Medios nacionales e internacionales, asociaciones en defensa del patrimonio cultural y cientos de tuiteros y usuarios de redes sociales se hacen eco de la obra de consolidación de la histórica torre de Matrera, en Villamartín.
Hasta ahora, una de las restauraciones más polémicas y con más trascendencia tanto en España como fuera de ella fue la de la pintura del Ecce Homo de la localidad aragonesa de Borja. Ahora, sin embargo, no tenemos que irnos tan lejos, solamente a la localidad serrana de Villamartín, para descubrir una intervención calificada de "desastre" por instituciones como Hispania Nostra, una entidad que lucha por la defensa y la promoción del patrimonio Cultural y Natural de nuestro país y que ha tenido incluso eco en medios británicos como The Times o The Guardian, que titula su artículo al respecto con un llamativo "What the hell have they done?" (¿Qué demonios han hecho?).
Hablamos de la torre del castillo de Matrera, mandada construir por Omar Ben Hafsun a finales del siglo IX y que presentaba tal delicado estado de conservación que ya en 2013, y a pesar de estar catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) sufrió el desprendimiento de sus bóvedas, lo que provocó que un año después Hispania Nostra lo incluyera en su lista roja de patrimonio en peligro.
Dado el serio riesgo que había de que la torre desapareciera por completo, el propietario de la finca donde se asienta la torre costeó la restauración, con el visto bueno de la Consejería de Cultura de la Junta. El arquitecto responsable del proyecto, Carlos Quevedo, afirma que no entiende el motivo de tanta polémica y el propio arqueólogo del Ayuntamiento de Villamartín -que no ha tenido nada que ver en la obra- defiende que otras restauraciones se han ejecutado de similar manera.
En declaraciones a EFE, el vicepresidente de Hispania Nostra, Carlos Morenés, considera que "se ha llevado al extremo la legislación sobre restauración que obliga a distinguir las partes nuevas de las originales y se ha dañado el entorno con una cosa blanca, enorme" que "ha desvirtuado el aspecto histórico y paisajístico" del enclave, ubicado en el cerro Pajarete.
La imagen que acompaña este artículo habla por si sola. Como se aprecia, se han consolidado los muros originales con una reconstrucción a base de mortero de cal blanco que trata de dar una idea de la altura original de la torre, con lo que se distingue la parte nueva de la original de una manera quizás demasiado chocante.
Comentarios