Rafael Aguilera Martínez (Alcalá del Valle, 1978) es de esos alcaldes combativos que no duda en ir con todo si se trata de defender los derechos de sus vecinos —como cuando expulsó a las casas de apuesta de la localidad— o captar inversiones para su municipio, que roza los 5.000 habitantes y está situado en el extremo oriental de la provincia de Cádiz, lindando ya con la serranía malagueña.
El dirigente de IU, que revalidó mayoría absoluta en las municipales de hace algo más de dos años, es de los que piensa que Alcalá del Valle no es geográficamente el último pueblo de la provincia de Cádiz, sino el primero. Al menos en materia energética está a punto de lograr un paso importantísimo, ejemplo para otras administraciones locales, paradigmático en el mercado especulativo de la energía eléctrica.
Después de mucha pelea y "haber visto de todo" en este proceso —alude a las artes con las que se mueven algunos operadores del sector—, Aguilera recibe a lavozdelsur.es en su despacho de Alcaldía con una cuantiosa subvención bajo el brazo que le permitirá poner en marcha la primera fase del proyecto La Luz de Alcalá.
El municipio de la Sierra de Cádiz se prepara para convertirse en referente energético en Andalucía gracias a un proyecto pionero que promueve la autosuficiencia eléctrica local mediante una comunidad energética cooperativa. La iniciativa social, impulsada desde el Ayuntamiento y gestionada por la asociación La Luz del Pueblo de Alcalá, permitirá que 220 familias reduzcan hasta un 40% su factura de la luz en su primera fase.
Ya hay nuevas familias que han querido inscribirse en la cooperativa, pero en paralelo a la instalación de placas por numerosos techos municipales en esta primera fase, Rafi, como le conocen todos, ya tiene claro la forma de financiar las siguientes fases para que este proyecto a todo vecino y vecina, a todo hogar de Alcalá del Valle, que lo demande.
El proyecto ha llamado la atención tanto de la Junta de Andalucía como de la Diputación Provincial de Cádiz, que en este último caso ha decidido respaldarlo económicamente en su primera fase — con 354.000 euros— por su carácter "único y social". Según sus promotores, es la primera comunidad energética real en Andalucía, concebida "de abajo arriba"y gestionada sin intervención de empresas privadas, a través de una cooperativa local.
Un modelo social, no empresarial
El plan ha contado con el asesoramiento técnico, jurídico y financiero de la Talaios Kooperatiba, una cooperativa de origen guipuzcoano, y tras superar diversos obstáculos administrativos, se abrió un primer periodo de inscripción en el que se apuntaron por estricto orden de llegada 220 familias. A cada una se le realizó un estudio de consumo eléctrico para determinar la potencia necesaria y el número de placas solares a instalar.
El Ayuntamiento de Alcalá del Valle, que hace ya mucho que tiene energía propia en las placas fotovoltaicas de sus edificios municipales, ha cedido a la asociación los techos públicos (techos solares) necesarios para la instalación de las placas, que sumarán una inversión inicial de algo más de 350.000 euros. Esta primera fase cubrirá las necesidades de las familias inscritas, mientras que nuevas fases —ya previstas— permitirán incorporar a más vecinos hasta alcanzar la autosuficiencia energética del pueblo, estimada en más de 4 megavatios.
El proyecto, al que ha tenido acceso íntegramente lavozdelsur.es, tiene múltiples beneficios y no son precisamente empresariales. En materia ambiental, reducción significativa de las emisiones de CO2, disminución de la huella ecológica y contribución a los objetivos climáticos nacionales e internacionales. En el apartado económico puro y duro, ahorro en la factura de electricidad para los miembros de la comunidad y generación de empleo local durante la instalación y mantenimiento de las instalaciones, así como el potencial generación de ingresos por la venta de excedentes de energía. Por último, en cuanto al beneficio social, promoción de la educación y concienciación sobre energías renovables y sostenibilidad, fortalecimiento del tejido social y mejora de la resiliencia energética de la comunidad.
Financiación ética y ahorro colectivo
El acceso a la comunidad energética es abierto y asequible: los socios solo aportan una cuota simbólica de 50 euros, sin necesidad de realizar inversiones adicionales. "Si logramos la financiación, los vecinos no tendrán que sacar dinero de su bolsillo", explica Aguilera, que ya cuenta con la previsión de acudir a COP57, una banca ética, dispuesta a respaldar las fases futuras del proyecto.
En caso de recurrir a financiación, parte de la energía generada se destinaría a amortizar los préstamos, evitando así la imposición de cuotas directas a los vecinos beneficiarios y cooperativistas. "Queremos un modelo justo, donde el ahorro venga de la producción local y no del bolsillo de la gente", subraya el munícipe.
Un ahorro estimado del 40% en la factura eléctrica
Los estudios realizados indican que las familias que participen en la primera fase podrán reducir en torno al 40% su consumo eléctrico. Además, el Ayuntamiento ha creado una Oficina de Transición Energética (OTC) con una ayuda europea de 58.000 euros, para orientar a los vecinos sobre uso eficiente de energía, horarios de mayor aprovechamiento solar y medidas de sostenibilidad.
El proyecto no solo busca ahorro, sino también independencia del sistema eléctrico tradicional. "Queremos que la energía se quede en el pueblo, que no haya especulación", apunta un alcalde sobre una iniciativa social que prevé convertirse en comercializadora cooperativa para gestionar directamente la energía nocturna que no puedan producir.
La instalación de las primeras placas solares está prevista para el próximo mes de diciembre, tras varios años de planificación y gestiones con las autoridades eléctricas. "El modelo de Alcalá del Valle pretende demostrar que una transición energética justa, participativa y local es posible", agrega Aguilera, cuya imagen llorando de rabia e impotencia ante el contagio masivo de covid en la residencia de ancianos de titularidad municipal dio la vuelta a España.
La residencia del covid que dio la vuelta a España también se alimenta de placas fotovoltaicas: "Ahora van a hacer un documental sobre aquello, he tenido muchas pesadillas con aquello"
"Ahora van a hacer un documental sobre aquello, he tenido muchas pesadillas con aquello; todo mi equipo de gobierno estuvo unido conmigo ayudando a evitar muchas muertes de nuestros mayores... hasta que no nos los trasladaron a La Línea no paramos", recuerda sobre un caso que le hizo muy conocido en toda España. "La Junta quitó al personal de la residencia y tuvimos nosotros que atenderlo todo durante días, hasta que llegaron los traslados. Mis vecinos no me han elegido para no pringarme, para quedarme en la poltrona", defiende con su verborrea habitual.
Volviendo al proyecto de comunidad energética social, éste también incluye al pequeño y mediano comercio del municipio. Cooperativas locales como la agrícola o la del aceite se han sumado como socias de La Luz del Pueblo, lo que permitirá que la energía producida beneficie tanto a los hogares como a las empresas locales.
Con este plan, Alcalá del Valle quiere consolidarse como uno de los primeros municipios de España en desarrollar una comunidad energética social y cooperativa, que podría servir como modelo replicable en otras localidades andaluzas. Veremos la reacción de las eléctricas ante esta ola de autosuficiencia municipal.
