La médica que pasó de las prisas de las urgencias a la lentitud de la gestión
En su despacho de Alcaldía, lo mismo hay un puño con la bandera republicana, que una minibandera de Palestina o un árbol de Navidad de croché, regalo de una vecina. "Todo cabe", dice Aurora Salvador (Puerto Real, 1969), alcaldesa de un municipio al que esta médica diagnosticó de depresión hace dos años y medio, antes de tomar posesión.
Ahora dice que está "cabreado", y que si ha pasado de la depresión al enfado, al menos es señal de que reacciona. De que tiene vida. Da una idea del optimismo que maneja esta regidora atípica. Lo es porque está muy lejos de ser una política profesional. Se le nota al hablar, al comportarse, incluso al posar para las fotografías que ilustran esta entrevista.
Una médica de Urgencias, con casi tres décadas de experiencia en el campo de la Medicina, que en las pasadas elecciones municipales encabezó la lista de la Confluencia de Izquierdas (Izquierda Unida, Equo e independientes) en Puerto Real, con la que logró hacerse con el bastón de mando por mayoría simple.
Una vez pasada la mitad del mandato, echa la vista atrás para rememorar todo lo conseguido, y también mira hacia adelante, para luchar por lo que queda por conseguir. Entre ceja y ceja, la recuperación del Pabellón municipal, la gran aspiración de Salvador como alcaldesa. Hasta el punto de que promete que si no hace "nada" por su vuelta a la vida, renunciará a presentarse a la reelección.
Inició el mandato con una idea pocas veces vista en política: dedicarse un 90% a su puesto como alcaldesa, y un 10% a su labor como médica de Urgencias, para hacer al menos un guardia cada mes. Para no perder el pulso a su profesión. La realidad, nada más tomar posesión, se impuso. Ese verano fue el terrible incendio en Las Canteras. Y desde entonces ha ido encadenando cuestiones que resolver.
"No quería perder mi faceta médica", confiesa a lavozdelsur.es en una entrevista en la que habla de los proyectos culminados, de los que están en el aire, de las trabas burocráticas que se ha encontrado al gestionar el Ayuntamiento, e incluso de un posible duelo electoral con José Antonio Barroso, quien es hasta la fecha el alcalde más longevo de Puerto Real, que amenaza con volver.
Respuesta. Ha cambiado muy poco. Aurora sigue siendo la misma persona. Más sabia quizás, aunque lo veo muy arrogante por mi parte, pero he aprendido muchísimas cosas, tanto a nivel personal como profesional. Ahora, fíjate, cuando entro en el hospital no lo veo solo como médica, lo veo como gestora. Ahí me di cuenta de que tenía esa dualidad. Pero mi ideología, mi manera de pensar, mi manera de proceder, no ha cambiado. Me sigo considerando la misma persona, algo que es muy importante. Temía convertirme en una persona que no me gustara siendo alcaldesa. Pero como en mi ámbito personal me siguen tratando como lo que soy, eso me da una gran dosis de humildad. Me sigo considerando una servidora pública.
"La burocracia no evita la corrupción; lo único que hace es complicarle la vida a quienes quieren hacer las cosas bien"
R. Sí, porque mi estructura mental estaba hecha a las urgencias. Era una forma de pensar y de actuar distinta, de ejecución rápida. Pero la Administración pública es muy lenta. Y además, nos ha complicado la existencia el procedimiento administrativo que existe para evitar la corrupción o malos procederes. Pero al final, como todo en la vida, el que quiera hacer acciones delictivas, las va a seguir haciendo, y está complicando la vida a los que siguen siendo justos y quieren hacer las cosas en condiciones. Y no se le está prestando el servicio a la ciudadanía en tiempo y forma.
R. Yo creo que ha sido uno de mis pilares para no irme a la deriva. Ambos son servicios públicos, y se atiende a la ciudadanía en situaciones de estrés, en situaciones de urgencia, por lo que me ha valido para controlar muchísimas situaciones. Yo he venido a la política con una profesión, con una carrera de 28 años como médica. Ese bagaje me ha ayudado a ver a la Administración pública de otra manera.
R. Terminé mi última guardia el 15 de junio del 2023 y el día 17 me nombraron alcaldesa. Pero no he ejercido más. Ese verano fue el incendio de Las Canteras y no podía desatenderlo. Desde entonces, trabajo al 100% en el Ayuntamiento, pero cobro como si estuviera al 90%, no lo cambié.
R. Totalmente. Y un dinero muy curioso, unos 30.000 euros anuales.
R. He notado a la gente muy enfadada con el equipo de gobierno. Entre estar triste y estar enfadado, cualquier profesional te va a decir que es mejor estar enfadado, porque eso ya es una reacción. El depresivo ya no reacciona, pero una persona enfadada sí. No sé si es que esperaban mucho de nosotros, o de mí en particular, pero veo mucho cabreo. Si lo he pasado de la depresión a la reacción, me parece perfecto.
"Si no hago nada por el Pabellón Municipal antes de acabar el mandato, me voy. No seré apta para el cargo"
R. A lo mejor esperaban mucho de nosotros, porque enseguida nos dijeron que hemos hecho poco en dos años. En dos años un Ayuntamiento no puede hacer tanto como le gustaría. Una Administración pública es muy lenta, y un gobierno necesitaría e ustarnos ocho años para poder hacer todo lo que le gustaría. Aunque hemos hecho ya bastantes cosas.
