La empresa Verdalia Bioenergy Spain mantiene que la planta de biogás proyectada en Arcos continúa su tramitación administrativa, a pesar de que el Ayuntamiento anunció a mediados de septiembre su decisión de no autorizar la instalación debido al rechazo social suscitado. "El proyecto sigue en marcha, sigue con su tramitación administrativa", han afirmado fuentes de la compañía en declaraciones a lavozdelsur.es.
La promotora sostiene que el proyecto está catalogado por la Junta de Andalucía como "de interés estratégico", motivo por el cual no considera paralizada su ejecución. "De momento nosotros seguimos con la tramitación", insisten desde Verdalia, descartando que la decisión del Consistorio implique la cancelación formal del procedimiento.
El Ayuntamiento de Arcos comunicó hace unas semanas su negativa a la implantación de la planta tras valorar el amplio rechazo vecinal expresado por plataformas ciudadanas, asociaciones y residentes del entorno afectado. No obstante, el alcalde manifestó entonces su disposición a colaborar con la empresa en la búsqueda de posibles localizaciones alternativas dentro del municipio.
Esa opción, sin embargo, no se contempla actualmente por parte de Verdalia. "Nosotros ese escenario ahora mismo no lo estamos barajando. Cuando se realiza una tramitación administrativa se hace en base a una ubicación concreta, a una parcela concreta", precisan desde la compañía.
De esta forma, el proyecto continúa en la misma localización prevista inicialmente, pese a la oposición municipal y ciudadana. "Oficialmente, formalmente, nosotros seguimos avanzando en este proyecto", recalcan los responsables de Verdalia, subrayando que no ha habido "ningún cambio en esta situación".
Una planta destinada a la producción de biometano
La empresa proyecta instalar en Arcos una planta destinada a la producción de biometano mediante un proceso de digestión anaerobia de residuos orgánicos domésticos, industriales y agrícolas, así como lodos de depuradora, deyecciones ganaderas y cultivos energéticos.
Según Verdalia, la iniciativa contribuiría a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a impulsar el desarrollo rural en la comarca, creando oportunidades para agricultores y ganaderos locales.
Pese a esos argumentos, el anuncio inicial del proyecto generó un amplio movimiento de rechazo en el municipio, con vecinos y colectivos que alertaron de los posibles impactos medioambientales, olores y afecciones a la calidad de vida en las zonas próximas.
Por ahora, el futuro de la planta sigue abierto a la espera de que las administraciones competentes resuelvan la tramitación y definan si el proyecto de Verdalia podrá finalmente ejecutarse en Arcos o deberá buscar otra ubicación.
