Miles de vecinos de Puerto Real han estado varios días sin agua en sus casas por varias averías detectadas en la red de saneamiento. El gobierno local achaca a la antigüedad de las tuberías este contratiempo, algo que quien fuera alcalde de la localidad durante 28 años, José Antonio Barroso, considera que es mentira. Y da sus propias explicaciones.
En una rueda de prensa organizada de forma artesanal en la sede de la asociación de vecinos del Barrio Jarana, Pepe Barroso, como se le conoce, comparece ante los medios porque se siente interpelado. Por este y otros asuntos. Porque todavía hay quien achaca a su gestión muchos episodios que se viven en La Villa hoy día.
Aunque Barroso dejara de ser alcalde hace 15 años —lo fue en dos etapas, entre 1979 y 1995 y entre 1999 y 2011—, su nombre se ha vuelto a escuchar esta semana en Puerto Real. "Hay quien me dice que en su día no hice inversiones", reseña entre risas, aludiendo a comentarios en redes sociales.
Y se dedica durante una extensa rueda de prensa —de casi una hora— a "desmontar" el relato del gobierno local, en manos de La Confluencia de izquierdas de Puerto Real, encabezado por Aurora Salvador, de IU, el mismo partido al que perteneció Barroso.
"Muchas de las zonas que hoy no están sufriendo averías tienen redes tan antiguas o más que aquellas donde se han producido las roturas. Por tanto, la edad de las tuberías no puede ser la causa principal del problema", abunda un Barroso que acusa al gobierno local de eludir sus responsabilidades al achacar los problemas a la antigüedad de la red.
"Si hoy cualquiera introduce en internet qué ha pasado con el agua en Puerto Real, la respuesta es prácticamente unánime: la culpa es de la obsolescencia de la red de abastecimiento. Se repite como un mantra que las tuberías son viejas, que la red tiene más de 70 años o que el 70% supera los 30 años de antigüedad. Esa explicación ha calado en la opinión pública, pero es mentira", dice quien fuera alcalde de la localidad durante casi tres décadas.
"No solo es una explicación incompleta, sino que sirve para ocultar responsabilidades muy concretas", abunda Pepe Barroso, quien apunta al Ayuntamiento, y a la empresa pública GEN (Grupo Energético), responsable del suministro, que "tienen su cuota de responsabilidad".
Las explicaciones de Barroso sobre los problemas de abastecimiento
En su exposición, Barroso recuerda que Puerto Real tiene suministro a través del Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana (CAZG), que abastece a una veintena de municipios de la provincia, y que en su caso traslada el agua procedente de los embalses de Guadalcacín y Los Hurones, y pasa por la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de El Montañés.
"Desde ahí, pasa a dos grandes depósitos, situados en el Cerro de Ceuta, el punto más alto cercano al núcleo urbano, y se distribuye por gravedad a prácticamente toda la ciudad", incide Barroso. De este sistema quedan excluidos el Río San Pedro, Barrio Jarana, el Meadero de la Reina, el Marquesado o La Chacona.
"El resto de Puerto Real depende de esos depósitos y de dos grandes ramales: uno va hacia la zona, entre la vía férrea y el mar, y otro hacia la vía férrea en dirección al campo", insiste el exalcalde.
Y recuerda que en marzo de este año, los dos depósitos del Cerro de Ceuta se quedaron sin agua. "Coincidieron dos hechos: una avería en la red general cerca de Jarana y, al mismo tiempo, fallos en las dos válvulas de entrada a los depósitos. Ante una situación así, la gestión responsable habría sido programar cortes nocturnos para permitir que los depósitos se recuperaran mientras se reparaban las averías. Eso era lo que hacíamos cuando yo dirigía el Ayuntamiento. No se hizo", dice, criticando al actual gobierno local.
Entonces, el Ayuntamiento "pidió autorización" al CAZG para abastecer a Puerto Real "desde la vieja válvula del Porvenir, una línea que llevaba más de tres décadas fuera de servicio", cuenta Barroso, quien añade: "Aquí está la clave de todo. La red de Puerto Real funciona habitualmente con una presión media de entre 5 y 6 atmósferas, suficiente para garantizar el suministro en todas las zonas, incluidas las más elevadas. Sin embargo, al empezar a alimentar la red desde el Porvenir alguien decidió aumentar la presión del agua más allá de esos niveles normales".
"No sabemos exactamente quién tomó esa decisión, pero alguien lo hizo. Esa sobrepresión se introdujo además por una tubería de menor sección que la red principal, lo que provocó un estrés brutal en las uniones, manguitos y entronques. Las tuberías no reventaron por viejas; fallaron sus puntos de unión porque fueron sometidas a una presión indebida", asegura el ex alcalde de Puerto Real. Unas afirmaciones que son "información, no opinión", basada en su propia experiencia y en la de técnicos "consultados".
"Estoy convencido de que el Consorcio no autorizó semejante barbaridad, pero alguien manipuló el sistema, y esa decisión ha tenido consecuencias gravísimas", insiste Barroso. "Cuando en marzo se restableció la normalidad y los depósitos del Cerro de Ceuta volvieron a funcionar por gravedad, el daño ya estaba hecho. La red había sido sometida a un estrés extraordinario. Sin embargo, la explicación oficial fue otra: roturas por obsolescencia", insiste.
Las propuestas de Barroso para solucionar el problema
"Una red no se vuelve obsoleta por el mero paso del tiempo. Las tuberías pueden durar décadas, incluso siglos. En Europa existen sistemas de abastecimiento que datan de época romana. Una red es obsoleta cuando no puede atender el aumento de la demanda, no cuando envejece. Y ese no es el caso de Puerto Real", señala Pepe Barroso, quien recalca que "la red está estresada".
La solución, dice, no pasa por "levantar calles al azar ni hablar alegremente de gastar millones en sustituir tuberías sin criterio técnico". Él mismo aporta varias propuestas que considera que paliarían estos inconvenientes.
Y aporta sus propias recetas: "Primero, hay reconocer lo que ha pasado. Segundo, hay que aumentar de forma masiva el stock de repuestos: manguitos, válvulas, piezas de unión. Tercero, disponer de medios de emergencia, como camiones cisterna propios. Cuarto, contratar un servicio permanente de intervención rápida. Y, sobre todo, mallar la red: crear una red mallada con válvulas en cada cruce de calles que permita aislar tramos sin dejar barrios enteros sin agua".