El militar que muta a líder vecinal
Apostado en el número 351 de la calle Buen Pastor, en el barrio de La Almadraba, José Ruiz Cortejosa (San Fernando, 1956) espera la llegada de lavozdelsur.es para dar su primera entrevista como nuevo presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Isla de León, la más antigua de las dos que ahora mismo operan en San Fernando.
La cita podría haber sido en cualquier lugar de La Isla, pero éste está cargado de simbolismo. Destacado dirigente vecinal, presidente de la Asociación de Vecinos de La Almadraba, Ruiz Cortejosa lideró una lucha vecinal titánica para que las casas de los vecinos no fueran derribadas, como un día ordenó hacer la Dirección General de Costas y frente a un Ayuntamiento de San Fernando –con dos formaciones políticas distintas en todos los años de conflicto– que no siempre fue el escudo deseado por los vecinos. Por eso, antes de hablar de sus nuevas responsabilidades, se hace necesario una mirada al pasado para conocer mejor a José, del barrio de Gallineras, militar de profesión y de carácter perseverante.
Respuesta. Efectivamente, yo vivía en el número 77 de la calle Buen Pastor, que pertenece al barrio de Gallineras. En el año 1978 empecé a construir mi casa en unos terrenos que tenían mis suegros en La Almadraba y en 1981 la terminé y nos vinimos a vivir aquí yo y mujer. Aquí no había carriles, ni alcantarillado ni nada. Estos terrenos pertenecían a la Diputación Provincial y de las cuatro casitas de lata de los salineros y la de los cuatro vecinos de San Fernando pasaron a construirse más casas, pero todas registradas y pagando nuestra contribución. En el año 1996, cuando yo ya me había venido de Madrid de trabajar, quisimos montar una asociación de vecinos porque el barrio estaba hecho una pena: seguíamos sin acerado, la carretera era de tierra, los autobuses se quedaban en Gallineras y no llegaban a nuestra barriada, la zona militar no estaba cercada y esto era un vertedero. Así que me propusieron como presidente y acepté.
"La ruptura del movimiento vecinal en dos federaciones ha traído más perjuicios que beneficios"
R. Nosotros desde finales de los 90 ya habíamos escuchado algo, pero no se sabía nada aún hasta que, en 2001, y de casualidad, me entero en el Ayuntamiento qué pretendían hacer con nuestra barriada y la del Buen Pastor. Se trataba de hacer la Ronda del Estero pero con dos carriles de entrada y dos de salida -como ahora- pero hasta la playa de Camposoto, de modo que todas las viviendas iban fuera.
Entonces, les pregunté que dónde iban a meter a los vecinos y me dijeron que ya lo estudiarían. A partir de ahí, yo empecé a pedir todos los papeles y la documentación, pero el entonces delegado de Urbanismo, Fernando Rodríguez, no nos facilitó nada. Cogí la Ley de Costas y me la empapé entera y me dije, esta gente no nos va a dar más coba, buscamos asesoría legal y empezamos la lucha.
R. No fue hasta 2012 cuando se aprobó en Consejo de Ministros la modificación del deslinde que considera a la barriada como zona urbana consolidada y que las edificaciones pueden ser bajo más uno, cosa que antes no se permitía. Conseguimos muchas cosas en la negociación para beneficio de todos los vecinos y sus herederos. También se aprobó un Plan Especial para La Almadraba que se está llevando a cabo, eso sí, muy poco a poco. Se tapó la pieza trasera y se va a hacer el paseo marítimo tal como estaba estipulado.
R. Me quedo con el apoyo de los vecinos y las vecinas porque hubo momentos muy difíciles y que no se me van a olvidar nunca: la impotencia de los vecinos más mayores que no comprendían toda esta problemática; las manifestaciones, que fueron muy duras porque cortábamos toda la carretera de acceso a la playa y la gente de San Fernando no lo entendía; cuando tuvimos una reunión con Costas, que nos consiguió el entonces alcalde Manuel María de Bernardo (PA) y hablé con el corazón en la mano con la ministra Cristina Narbona y, por supuesto, los problemas con la familia. Yo me dediqué en cuerpo y alma a esto y, sí, por supuesto que lo volvería a hacer, pero, quizás, me lo tomara con otra filosofía. Eso sí, con nuestra lucha y nuestra perseverancia se consiguió que la barriada se quedara en pie y con las mejoras que vienen llegando.
R. Sí que lo es [mientras sonríe] pero yo nunca he dejado el movimiento vecinal. He estado estos últimos cuatro años en la junta directiva de la Federación como secretario y como tesorero, tras el triste fallecimiento de nuestro compañero Manuel. En este tiempo he visto problemas ante los que no me puedo quedar sin hacer nada: la falta de relevo generacional, que es algo realmente difícil de solucionar, es cierto; la ruptura del movimiento vecinal en dos federaciones, que creo que ha traído más perjuicios que beneficios y el estancamiento generalizado del asociacionismo.
