Carretera cortada. La Guardia Civil ha colocado un cartel este miércoles en la CA-3113, casi a la altura de la venta El Algarrobo. Enormes charcos, fango y varios vecinos con botas de agua revelan que el temporal ha saqueado este lugar ubicado en término municipal de Puerto Real. Conversan con caras de preocupación mientras algunos conductores preguntan si ya se puede circular por la vía.
Unos once vecinos han amanecido “con agua hasta los tobillos” en el interior de sus casas y, a la entrada del bar se había formado una auténtica piscina. Las fuertes lluvias han dejado “todo anegado”. Susana Sánchez, que lleva 40 años viviendo en la zona, ha sido una de las afectadas. “Mira cómo estaba todo”, dice mostrando un vídeo en su móvil. En su caso, tuvieron que "poner sacos para que el agua no entrara, anoche nos hartamos de quitar agua del dormitorio y del salón. Y mi hermano, inválido, no ha podido salir hoy”, cuenta a lavozdelsur.es con las botas llenas de fango.
Las inundaciones se repiten por un problema que, en la actualidad, es común en muchas zonas de la provincia como El Marquesado. “Desde hace años las cunetas no las limpia nadie. Los tubos están atascados y no corre el agua”, explican. Si no existieran las obstrucciones, ninguno de ellos hubiera tenido que sufrir los destrozos, el agua hubiese transitado sin estancarse.
“Aquí desembocan las aguas de tres arroyos. Esto está así por falta de limpieza, es una negligencia de la Administración”, denuncia Alfredo Villalpando mientras señala las gavias y desagües tapados por arena y hierbas. Él ha intentado hasta cinco veces crear una asociación vecinal en esta zona conocida como El Algarrobo para reivindicar los problemas, sin embargo, “la Junta nos la ha denegado cinco veces”.
El agua, con fuerza, ha entrado en las parcelas y ha dejado charcos por toda la zona. “Esto era una laguna”, dice Alfredo desde el apeadero de la venta donde varios niños y niñas acaban de bajar del autobús escolar con mucho cuidado para no empaparse.
Muchos otros puntos han sentido las precipitaciones. Los vecinos se dirigen a un carril que si ya estaba “lleno de baches” y “descuidado”, ahora está prácticamente intransitable. Se llama “La suerte de Genaro” pero es conocido como el Tercer Cordel de Servidumbre de Puerto Real, una vía agropecuaria, dependiente de la Junta, que llega hasta El Marquesado. Susana abre el paraguas. Mira al cielo con la esperanza de que escampe pronto.
Está repleto de fango y arena que la riada ha llevado hasta allí. “Por este carril pasan más de 500 familias, mira como está”, dice Juan Luis, vecino de la zona desde hace 17 años. Se trata de una vía muy transitada que utilizan para acceder a las casas o a los terrenos de agricultura y ganadería, sectores a los que se dedican muchos de los residentes. Pero está en un estado “peligroso” desde hace años.
Ante esta situación, los propios vecinos han puesto dinero de sus bolsillos para mejorar el carril. “Arreglamos esta gavia porque cada vez que teníamos que sacar los coches era peligroso, pero no da abasto”, comenta Jose Luis. A su lado, Alberto, que cultiva moringa y otras especies en una finca cercana, cuenta que no se ha arriesgado a llevar a sus hijos al colegio tras ver el estado de la carretera.
Solicitan a la Administración que adecenten el camino, “por lo menos para que se pueda circular” y que realice las labores de limpieza pertinentes para evitar las inundaciones. Pero este miércoles, el temporal ha causado más problemas. Los vecinos se detienen frente a la casa de Manuel en la que se observa un gigantesco pino caído sobre uno de los muros. La fuerza del agua ha arrancado sus raíces y lo ha derrumbado. En ese instante, el árbol se ha enganchado a un cable que suministra energía eléctrica a todos los vecinos y no se ha tumbado completamente.
“Hemos tenido suerte de que no nos hemos quedado sin luz. Como se termine de caer, va a atascar la gavia”, sostienen.
Cuando Manuel se levantó esta mañana y salió a la parcela se percató de que el pino había destrozado parte del muro. De inmediato, avisó a Bomberos y a Emergencias 061, pero “todos nos dicen que no saben qué pueden hacer”. El vecino ya había llamado en numerosas ocasiones a la concejalía de Medio Ambiente para alertar de que cualquier día el árbol se caería por su inclinación.
“Como se caiga del todo, va a atascar la gavia, nos podemos quedar sin luz y provocar un cortocircuito”, expresan. Otra vez empieza a llover. No es la primera vez que la zona se aniega, pero esta vez, “ha sucedido con más intensidad”. Destrozos que podrían haberse evitado.
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