R. Nada más llegar, municipalizamos la ayuda a domicilio. También quitamos una deuda de 38 millones que estaba cronificada, pasamos de más de 90 millones de deuda a 52 millones en dos años. Hemos hecho un mantenimiento integral de todos los colegios. Hemos empezado el Trocadero. Hemos terminado la primera fase del Mercado. Hemos conseguido nueve millones de los fondos EDIL. Estamos haciendo una Oferta Pública de Empleo y estamos contratando a empleados públicos. Y no rescatamos 42 viviendas del Sareb —el llamado banco malo— porque no nos dejaron por un problema de fiscalización. Y nos queda por presentar un Presupuesto, que aumentaremos en siete millones. Son muchas mejoras, hemos hecho muchísimas cosas.
R. Bueno, yo dije que de todas las propuestas que hicimos, porque es verdad que elaboramos un programa muy ambicioso (199 propuestas), tenía que cumplir la del Pabellón. El Pabellón municipal es muy emblemático y yo lo veo todos los días. Si de aquí a terminar mi mandato no he hecho nada por el Pabellón, me voy. Porque entonces es que no tengo la capacidad suficiente para hacer nada. En cuatro años es muy difícil llegar a aperturar un edificio de esas características, pero si no hago nada, no soy apta para el cargo. Entonces, me iría.
R. A mí afortunadamente no hay nada que me quite el sueño, en el aspecto de dormir literalmente. Concilio bien el sueño, pero cuando abro los ojos, sea a la hora que sea, ya no puedo. Se me viene encima la responsabilidad del cargo que ocupo. Me puede entender cualquier persona que sea padre o madre por primera vez. Cuando tienes la responsabilidad de alguien a tu cargo, ya no duermes igual.
R. No, afortunadamente no. Al revés, te da la sensación de que es una responsabilidad enorme, pero no paraliza. De hecho, por esa gran responsabilidad, aún no me he ido de vacaciones desde que estoy en el Ayuntamiento. Y si salgo fuera de la provincia de Cádiz, pido avocación de competencias. Porque si pasa cualquier cosa, quiero que alguien esté como responsable.
R. Va a ser pronto, tiene que ser ya.
"El proyecto de Sportech no es lo que creemos que puede beneficiar a Puerto Real"
R. En cuanto llegué, se me presentó el proyecto. Era un proyecto dibujado en una pantalla. Me pareció que estaba muy bien, pero no entendía que se quisiera hacer en la zona de Delphi, que es zona industrial según el PGOU. No entendí el concepto. Fueron unas reuniones muy extrañas. Este pueblo, aunque algunos partidos políticos estén en mi contra cuando digo esto, es un pueblo industrial. Y hacer un macrocampo de fútbol en la zona de Delphi no es lo que nosotros creemos que puede beneficiar a nuestra ciudad. No lo veíamos y ya no vinieron más. O ellos no nos convencieron a nosotros o tampoco nosotros les convencimos mucho. Pero que quede claro que no tengo ningún interés en molestar a nadie.
R. Es un terreno muy codiciado, pero está parado. He llegado a pensar que porque somos un equipo de gobierno de izquierdas, que no somos ni del PSOE ni del PP. Porque, ¿a quién le interesa? ¿A Diputación, que es del PP? ¿A la Junta de Andalucía, que es del PP? ¿Al Gobierno Central, que es socialista?
R. Sí, pero les cuesta mucho sacar adelante cualquier cuestión. Por ahora no he conseguido que nos ayude en estos temas.
R. Nada de nada. Nosotros no nos negamos a que se trabaje a nivel industrial, porque este pueblo es industrial. Y lo reivindicamos y lo queremos porque se ha luchado para que hubiera trabajo, para que no se cerrara nunca el Astillero de Puerto Real. Es nuestro emblema, nuestra forma de ver y de entender este municipio.
R. No buscamos ser un pueblo turístico. No nos subimos a ese carro. Somos una ciudad industrial y universitaria, y tenemos esas dos identidades. Pero el turismo, no. Ya estamos viendo lo que significa ser un pueblo turístico. ¿Quién lo disfruta? Los de fuera, los de dentro no. No estamos en contra de los turistas, pero no lo promovemos.
"Puerto Real no quiere ser un pueblo turístico. Somos una ciudad industrial y universitaria, y lo reivindicamos"
R. Tenemos una relación muy directa con la Universidad de Cádiz, hemos hecho bastantes cosas juntos. Y encima vamos a hacer ese centro de investigación avanzada. El Río San Pedro yo creo que no está de espaldas al pueblo. Es una zona idílica, tanto para vivir como para que haya una universidad.
R. Sí. Por ejemplo, compartir actividades deportivas al aire libre, como las del Club Náutico. Se hacen regatas, hay un paisaje privilegiado, y estamos tratando el asunto con la UCA para que puedan hacer uso de sus instalaciones.
R. Que cualquier persona se considere apta para presentarse y poder hacer cosas por su pueblo, siempre me parece respetable. Desde que estoy aquí sentada y veo lo que significa estar aquí, si alguien quiera asumir esa responsabilidad, para mí tiene todo el respeto del mundo. Y si encima es una persona como Barroso, que fue alcalde de este ayuntamiento durante 28 años, y que sabe a lo que viene, tiene todo mi respeto.
R. No, yo me considero aliada. Soy de Izquierda Unida, y él fue militante de IU. Es una persona de izquierdas. Sus luchas son las mías, así que no le temo. Y si tuviéramos que enfrentarnos políticamente, lo vería como un incentivo. Es un hombre cuya foto tendría que estar en el diccionario al lado de la palabra político. Enfrentarme a él sería una gran prueba, un reto enorme. Y sería muy excitante, la verdad.