Alejandro Martín Guijarro tenía 41 años cuando fue visto por última vez el 14 de julio del año 2000 en la playa de Los Alemanes, en Zahara de los Atunes (Cádiz). Técnico de Airbus en Sevilla, natural de Madrid y vecino de Bormujos, desapareció sin dejar más rastro que sus pertenencias sobre la arena: documentación, cartera y teléfono móvil. Una persona que paseaba por la playa fue quien alertó a la Guardia Civil tras encontrar los objetos personales abandonados. Gracias a ello se pudo dar con la identidad.
Un dispositivo de búsqueda sin resultados
En los días posteriores a su desaparición, se desplegó un amplio dispositivo de búsqueda en la zona. Los GEAS (Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas) de la Guardia Civil rastrearon el litoral gaditano sin éxito. Se barajó la posibilidad de que hubiera sufrido un accidente mientras practicaba alguna actividad acuática, ya que Alejandro era un apasionado del surf y la natación. Sin embargo, su tabla de surf permanecía en su casa, y ese día tampoco acudió al trabajo.
La incertidumbre creció a medida que pasaban las horas y los días. Las autoridades no encontraron indicios de violencia ni testigos que pudieran arrojar luz sobre lo ocurrido. Desde entonces, ni el mar ni la tierra han hablado.
Desesperación total en la familia tras cinco años
En el momento de la desaparición, no se descartó ninguna hipótesis, pero ninguna ha podido confirmarse. La desesperación de la familia, cinco años después, es indescriptible. Hoy, cinco años después, la situación sigue siendo la misma.
La organización QSDGlobal, dedicada a la búsqueda de personas desaparecidas, ha reactivado la alerta con los datos de Alejandro con la esperanza de que el caso pueda esclarecerse. La asociación, impulsada por el periodista Paco Lobatón, busca dar visibilidad a desapariciones no resueltas y ayudar a las familias en sus procesos de búsqueda.
