Un accidente de coche le dejó hace años en silla de ruedas. No puede mover sus miembros superiores e inferiores, aunque tiene una leve mejoría en el lado derecho que le permite manejar con autonomía su silla de ruedas automática. Pero Miguel Redondo Rosillo, Miguelón, como se le conoce en San Fernando y como quiere que se le nombre, mira el día a día con positivismo en pos de ayudar a todos los que, como él, se ven incapaces de llevar una vida totalmente plena debido a sus limitaciones físicas. Miguelón no puede tampoco hablar. Responde a lavozdelsur.es a través del correo electrónico y afirma que su vida es “muy, muy bonita, y estoy orgulloso de estar retándola a cada momento, porque no es nada fácil vivir así, y aun esto, salgo todos los días a la calle para hacerla partícipe en esta sociedad”.
Como bien dice, su vida es un reto continuo. Ahora, este cordobés, ya un cañaílla más después de lustros viviendo en La Isla, tiene uno nuevo, que no es otro que enfrentarse a una de las grandes compañías españolas, Renfe. Miguelón es usuario habitual de los trenes de cercanías, porque necesita viajar con frecuencia a Cádiz por temas médicos. Hasta hace unos meses, la compañía ferroviaria ofrecía en estos trenes un servicio de cortesía similar al que ofrece en sus servicios de media y larga distancia, denominado Atendo, para sus clientes con discapacidad o movilidad reducida, que orienta, informa y facilita al viajero el acceso y tránsito por las estaciones, así como la asistencia en la subida y bajada de los trenes.
Miguelón tiene también serios problemas para acceder al ascensor de la pasarela que conecta con la estación. FOTO: MANU GARCÍA.
Miguelón consiguió en su día, a través de reclamaciones, que Renfe lo pusiera en marcha, pero la operadora ferroviaria ahora alega que estos trenes de cercanías son accesibles, ya que defiende que cuentan con botones para abrir las puertas de los vagones y que estos disponen de rampas que se sitúan a ras del andén, por lo que considera que no se hace necesario este servicio. Sin embargo, personas como él siguen teniendo graves problemas para hacer uso del tren, incluso antes de llegar al andén, porque ni siquiera alcanza a pulsar el botón del ascensor situado en la avenida Pery Junquera para acceder al apeadero de Bahía Sur. Una vez en el andén, necesita la ayuda de un alma caritativa para poder pulsar el botón de acceso al tren. Si por desgracia no hay nadie en el andén, o ninguno de los usuarios se percata de su situación, se ve obligado a quedarse en tierra. Algo similar ocurre cuando está en el tren de vuelta a Cádiz. “Si no hay nadie, termino en Jerez muchas veces”, lamenta.
Este problema le ocurre a Miguelón durante su encuentro con lavozdelsur.es. Se hizo necesario que le ayudáramos para acceder al ascensor de acceso a la estación de Bahía Sur. Si hubiera tenido que tomar un tren, probablemente lo hubiera perdido. “Son contrariedades absurdas las que me encuentro de vez en cuando, y hay más barreras con las que me encuentro día a día y que no entienden los grandes cargos de una empresa como Renfe”, lamenta. Por ello, ya ha interpuesto varias hojas de reclamaciones y ha pedido incluso ayuda al Consistorio de San Fernando, hasta el punto de que la alcaldesa, Patricia Cavada, ya ha solicitado una reunión con Renfe y Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) para mediar en esta situación y pedir el regreso del personal de apoyo al viajero.
Miguelón, en la pasarela que conecta la estación de Bahía Sur. FOTO: MANU GARCÍA.
La de Miguelón es una lucha constante contra las barreras que tienen que sortear las personas con movilidad reducida. En los últimos años ha promovido otras campañas dirigidas a pedir mayor accesibilidad en ascensores, rampas, aceras, calles, establecimientos y aseos porque considera que “la sociedad me pone muchas trabas y día a día me supone una Odisea. También lamenta que las diferentes administraciones no se impliquen “y si lo hacen no es por cumplir la normativa en materia de accesibilidad, sino que lo hacen a base de quejas y más quejas”.
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