El movimiento vecinal ha sido fundamental y ha tenido un peso específico aquí en San Fernando para unificar al pueblo, por eso, sigo pensando que sigue siendo necesario, pero también es cierto que, si no procuramos ese relevo generacional, de aquí a unos 15 años, el movimiento vecinal va a terminar desapareciendo porque la edad media de los presidentes y presidentas es de 70 años.
P. Eso quería preguntarle, el movimiento vecinal sigue siendo además un espacio masculinizado, ¿no?
R. Bueno, cada vez hay más mujeres y nosotros tenemos cuatro presidentas de las 29 asociaciones que forman parte de nuestra federación. Es un porcentaje pequeño, pero es algo que queremos mejorar. De hecho, la vicepresidencia de la Federación la lleva ahora mi compañera Sonia Pérez.
"Si no procuramos ese relevo generacional el movimiento vecinal desaparece"
R. Para empezar, mejorar el diálogo con los vecinos y con los partidos políticos, tanto del Gobierno como de la oposición. Queremos que sepan por qué estamos nosotros en la Federación y para qué vamos a luchar. El movimiento vecinal no está para una fotito aquí y una fotito allí. Está para solucionar los problemas de los vecinos de San Fernando. Por eso, vamos a fiscalizar las obras que se hagan en los barrios. Si se aprueban veinte obras a lo largo del año en las barriadas, vamos a estar vigilantes para que se ejecuten. No nos valen que se queden obras pendientes desde 2020. Y, por supuesto, priorizar a los barrios periféricos. ¿Por qué se tienen que hacer diez obras en la calle Real y en sus calles aledañas y una en la periferia? Todo es necesario y se han ido haciendo cosas, pero vamos a darle también una garantía y calidad de vida a los vecinos de barrios que no sean del centro.
Otro de los objetivos es la alfabetización digital de los mayores. Se han quedado prácticamente al margen de las nuevas tecnologías y, de hecho, ya hemos empezado, con el apoyo del Ayuntamiento, unos cursos para mayores de 65 años donde formadores de una empresa les enseñan todo lo que tiene que ver con el manejo del móvil porque muchos sólo lo usan para llamar y recibir llamadas. Les enseñamos a pedir cita médica a través del teléfono, las gestiones bancarias, a solicitar la tarjeta de mayores de 65 años de la Junta de Andalucía y queremos algún taller o charla de personal de las entidades bancarias para informarles de las estafas por internet.
Queremos además que San Fernando sea una ciudad más accesible y habitable. La Isla es una ciudad que ha crecido mucho y el centro de la ciudad no era accesible para las personas con movilidad reducida. Es verdad se están haciendo muchas cosas, están trabajando y gastando fondos para esas cosas que pedimos, pero queremos que continúe y se eliminen todas las barreras arquitectónicas. Sigo dándole vueltas a cómo atraer a los jóvenes, pero es difícil y ver las posibilidades de que el movimiento vecinal se una de nuevo.
R. Sí, yo ya se lo he propuesto a su presidente, Francisco Carmona, y podemos buscar fórmulas. Yo soy una persona abierta y tiendo la mano porque un movimiento vecinal unificado otra vez sería interesante e importante para la población de San Fernando.
"Se han cargado San Carlos: de ser un hospital ha pasado a ser un centro de salud"
R. La falta de empleo, sin duda. No es un problema específico de San Fernando, pero es lo más importante, sobre todo, teniendo en cuenta que nuestra ciudad estaba arriba en materia de empleo porque aquí venía gente de toda la provincia a trabajar cuando en la Bazán había más trabajadores, la Constructora y los cuarteles y ahora son los de San Fernando salen fuera a trabajar. Hemos estado de estar primera en división y ahora en regional preferente, si se me entiende el símil futbolístico. Por eso, ya le presentamos a la alcaldesa, Patricia Cavada, algunos proyectos como el desarrollo de Fadricas 2. Es una pena todo ese terreno allí baldío que es una escombrera y que vendría muy bien también para todos los empresarios de Fadricas 1. Ligado a esto, consideramos fundamental la desviación hacia la CA-33 que una el polígono con la carretera porque eso sería interesante para que se instalaran empresas. También, impulsar el Club Náutico de Gallineras, cuyo proyecto que lleva dos años parado. Siempre he dicho que San Fernando es una isla que no mira al mar. ¿Por qué no hacemos en Gallineras, que es el único puerto marítimo que tenemos, como en Sancti Petri?
Y por supuesto, el Hospital de San Carlos. A nosotros nos duele la boca y el corazón este tema y, por supuesto, nos molesta las declaraciones de la delegada territorial de Salud porque se han cargado San Carlos. De ser un hospital ha pasado a ser un centro de salud, pero seguiremos luchando para que San Fernando tenga un hospital digno.
R. Claro, tengo mucha ilusión por llevar a cabo todo adelante con los compañeros y compañeras que tengo y con la implicación de todas los partidos políticos y el pueblo de San Fernando.