de la Sal, Paseo de Colón, en su tramo paralelo al Muelle de la Sal, el Puente de Triana y un tramo de calle Betis". El que fuera alcalde de Tomares define esta situación como "una anécdota que pone de manifiesto cual es la gestión. Sevilla le queda muy grande", dice sobre Muñoz.
Meses de desgaste para Antonio Muñoz
Esta polémica con la celebración de estos actos se suma a una de mayor alcance si cabe. El V Centenario no dejaba de ser ocio, lo otro es el día a día de un barrio. Nos referimos a la situación del ficus de Triana y la gestión del Ayuntamiento en este caso. El caso, además, adquirió relevancia a nivel nacional en el plano mediático, por lo que las decisiones de la Alcaldía aquí han trascendido más allá de los límites municipales.
Actualmente, el Ayuntamiento se encuentra dando cuidados al árbol emblemático de la calle San Jacinto, pero para esto ha tenido que haber una gran movilización ciudadana previa. En primera instancia, el gobierno local había facilitado a la Iglesia de San Jacinto la licencia de tala a pesar de que distintas organizaciones defendían que habían otras soluciones para mantener el árbol y que a la vez la estructura de la parroquia no sufriera daños.
De momento el árbol ha sobrevivido, pero tardará en volver a ser el que era. La paralización de la tala por parte de un juez ha evitado que los daños sean irreversibles, pero aun así el ficus centenario luce sin su gran follaje y la frondosidad que le caracterizaba.